Toc, toc, necesito sal [Sólo Elena]
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Toc, toc, necesito sal [Sólo Elena]
Kirika caminó por esas calles con paso firme y segura. Llevaba el pelo recogido en una coleta de caballo. Vestía como un hombre pese a que su figura llamativa lo pusiera en duda. Escondía sus ojos detrás de unas gafas de sol. Llevaba pantalones de pitillo negros, camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados y una americana negra que acentuaba su silueta. Calzaba unos zapatos de tacón blancos que la hacían más alta de lo que ya de por sí era. Casi parecía medir dos metros. Sin duda, intimidaba su presencia pero de lejos se la veía demasiado. Quizás, para su gusto, llamaba demasiado la atención. “Parezco la mujer de negro”, pensó con una sonrisa fina en sus labios rojos. Se ajustó más las gafas de sol y avanzó por la acera con largas zancadas. “Quiero verla”, se decía, una y otra vez. Por eso iba a su casa. La vida de Elena la conocía gracias a Aleksand. El chico era un libro abierto y no se dejó ningún detalle. Cruzó la calle y se acercó a una casa, la misma que vió en sus pensamientos, en sus recuerdos, en los de él... ya daba igual. Se acercó al porche y subió las escaleras, dejando escuchar el sonido de sus tacones en la tarima. Llamó al tiembre. “Quiero ver a Elena con mis propios ojos, la chica de Klaus, la de Aleksand, la de todos en este pueblo y para los de la Dimensión Oscura”, pensaba, una y otra vez, intentando razonar cómo una sola persona en este planeta se podía convertir en algo tan importante para ambos mundos. La puerta se abrió y salió ella.
-Hola, ya sé, con estas pintas parece imposible que necesite un poco de sal -Sonreí.- Soy nueva en el barrio, me llamo Eli -le tendí la mano para que me la aceptara.
-Hola, ya sé, con estas pintas parece imposible que necesite un poco de sal -Sonreí.- Soy nueva en el barrio, me llamo Eli -le tendí la mano para que me la aceptara.
Kirika- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 25/05/2012
Re: Toc, toc, necesito sal [Sólo Elena]
Estaba en casa, viendo un poco la tele, y tomando algo de chocolate en helado, estaba bien bueno la verdad, estaba contenta, todo estaba bien, no había maldad, todo estaba tranquilo, se acercaba el baile de máscaras, todo iba a ser genial volviendo todo a la normalidad. Iba a ser estupendo la verdad, quedar con Bonnie, Caroline, Alice y Meredith, poder divertirme de nuevo.
Llamaron al timbre, no me apetecía levantarme, Jeremy estaba en su habitación, no iba a hacerle bajar para abrir la puerta. Dejé el helado en la mesita central y caminé hacia el hall, me preguntaba quien sería la verdad. Miré por la mirilla y vi a la vecina nueva. Abrí la puerta con una gran sonrisa.
-Hola, claro voy a por la sal y tranquila que no importa, pasa si quieres, es un placer ver alguien nuevo por aquí, no se da mucho la verdad. Eli... yo soy Elena un placer.-dije mientras entraba después de ella y bucaba la sal en la cocina y se la entregaba.
Llamaron al timbre, no me apetecía levantarme, Jeremy estaba en su habitación, no iba a hacerle bajar para abrir la puerta. Dejé el helado en la mesita central y caminé hacia el hall, me preguntaba quien sería la verdad. Miré por la mirilla y vi a la vecina nueva. Abrí la puerta con una gran sonrisa.
-Hola, claro voy a por la sal y tranquila que no importa, pasa si quieres, es un placer ver alguien nuevo por aquí, no se da mucho la verdad. Eli... yo soy Elena un placer.-dije mientras entraba después de ella y bucaba la sal en la cocina y se la entregaba.
