Aún no puedo creer que seas lo mismo que yo [Elena]

¿Cómo iba a creerlo? Hasta hace poco tiempo, Elena era una simple humana a la que había que proteger de muchas cosas: Klaus, sus hermanos, maldiciones, cazadores etc... Pese a la tensión permanente debido a esa situación era más fácil eso que ahora.
Tras el secuestro de Klaus en el que Tyler y los Salvatore salvaron a Elena había algo en ella diferente. Meredith tuvo que usar sangre vampírica para curarla. Hasta ahí todo bien, pero Rebekah se encargó de que sufriera un accidente.

Lo que Damon recordaba después era la muerte de Alaric entre sus brazos, lo que significaba que la vida de la mujer que amaba -y la que lo había abandonado- había llegado a su fin. No podía creerlo y como pudo fue al hospital, destrozado por haber perdido a su amor. Quería acabar con quien hiciera falta para sentirse bien, pero nada serviría; Elena había muerto. O eso creía él.
Tras la confesión de Meredith, el vampiro no podía asimilarlo. De repente notó como en la habitación de al lado había una respiración acelerada. ¡Era Elena! ¿Elena?No, ahora no era ella. Estaba en transición.

Quiso dejarse morir pero Damon no podía permitirlo y sabiendo que las cosas sería más difíciles vio conveniente darle sangre huamana.Ahora ya no existía su Elena, ahora era una vampiresa, lo que tanto odiaba ser. Sentía alivio de que estaba viva pero no como él quería. Sabía lo que te cambiaba eso porque él mismo lo vivió.
Ya no habría que protegerla más, había que proteger a los demás de ella.
Los días siguientes fueron tensos y lentos. Tras haberse vuelto vampiresa había recordado cuando Damon se le declaró y le borró la memoria, también cuando ellos se conocieron antes. Con esos recuerdos, lo mejor sería alejarse y dejarle con Stefan. Pero ya no podía más, necesitaba ver que estaba bien. Decidido, tomó su coche para conducir hasta la casa de los Gilbert y aparcar en la puerta.
Se bajó y con paso lento pero firme se dirigió a la puerta, ella seguramente ya lo habría percibido pero aun así llamó al timbre.

Estaba sentada en el sofá con miles de pensamientos que rodaban por mi mente, estaba llorando, no podía creer lo que ahora me había sucedido, yo, vampira, y encima por no controlar mis sentimientos aumentados, mordí a Alek, mi mejor amigo, el que hasta ahora había sido mi protector, podría haberlo matado con tanta facilidad...

Odiaba ser lo que ahora era, era realmente difícil tener que aguantar todo esto, y aún más sabiendo que Damon me había declarado sus sentimientos antes, y luego me había borrado la memoria, y que encima lo había conocido antes que a Stefan, antes de que tuviésemos ese accidente, y en aquella ocasión, también me había borrado la memoria.

Estaba ahí meditando, mis manos aferraban mi cabeza, que de tanto pensar y cavilar me dolía horrores, yo no quería haber sido lo que ahora era, pero Damon me dio sangre, completando así mi transición. Olí un olor conocido, sabía quien era el que en pocos segundos iba a llamar a mi puerta, la duda que ahora me asolaba, era si abrirle o no, quedarme aquí encerrada llorando mis penas. Llamó al timbre, y yo, despacio y con pasos mecánicos, me dirigí a la puerta, respiré un par de veces antes de abrir.

Mis ojos se encontraron con los de Damon, no sabía a qué había venido, debía estar dolido y demás y yo no tenía ganas de ver a nadie. -Hola Damon, ¿Qué quieres?-le espeté. Luego cerré los ojos un par de segundos. -Pasa no te quedes fuera.-dije mientras volvía a sentarme en el sofá.

