Aún no puedo creer que seas lo mismo que yo [Elena]

Recuerdo del primer mensaje :

¿Cómo iba a creerlo? Hasta hace poco tiempo, Elena era una simple humana a la que había que proteger de muchas cosas: Klaus, sus hermanos, maldiciones, cazadores etc... Pese a la tensión permanente debido a esa situación era más fácil eso que ahora.
Tras el secuestro de Klaus en el que Tyler y los Salvatore salvaron a Elena había algo en ella diferente. Meredith tuvo que usar sangre vampírica para curarla. Hasta ahí todo bien, pero Rebekah se encargó de que sufriera un accidente.

Lo que Damon recordaba después era la muerte de Alaric entre sus brazos, lo que significaba que la vida de la mujer que amaba -y la que lo había abandonado- había llegado a su fin. No podía creerlo y como pudo fue al hospital, destrozado por haber perdido a su amor. Quería acabar con quien hiciera falta para sentirse bien, pero nada serviría; Elena había muerto. O eso creía él.
Tras la confesión de Meredith, el vampiro no podía asimilarlo. De repente notó como en la habitación de al lado había una respiración acelerada. ¡Era Elena! ¿Elena?No, ahora no era ella. Estaba en transición.

Quiso dejarse morir pero Damon no podía permitirlo y sabiendo que las cosas sería más difíciles vio conveniente darle sangre huamana.Ahora ya no existía su Elena, ahora era una vampiresa, lo que tanto odiaba ser. Sentía alivio de que estaba viva pero no como él quería. Sabía lo que te cambiaba eso porque él mismo lo vivió.
Ya no habría que protegerla más, había que proteger a los demás de ella.
Los días siguientes fueron tensos y lentos. Tras haberse vuelto vampiresa había recordado cuando Damon se le declaró y le borró la memoria, también cuando ellos se conocieron antes. Con esos recuerdos, lo mejor sería alejarse y dejarle con Stefan. Pero ya no podía más, necesitaba ver que estaba bien. Decidido, tomó su coche para conducir hasta la casa de los Gilbert y aparcar en la puerta.
Se bajó y con paso lento pero firme se dirigió a la puerta, ella seguramente ya lo habría percibido pero aun así llamó al timbre.

Seguimos besándonos, en besos en los cuales nuestras lenguas bailaban a la par, yo no sabía qué hacer realmente, solo quería disfrutar de ese momento. Mientras disfrutaba de aquel momento con Damon a mi lado, acariciándome y besándome, mil cosas pasaban por mi mente, Stefan, Katherine, el amor, la pasión, elección, e incluso dolor. No estaba segura de qué hacer, solo sabía que quería estar con ambos, no quería separarme en absoluto de uno o del otro.

Pero siendo claros y pensando, todo acto tiene una consecuencia. Damon seguía apasionado, me tumbó en el sofá y seguí sus besos, le besé en el rostro y también en el cuello... Podía sentir sus venas, como por ellas recorría la sangre. Mis manos bajaron hasta la cintura de él, le quité poco a poco la camiseta, y pude ver su torso fuerte desnudo. Recorrí con mi mano desde su cintura hasta el hombro. Mi mente seguía pensando en qué hacer, acto, consecuencia.

-Damon, espera... no quiero haceros daño, no quiero herir a Stefan ni a ti. Creo que esto no debe pasar, al menos todavía, hasa que me quede claro lo que siento y pueda hablar con razonamiento.-dije mientras lo abrazaba. -Pero no quiero que te vayas, por favor, quédate aquí a mi lado.-le dije mientras seguía tumbada en el sofá pero sin hacer nada.

Los besos estaban calentando más la situación. Damon recordaba la noche del hotel cuando era una humana y temía lastimarla pero ahora tenían la misma fuerza y podían disfrutar al máximo sin temor a nada. Él quería que esto parase. Se sentía mal por su hermano pero esto era una batalla y solo uno podía ganar jugando sus cartas de la mejor manera posible. Stefan ya jugó y ahora le tocaba a él.
Las manos de la chica consiguieron quitarle la camiseta a Damon. No opuso resistencia pues deseaba que ella lo hiciera y en pocos segundos su prenda salió disparada, dejando al aire libre el torso trabajado del vampiro sin nada que lo tapase.