Re: Toc, toc, necesito sal [Sólo Elena]
Debo admitir que esperaba más de una chica a la que todos persiguen. Un poco más de desconfianza... pero claro, si me deja entrar tan libremente en su casa, no me extraña que sea vampiresa. Cerró la puerta tras de mí y se giró hacia el pasillo. Si fuera vampiresa le habría dado una patada en la espinilla y estaría chupando de su cuello la sangre. Elena cruzó el salón, presentándose, sin ni siquiera girarse a verme. Miré la decoración. Qué gusto más horrible. Pero bueno, los humanos deciden como quieren que sea de acogedor el lugar donde vivir. No seré yo quién le diga que necesita una mano de pintura y dotes más femeninas. Miré el sofá. Si fuera una kitsune orientada al mal, podría haberla empujado para que cayera sobre la mesa de cristal y hacerle que cumpla mi voluntad. Caminé tras ella hasta la cocina. Ella empezó a rebuscarla por los armarios y yo la miré. Ahora está de espalda, si fuera su enemiga, sólo tendría que coger uno de esos cuchillos y clavárselo por la espalda como una vil traicionera. Elena se giró por primera vez con la sal en mano y me ofrecía que la cogiera. Sonreí. Bien, cuando me presenté no me dio la mano pero ahora ella me ofrecía tocarla. Me encanta que sean tan sumisos y simples. Rodeé con ambas manos la suya y vi todos sus recuerdos. No le robé ninguno aunque podría. Tenía tantos para olvidar. La cogí por la muñeca delicadamente y le obligué a tener una idea.
-Soy tu invitada, podrías invitarme a tomar asiento mientras me sirves té.
Esperé su respuesta, conforme.
Kirika- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 25/05/2012
Re: Toc, toc, necesito sal [Sólo Elena]
Parecía una chica amable la verdad, era hermosa aunque no estuviera muy arreglada la verdad. Vi como cogió la sal pero la dejó en la mesa, en ese instante, sin saber por qué, un escalofrío recorrió mi cuerpo la verdad. Me cogió con ambas manos la mano, decidí conocerla más, invitarla a un té.
-Oye toma asiento Eli, voy a preparar un té, espero que quieras el que hago es de los mejores que lo sepas querida.-dije con una sonrisa de oreja a oreja. Fui al armario y saqué una tetera, preparé las hierbas para hacer un té verde y lo puse a calentar. Tras eso me senté al frente de Eli a esperar que se hiciera, la miraba seria, había algo en ella que me escamaba.
-Querida Eli, ¿cómo es que has venido a este pueblo a vivir? es decir, hay muchos lugares mejores que este y más hermosos. ¿Tienes familia aquí Eli?-le pregunté con gran curiosidad.
-Oye toma asiento Eli, voy a preparar un té, espero que quieras el que hago es de los mejores que lo sepas querida.-dije con una sonrisa de oreja a oreja. Fui al armario y saqué una tetera, preparé las hierbas para hacer un té verde y lo puse a calentar. Tras eso me senté al frente de Eli a esperar que se hiciera, la miraba seria, había algo en ella que me escamaba.
-Querida Eli, ¿cómo es que has venido a este pueblo a vivir? es decir, hay muchos lugares mejores que este y más hermosos. ¿Tienes familia aquí Eli?-le pregunté con gran curiosidad.
Re: Toc, toc, necesito sal [Sólo Elena]
Como esperaba, Elena obedeció mis órdenes dócilmente. Me senté en el sofá, cómodamente y crucé mis piernas. Pronto me llegó el olor del té. Aspiré profundamente, sí, me encantaba ese té.
-El té verde es mi favorito, junto con el de hierbabuena. ¿Sabías que tiene propiedades diuréticas y relajantes? Muchos afirman que sirve para adelgazar pero no es del todo cierto. Es el té rojo el que se gana el apodo de “devora grasas” pero ninguna de las dos lo necesitamos, ¿verdad? -Sonreí complacida, mientras Elena se acercaba con dos tazas y la tetera y me preguntaba.
Ya era hora de que la chica empezara a tener curiosidad, de lo contrario tendré que afirmar que era demasiado inocente. Cogí mi taza y la dejé cerca mío, aún no me vertí el líquido, quería que cogiera cuerpo la infusión. Así que le hablé, sin tapujos. Aún meditaba si decirle la verdad o engañarla.