Tras encontrarse de nuevo con la mirada de aquella chica se quedó perplejo. No había olvidado ningún detalle de su rostro, esa perfección que desprendía. Era Elena, la chica mas perfecta que conocía.-Nada...solo quería vert...-no le dio tiempo a decir nada cuando ya ella se encontraba en el sofá de nuevo. Entró lentamente y se quedó parado frente a ella.-Venía a verte.-dijo nervioso. Daba pequeñas vueltas alrededor del salón sin saber que hacer. Tras aquella noche le había quedado claro que ella prefería a Stefan y no podía cambiar nada.
Sin embargo, ahora recordaría todo lo vivido anteriormente que el mayor le hizo olvidar. ¿Qué pensaría de eso?-Me siento tan mal por haberme ido a proteger el cuerpo de Klaus y dejarte sola sabiendo que Rebekah andaba suelta...-definitivamente se sentó en el sofá.-Yo no quería esto para ti Elena, jamás lo quise y jamás lo hubiese querido. También me siento culpable de haberme alejado de ti estos días que habrán sido tan duros, solo que no sabía como intervenir. -el corazón parecía que se le iba a salir.-Dejaste tan claro que preferías a Stefan que no podía romper el trato de dejarte, pero no podía cumplirlo. Necesitaba ver que estabas bien.

Se levantó nervioso.-Sólo quería decirte eso. Definitivamente desapareceré y te dejaré ser feliz con mi hermano. Sólo déjame hacer una cosa más.-dijo y se abalanzó sobre ella para besarla. Era el último beso, aquel que marcaría un punto y final en esta historia y el que empezaría otra etapa de Damon. Ansiaba sus labios. Estaba mal besarla porque era la chica que amaba su hermano pero debía hacerlo para despedirse. El beso no fue como se esperaba ya que ella no era su Elena, mantenía mas similitudes con Katherine y eso le dolía.-Necesitaba hacerlo y ya nada me impide quedarme.-se dirigió a la puerta.-Siempre estaré cuando me necesites, como tu mejor amigo.-dijo finalmente.

Damon... sus palabras eran tan dolorosas que se me clavaban en mi corazón como fríos puñales de hielo la verdad, me daban ganas de llorar, llorar y deshacerme en un mar de lágrimas o mejor aún, desaparecer, desaparecer del mundo y no saber nada de nadie y así no dañarles no dañar a nadie.

Damon me besó, y yo no pude evitar no responderle, le amaba, al igual que también amaba a Stefan no sabía a quien elegir, no debería estar haciendo eso sabía que les debería de doler la verdad. Una lágrima recorrió mi rostro y sujeté a Damon por la manga. -No quiero que te marches así, no quiero y más ahora que sé lo que sé, a ti te conocí el primero como expliqué, ¿por qué no lo dijiste entonces?-dije llorando mientras lo veía decir que sería mi mejor amigo.

Yo no lo quería tener como un mejor amigo yo lo quería tanto como a Stefan y me surgía todo esto el dilema, el gran dilema, a qué hermano elegir. -Damon yo te quiero, por favor no te marches así de mi vida, no después de todo lo que sé por favor Damon.-dije mientras me levantaba y le abrazaba.

Todo lo que Damon decía eran sentimientos y pensamientos guardados desde hace unos días. Tenía cierta esperanza en que él sería el elegido pero cuando oyó esa llamada supo que algo iba mal. Aquellas palabras sentaron fatal a Damon pero como había pactado debía alejarse de ella para que Stefan fuera feliz sin que él estuviese en medio. Se sintió mal pero peor aún al ver Rick morir entre sus brazos.
Cuando vio en lo que se había convertido Elena se alejó. ¿Cómo ayudarla? Ella había elegido y no tenía nada que hacer, así que lo mejor era alejarse. Todos los días habló con Jeremy, Caroline y los demás para ver la mejora de Elena pero ya necesitaba verla.

Al contrario de lo que esperaba, Elena le siguió el beso. Seguía amando a esa chica pero había algo distinto. Cada vez que se besaban, él notaba esa picazón de garganta y esa atracción que debía controlar. Siempre la controló y por eso mismo le gustaba. Ahora no sentía eso, solo amor o lo que fuese que sentía que ni él mismo sabía ya. Esta vez, mientras se besaban, tenía puesta sus manos en las mejillas de ella agarrándola y deseando no separarse aunque sabía que sería pronto. Así fue, él decidió separarse y marcharse, pero ella lo agarró de la manga mientras lloraba. Él no quería esto y ahora se sentía peor aún.
-¿Por qué tenía que decirlo? En ese tiempo yo estaba obsesionado con Katherine y te confundí con ella, no significabas nada para mí, solo eras una humana más.-dijo recordando al 100% esa conversación cuando se conocieron.

