Solo paseaba [Eric-Jen]

Eric estaba confundido, confundido y perdido en la vida. Había tenido una semana algo movida y solo esperaba que ahora las cosas se tranquilaran un poco en su vida, aunque no estaba muy convencido de que eso fuera a pasar. La verdad era que el joven se sentía un poco estresado entre tanto barullo. Desde que había sido consciente de lo que había en Mystic Falls, todos esos vampiros, las cosas en la vida de Eric habían cambiado, cambiado al completo.
Tenía ganas de gritar, su vida había cambiado por completo. Todo por aquella chica, Joe.
Eric sacudió la cabeza intentando que sus pensamientos no volvieran de nuevo hacía la joven, sentía que ya había perdido el tiempo pensando en ella; a pesar de que aun seguía haciéndolo y saber que no iba a poder dejar de hacer. El joven había terminado por decidir que lo mejor que podía hacer ahora es ir a mirar las estrellas durante un rato, algo que sabía que podría calmarlo.
Mientras camina, guiandose puramente por su instinto, Eric vislumbro a lo lejos una figura que se dibujaba a la luz de la luna. -¿Quien hay ahí?- Dijo acercándose despacio.

La joven le había dado un susto de muerte... Algo irónico.
Eric se sentía algo receptivo desde hacía un par de días, se sentía bastante asustadizo y exhausto también. Por eso no le atribuyo el susto a lo joven, que comenzaba a presentarse con total tranquilidad. -Soy Eric, el placer es mutuo.- Su padre no le había enseñado muchos modales, pero sabía más o menos como comportarse. -No deberías andar sola por estos lugares y... a estas horas.- Dijo consultando su reloj antes de terminar la frase. Lo cierto es que él tampoco debería de estar por allí a esas horas, si su padre hubiera estado vivo le habría reprendido severamente... Pero la cuestión es que no lo estaba. -No me has asustado, bueno tal vez un poco. Lo cierto es que no esperaba compañía.- Lo cierto era que realmente no había esperado, en ningún momento, encontrarse con alguien allí. Aunque en aquel pueblo todo parecía posible, por más improbable que pareciera.

Eric se había tentado a dejar a la joven allí e irse a casa. Estaba harto de todo lo que había comenzado a ocurrirle desde que había salvado a aquella joven de los vampiro... Oh, bueno iba muy bien volviendo a pensar en ella. ¿Porque no se le iba de la cabeza?
A pesar de todo, y con algo de curiosidad, el chico escucho atento las palabras de la joven que decía ser más fuerte de lo que él podía imaginar, aunque con todo lo que había visto no le extrañaba. -Si, es cierto. Ninguno deberíamos estar aquí.- Su tono no era de reproche ni agresivo, sino todo lo contrario, algo melancólico. Había ido a ver las estrellas y eso siempre le hacía pensar en su padre, y en todo lo que este le había contado sobre su madre. -¿Quieres mirar las estrellas?... Por eso estoy aquí.- Por desconocida que fuera la joven para él, no se sentía con ganas de quedarse solo; aunque sinceramente tampoco es que le importara mucho que la joven fuera una desconocida, después de todo que más cosas malas podrían pasarle.

La verdad es que no esperaba que la joven aceptara su invitación. ¿Quien lo haría? Estaban en un bosque solos, con vampiro y no se que cosas más, eran totalmente desconocidos... ¿Solo a él le parecía la idea algo absurda? Eric se había quedado mirando a Jen con curiosidad, ¿podía estar escondiendo algo? Desecho la idea cuando comenzaron a andar hacía donde él tenía pensado ir antes de encontrarse con ella.
La verdad es que la compañía de su nueva amiga no estaba tan mal como el chico por un momento había llegado a pensar. -Puede ser.- Dijo con un tono algo distante. Lo cierto era que las estrellas eran algo eterno y desconocido; por lo que perfectamente podían ser el camino hacía el cuento de hadas que toda niña esperaba vivir. Eric lanzo un fugaz mirada a las estrellas que ella había señalado. -También pueden ser un río de lagrimas.- Comento en un susurro, que esperaba no oyera la chica.