-Sí, sin duda. Japón es precioso, el té es el mejor del mundo. No usan cualquier agua para hervirla, procuran que sea agua pura. Es un ritual muy largo pero muy sabroso. Sin duda, es el mejor lugar para tomar una infusión. Quizás mañana me pase por Tokio. O vaya a Roma, el café es excelente, muy espeso. No como los colombianos y los americanos que se sirven vasos enormes de café aguado. Infusión de café... ¡Qué asco! A los europeos les gusta más el café cremoso. Y a mí.
Sonreí, tranquila. Lo tenía todo controlado. Cogí la tetera y vertí su contenido en la taza pero sólo llené dos dedos. Lo dejé reposar más tiempo, a ver si cogía aún más color.
-Pero no estoy aquí porque la comida sea la mejor del mundo. Estoy aquí por ti -le puso una mano en su brazo para tranquilizarla-. Pero no para hacerte daño, ni usarte para rituales ni nada por lo que has pasado. Y tampoco es verdad esto.
Cogí la tetera y vertí más contenido en la taza. Ahora sí que el té tenía el color adecuado para ser ingerido. Sin ponerle azúcar, me tomé la taza. Hervía pero a mi me daba igual. Quería sentir el líquido caliente por mi garganta y que me recorriera su calor por dentro.
-Yo nací para proteger a alguien. Vine como guardaespaldas. Llámalo ángel guardián. O como quieras. El planeta debe encontrar el equilibrio en la naturaleza y Mystic Falls ha rebasado el límite. Vampiros, licántropos, vampiros originales, híbridos... Lo sé todo. Este lugar está concentrando mucha energía maligna, está llamando la atención a los seres de la Dimensión Oscura. Yo puedo intervenir para restablecer el equilibrio. Si quieres... yo te ofrezco una salida antes de que alguien te mate con una estaca.
-El té verde es mi favorito, junto con el de hierbabuena. ¿Sabías que tiene propiedades diuréticas y relajantes? Muchos afirman que sirve para adelgazar pero no es del todo cierto. Es el té rojo el que se gana el apodo de “devora grasas” pero ninguna de las dos lo necesitamos, ¿verdad? -Sonreí complacida, mientras Elena se acercaba con dos tazas y la tetera y me preguntaba.
Ya era hora de que la chica empezara a tener curiosidad, de lo contrario tendré que afirmar que era demasiado inocente. Cogí mi taza y la dejé cerca mío, aún no me vertí el líquido, quería que cogiera cuerpo la infusión. Así que le hablé, sin tapujos. Aún meditaba si decirle la verdad o engañarla.
-Sí, sin duda. Japón es precioso, el té es el mejor del mundo. No usan cualquier agua para hervirla, procuran que sea agua pura. Es un ritual muy largo pero muy sabroso. Sin duda, es el mejor lugar para tomar una infusión. Quizás mañana me pase por Tokio. O vaya a Roma, el café es excelente, muy espeso. No como los colombianos y los americanos que se sirven vasos enormes de café aguado. Infusión de café... ¡Qué asco! A los europeos les gusta más el café cremoso. Y a mí.
Sonreí, tranquila. Lo tenía todo controlado. Cogí la tetera y vertí su contenido en la taza pero sólo llené dos dedos. Lo dejé reposar más tiempo, a ver si cogía aún más color.
-Pero no estoy aquí porque la comida sea la mejor del mundo. Estoy aquí por ti -le puso una mano en su brazo para tranquilizarla-. Pero no para hacerte daño, ni usarte para rituales ni nada por lo que has pasado. Y tampoco es verdad esto.
Cogí la tetera y vertí más contenido en la taza. Ahora sí que el té tenía el color adecuado para ser ingerido. Sin ponerle azúcar, me tomé la taza. Hervía pero a mi me daba igual. Quería sentir el líquido caliente por mi garganta y que me recorriera su calor por dentro.
-Yo nací para proteger a alguien. Vine como guardaespaldas. Llámalo ángel guardián. O como quieras. El planeta debe encontrar el equilibrio en la naturaleza y Mystic Falls ha rebasado el límite. Vampiros, licántropos, vampiros originales, híbridos... Lo sé todo. Este lugar está concentrando mucha energía maligna, está llamando la atención a los seres de la Dimensión Oscura. Yo puedo intervenir para restablecer el equilibrio. Si quieres... yo te ofrezco una salida antes de que alguien te mate con una estaca.
Kirika- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 25/05/2012
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