Se le rompía el alma de verla llorar pero no podía hacer, ni quería. Había prometido alejarse si no el elegido y debía hacerlo.-Elena...-comenzó pero de repente el aroma del cabello de ella inundó el cerebro de él. Eso era de la Elena humana. Quería decirle que también la quería pero ¿cómo traicionar a su hermano?-Lo siento pero no te quiero y nunca te he querido. Me gustabas porque eras una humana y me producías esa sensación tan extraña. Ahora no siento nada por ti.-dijo separándose de ella. Tenía unas ganas inmensas de llorar pero no podía hacerlo aquí delante.

Cuando nos separamos de aquel beso, no pude evitar sentir en mi corazón las duras palabras de Damon, que él no me quería, por qué... ¿por qué decía eso ahora? Yo no lo sabia no lo podía creer, era increíble lo que me decía. -Entonces... ¿por qué me has besado? ¿por qué demonios juegas así con mis sentimientos? eres un idiota odioso...-no podía más.

Me lancé contra Damon agarrándolo de la camisa. -No te acerques jamás a mí, lo que has hecho en mi interior es peor que la mismísima Katherine te hizo a ti...-dije mientras notaba mis lágrimas caer.

-Tú has jugado con mis confusos sentimientos, si no me quieres no me beses si me odias no me hables, aléjate bien lejos de mi pues yo ya no quiero saber más de ti, estás más que muerto para mí, eres un ingrato te odio Damon Salvatore...-dije con lágrimas en los ojos.

Aquel besó para Damon significaba el punto y final a una bonita historia que contra todo pronóstico logró conseguir al menos algo de felicidad para la vida del vampiro. Le hizo cambiar, volverse mas humano cuando fuese necesario y volverse una bestia cuando lo necesitase. -Solamente quería despedirme, ya sabes como soy en las despedidas.-intentaba tragarse la tristeza de su interior mostrando una sonrisa forzada. Ahora mismo no podía tragarse esa humanidad del todo aunque lo ansiaba. Quería ser de nuevo esa bestia que era siempre y poder largarse para siempre sin mirar atrás -como hacía siempre- aunque esta vez sería mas difícil.

Notó al fuerza de la Elena neófita contra sí mismo.-Sabrás tú lo que hizo Katherine conmigo. Ella es y será la persona más mala que conozco pero sin embargo siempre consigue lo que quiere. La envidio.-eso era seguro. Envidiaba la seguridad de Katherine y esa forma de traicionar a todos con tal de salvarse del peligro.

-Eso es lo que quiero con esta visita, que saques tu ira y tu odio.-dijo agarrándola y dándole un fuerte empujón para un humano, pero que para ella no era nada.-A partir de ahora debes tener el botón cerca, el botón para apagar la humanidad, porque lo necesitarás pulsar mucho.-dijo sonriendo y llevando una mano para limpiarle las lágrimas.-No puedes permitirte el sentir las cosas, debes ser fuerte porque dentro de unos años verás morir a todos los tuyos y te quedarás sola.-con esta marcha solo pretendía que ella madurara y que le fuera bien porque pese a todo la amaba.

Noté el empujón, pero lo que me dolían eran sus palabras, yo no quería perderle, yo le amaba... a él. Respiré un par de veces y me concentré en lo siguiente que iba a decir. Le miré, yo jamás apagaría mi humanidad, jamás lo haría, nunca.

-Damon, te elijo a ti, te amo más a ti, es lo que siento ahora por favor, no me dejes sola, yo no juego con ambos es solo que no quiero dañaros es por eso que quería alejarme, pero te amo... Damon por favor no me dejes, te lo pido.-le dije mientras trataba de no llorar, no quería parecer una blandengue.

Pero no aguanté mucho con esa fachada de chica dura, para nada en absoluto, por lo que mis lágrimas salieron a la luz. Me lancé sobre Damon y le abracé y luego le besé con gran pasión. -Por favor quédate.-dije con un amago de sonrisa.

Damon odiaba tanto esta situación pero ¿qué hacer? Había prometido alejarse de ella si el elegido era Stefan y la verdad es que le costaba mucho el marcharse. Desde que la conoció había ido recuperando mas y mas esa humanidad perdida y pese a creer que podría apagarla cuando quisiera se daba cuenta de que no.