No se avergonzaba de encontrarse con poca ropa juunto a Elena porque era lo que deseaba. Las manos de él se aferraban a la cadera de ella para asegurarse de que nadie se la quitara pero entonces llegó de nuevo la conciencia de Elena a la situación.-Elena...-dijo un tanto confuso con todo esto. Ella no quería seguir pero hace unos segundos parecía que sí. Ahora solo quería que él se quedase con ella.-Claro, me quedaré contigo.-dijo mostrando una pequeña sonrisa y tumbándose a un lado para abrazarla.

Agradecí que Damon se detuviera, pues no podía seguir mientras no escogiese a uno de ellos, me hacía daño a mí misma y también a ellos, y eso era lo que menos quería que sucediese, sentía como la pasión iba abandonando el ambiente, quería haber seguido, pero mi corazón latía confuso sin poder elegir todavía claramente, siendo vampira, tenía las mismas inseguridades que cuando era humana.

Damon paró y se tumbó a mi lado, abrazándome, ese gesto era lo que más necesitaba ahora, parecía que Damon me conocía a la perfección, y yo lo quería conocer todavía más, siempre parecía estar seguro de sí mismo, mostrándose fuerte y vanidoso. Pero yo había acabado amándolo como a Stefan, y eso era algo de lo que había estado huyendo locamente.

Pero ahora podía ver que no había funcionado de nada, pues siempre me daba de lleno con el amor que sentía por los dos hermanos, y no quería dañarlos, y encima se me venía a la mente la conversación que había mantenido con Katherine, eso era odioso, me hacía pensar que era similar a ella por mucho que todos lo negasen. -Odio a Katherine...-susurré mientras cogía de la mano a Damon. -Damon, tú pareces siempre tan fuerte y seguro, ¿a qué tienes miedo?-le pregunté con una pequeña sonrisa.

Damon no quería parar. Deseaba seguir más allá y la voladura de su camiseta solo significaba que Elena también estaba dispuesta. Pero como era de espera, Elena paró. Damon no la culpaba, entendía a la perfección el dilema de la joven que desde que se había transformado estaba mas confusa aún de lo que podía. Sabía de sobra que los sentimientos se intensificaban y eso solo desembocaría en mas problemas de los que ya tenía.

El vampiro no podía hacer otra cosa que escucharla y oirla. Así fue como se puso a su lado y la abrazó, demostrando que no la abandonaría y que la apoyaría. Él estaba ahí para protegerla y ayudarla en lo que fuera necesario. -Es Katherine, todos la odian.-dijo sonriendo. Hasta él mismo la odiaba despues de haberla amado hasta querer morirse pero todo era mentira. Lo que Katherine hizo era de rastrera y de una persona sin sentimientos pero ella era mas que sabido que era una chica sin corazón. Pero también tenía su historia para haber llegado hasta ahí porque sufrió mucho.
-¿Miedo? Al principio, cuando era humano, le tenía a la muerte. Pensé que al convertirme en esto perdería el miedo y asi fue hasta que llegué aquí. ¿Quieres saber cual es mi miedo? Perderte. Por eso en el sacrificio de Klaus te di mi sangre y cuando Rick murió se me destrozó el corazón al saber que tú habías fallecido con él.

Me gustaba estar al lado de Damon, estar como lo estábamos ahora, con gran tranquilidad, sabiendo que me quería, estando a su lado, al igual que él permanecía al lado mío. Acariciaba su mano suavemente mientras mi corazón latía fuertemente por estar tan cercana a Damon. De verdad que me sentía tan torpe y perdida, que no quería que la gente sufriera más por mi culpa, así que por el momento, permanecería algo apartada de ambos Salvatore para decidir mejor.

Escuché que Damon iba a responder a mi pregunta, entrelacé sus dedos con los míos en nuestras manos y alcé la suya hasta llegar a besarla. -Damon, no me perderás jamás, eso quiero que lo sepas, quiero empezar esto como una nueva vida, no quiero separaros ni perderos, es por eso que quiero ser neutro, aunque mi mayor miedo es perderos, no logro hacerme neutro, porque sois muy importantes para mí, y te amo... Por eso quiero que hoy podamos hablar de lo que podríamos tener abiertamente.-le dije co una sonrisa y dándole un beso en los labios.

Off: Posteas y ¿cerramos este tema Damon o quieres seguir?