No se había parado a pensar siquiera lo que había dicho, por lo que la pregunta de la joven lo pillo totalmente desprevenido y se tuvo que parar a pensar bien el significa que podía darle... En ese momento Eric recordó a sus padres y las palabras acudieron a su mente. -Puede que sean de las almas perdidas...- Dijo refiriéndose a sus padres, sin mirar a la chica. -Puede que sean de los vivos... o de los que deberían estarlo...- Siguió, refiriéndose indirectamente a los vampiros. -Puede que sean de los pecadores...- No muchas cosas, se podían amontonar en su cabeza; pero en seguida había comenzó a pensar en más gente que podría haber derramado lagrimas al cielo. -Sufrimiento, es todo el significado. El sufrimiento humano.- Comento agachando la cabeza, incapaz de mirar por más tiempo aquello que tantos recuerdos le traían a la cabeza.

Había tenido un mal día y lo estaba pagando con la joven, algo que hizo que Eric se sintiera peor. Vio como a joven cabeceaba intentando comprender lo que acababa de decir. -Demasiadas.- Suspiro cuando ella expreso sus pensamientos en voz alta. Al ver como Jen continuaba pensando en el tema, el chico deseo no haber expresado sus pensamientos en voz alta y así no haber entristecido a la chica.
Había sido una tontería por su parte decir lo primero que le había venido a la cabeza. Lo cierto era que la joven tenía razón, era mejor pensar en la magia que en la dichosa estupidez que a él se le había ocurrido, algo mejor que lo que él estaba pensando. -Cierto, es mejor algo bueno.- Suspiro dándole la razón sin tampoco mucho ánimo. Se tumbo tras decir las palabras, colocando sus manos tras la nuca.

Los pensamientos buenos había comenzado a invadirle, pero aun así algunas de sus preocupaciones seguían siendo la prioridad de su cerebro, algo que no podía evitar por más que quisiera. -Disculpa Jen.- Lo cierto es que no sabía muy bien como expresar lo que quería decir, o simplemente decir que era lo que realmente lo mantenía de ese humor. Pero era como si no pudiera sacar los problemas de su cabeza. Además que podía decirle: un vampiro le había atacado, se había puesto a buscar a una chica que ahora era un chico, no sabía exactamente porque seguía preocupado por Joe. ¿Como podía expresar todo eso en palabras? Sobre todo lo primero, ¿Jen le creería si le decía que le había atacado un vampiro? Ni si quiera la conocía como ella bien había dicho. -Lo cierto es que tengo problemas con una chica.- Era quizás de todo lo único que podía decir sin que sonara irreal.

Tras confesarle su problema a Jen, Eric se había dado cuenta de que tampoco podía hablar con la joven de ese tema. ¿Como podía explicarle que la chica que le gustaba, era un chico, por ahora? En que mente racional podría eso sonar bien. Mientras pensaba en algo coherente que se pareciera un poco a la realidad. El chico se había podido percatar de que apenas había conversado con la joven, casi todo habían sido divagaciones en su mente. -No admite lo que siente por mi, o quizás yo me he explicado bien... La verdad no entiendo el problema.- Solo en parte eran ciertas sus palabras, y por menos que le gustara mentir, no podía decir otra cosa.
-Perdón por preocuparte tanto, no suelo ser así.- Comento ya con una sonrisa en la cara. Por momentos había comenzado a sentirse mejor que antes. -Bueno dime algo de ti, no vale que yo se solo el que confiese.- Le dijo mirándola tranquilamente.

Notaba que la joven le miraba como si adivinara lo que estaba pensando, como si supiera que había algo detrás de sus palabras. Como si pudiera darse cuenta de que le estaba mintiendo en todo, o al menos no le estaba diciendo toda la verdad. Pero a pesar de lo muy culpable que se sintiera por traicionar sus principios, no podía decir lo que realmente le estaba pasando. Si lo hiciera, la chica pensaría que se había vuelto loco; y no tenía fuerzas suficientes para intentar convencerla de lo contrario. -Supongo que es eso, su orgullo lo que se interpone entre los dos.- Suspira, lo cierto es que le ve cierto sentido. Pero eso no termina de arreglar nada.
Normal. Algo que nunca había habido en su vida, gente normal. -¿Noruega? Esta muy lejos de tu hogar.- Dijo con tristeza, que luego cambio por otra sonrisa. -¿Es bonito aquel lugar? Nunca he estado.- Dice mientras vuelve a mirar las estrellas. Nunca ha salido de aquel pueblo, siempre con el mismo paisaje. -Yo también soy normal.- Dice mientras la mira. -Un chico de 18 años, que vive en el pueblo en el que nació y en el que se quedara hasta que muera, con suerte.- Sonríe. Sabe que eso es lo que hicieron sus padres, y eso es exactamente lo que quiere.