-Elegiste a Stefan ¿sabes? Fuiste clara en aquella llamada que me hiciste. Lo amas y él es bueno para ti. -se encogió de hombros.-Estar conmigo es lo que menos te conviene. Mírame, ¿de verdad crees que puedo hacer feliz a alguien? Tú no me amas, ahora que estás comenzando a ser vampiro crees que lo mejor es la diversión que puedes obtener conmigo, pero no sirvo para eso. Necesitas a Stefan si no quieres convertirte en alguien como Katherine.-decía aparentemente tranquilo intentando evitar el mostrar sentimientos pero le era complicado.

De repente se abalanzó sobre él para abrazarle y besarle. Quería dejarse llevar por el beso pero debía controlarse. -No puedo quedarme, prometí marcharme si elegías a Stefan y así fue, lo elegiste a él y yo debo marcharme. -dijo sin poder mirarla a los ojos.

Damon seguía en sus quinces y seguro que iba a ser difícil hacerle saber que aquello fue prematuro, sin saber las cosas como realmente lo eran ahora. Damon rechazaba cada abrazo y cada beso que yo le daba, lo hacía por Stefan lo sabía, pero yo solo quería que me escuchase un momento.

-Por favor Damon, escúchame un segundo, ¿quieres?-dije haciendo una pausa mientras lo cogía de las manos. -Damon, si bien recuerdas, dije que me quedaba con el primero que conocí, y no sería justo mentir a mi corazón y mis sentimientos reales, ¿no crees?-dije con una sonrisa de lado.

-Damon quiero que entiendas que me importa poco lo que creas de Katherine y yo, somos muy diferentes ambas, eso es verdad, aunque no lo parezca, he hablado con ella y lo he dejado bien claro.-dije mientras dejaba caer las lágrimas por mi rostro. -Es tu decisión ahora, quedarte a mi lado o decirme adiós, ahora que me he sincerado estaré contenta con la decisión que tomes.-dije sincera y seria.

Cada beso y abrazo que Elena le daba, Damon se veía en la obligación de rechazarlo muy a su pesar. Deseaba responderle como ella quería pero no podía traicionar a su hermano. Habían hablado mucho sobre ello y llegaron al acuerdo de que quien ganase sería por méritos propios y el otro respetaría la decisión alejándose de todo pero sin perder el cariño por su hermano. Después de este tiempo estaba mas unido a Stefan que nunca y hacerle esto sería caer bajo.

Recordó de nuevo la primera vez que vio a Elena, cuando creyó que era Katherine. Podría haberla matado ya que en esos días era el Damon sangriento que no se controlaba y hubiera sido una pena perderse todos estos mmomentos con ella porque aunque hubiesen pasado por cosas malas, también había descubierto el amor, la amistad, la lealtad y muchos otros valores que creía perdidos. Asintió cuando lo cogió de las manos. Era cierto que ella dijo que se quedaría con el primero que conoció y ahora resultaba ser Damon al primero que conoció. No sabía que responder a aquello así que siguió oyéndola.

Sabía perfectamente que no se parecía en nada a Katherine, Elena era muchísimo mejor que ella en todo pero era algo que Damon decía para convencerse de que debía irse, aunque no servía de nada ya que ahí se encontraba, con el corazón roto viéndola llorar. Llevó una mano para limpiarle las lágrimas.-¿Por qué no me odias?-preguntó de repente.-Todo sería tan fácil así, yo me marcharía y podrías ser feliz con Stefan. Yo en unos meses o años habría olvidado todo sacando mi lado oscuro y todos tan felices.-dijo acariciando la mejilla de Elena.-Jamás pensé que podría querer tanto a una persona, más que a ese tío que veo en el espejo.-dijo riendo levemente. -Te amo Elena, siempre lo haré. Pero mi hermano es lo más importante que tengo y lo único que me ata a mi vida pasada.-se sentía tan mal. Amaba a la persona que amaba su hermano y se veía entre dos aguas.

Damon se reguntaba el por qué no lo odiaba, era difícil hacerlo, sus echos me lo habían demostrado, eso no era dudoso, pero yo aunque lo amase a él más, no quería perder a ninguno de los dos, por lo que no sabía qué hacer y se lo diría.

-Si no elijo a ninguno, vuestra relación no tiene por qué ser mala, no tiene por qué desaparecer por mi culpa, podéis seguir siendo buenos hermanos, sin yo por medio.-dije mientras bajaba mi vista al suelo.

-Aunque eso sea lo que más me duela. Sé que me quieres, pero sé lo que te ata a Stefan, es por eso que no quiero dañaros.-todo sería más fácil si no sintiera nada si apagara mi humanidad, pero eso era algo que jamás haría.

-Damon qué crees que debamos hacer... con esto...es que me siento tan perdida que no sé que hacer, es como me lanzase al mar sin saber nadar...-le expliqué sincera. -No quiero dañar a Stefan... ni a ti ni meterme en vuestra relación fraternal.-seguí explicando.

La verdad es que me sentía como la mala de la película, me sentía una egoísta, un ser horrible y huraño, pero en verdad no era así, eran mis sentimientos más erróneos, más humanos.

Off: siento mi falta de inspi. U.ú

Al parecer estaba de vuelta la Elena que quería a ambos, solo que esta vez hablaba claro como no hizo nunca. No quería meterse entre los Salvatore y estrropear su relación pero tampoco podía quedarse ella sufriendo. Era algo tan ilógico todo.
Damon tampoco sabía que hacer. Amaba a Elena y amaba a su hermano, dos cariños distintos pero ambos igual de válidos. No quería mal para uno ni para otro pero en esta situación es lo de menos, ya que pasara que pasara sufrirían.-Seremos hermanos siempre y en esta situación sufriremos los tres. Yo ya he intentado olvidar todo apagando mi humanidad pero no puedo...-dijo agachando la cabeza.-...es superior a mí.-estaba dolido, deseaba no haber sentido esto jamás pero que podía hacer.

-No sé nada, solo estoy seguro de que estaré aquí pase lo que pase. Si debo marcharme lo haré, pero si me pides que me quedé me quedaré y te ayudaré con todo esto de la adaptación. -de repente se le ocurrió una idea para intentar pasar de todo y seguir aquí.-Lo que importa es que te adaptes bien y controles esta fuerza. Una vez conseguido se hablará lo demás.-mas bien era una excusa para seguir aquí y no dejarla. Quería pasar todo el tiempo posible con ella y con este periodo nuevo podría ayudarla.-¿Como lo llevas? Abrir el frigorífico y ver esos trozos de carne cruda o sentir el aroma de tu hermano. Sé que con lo fuerte que eres no te costará mucho...-sonrió.

Noté que Damon quería quedarse, eso estaba bien y le sonreí de lado. Siempre estaba bien tenerlo cerca, era un apoyo para mí, y él entendía perfectamente que no quería ponerme en el medio de ambos hermanos, yo no era como Katherine, no lo era. -Al principio es realmente difícil, mordí a Alek yendo cegada por mis fuertes sentimientos pero en fin. Ya lo sabes lo has pasado...-le dije, todo era más claro y más nítido ahora.

Los sentimientos eran aumentados, si estaba furiosa, era casi imposible controlarme a mí misma, lo había demostrado y sufrido cuando estaba desolada con Alek, esto era difícil, pero sabía que no era imposible, sabía que al final vería una luz y sería más cómoda esta situación.

La verdad es que hacía como Stefan, me alimentaba de animales.-Damon yo me alimento de sangre animal, bueno eso es lo que trato de hacer porque nunca es sencillo.-dije con una sonrisa acompañada de una risa. Me tenía que acostumbrar a mi nueva vida como depredadora. -No quiero tomar sangre humana Damon.-le expliqué.

Off siento la brevedad no se me ocurre más u.u

Damon deseaba quedarse y parecía que habían ehcho una tregua para quedarse asumiendo el papel de amigo con la chica. Ahora que se acababa de convertir en vampiro necesitaba toda la ayuda del mundo para no sufrir más de lo necesario. Tal vez esa era la excusa ideal para quedarse con ella, la de ayudarla a superar todo esto. Sabía de sobra que costaba adaptarse pues él mismo lo pasó muy mal y tuvo varias víctimas como era normal.-Sé de sobra lo difícil que es y no te pongas triste por haber hecho eso, seguro que él lo entenderá.-recordaba perfectamente al chico que conoció en el cementerio y que resultó ser un cazador. Ahora tenía gran odio hacia él porque pensaba que se acercó para matarlo. -Con el tiempo podrás combatir las ganas de matar. Aunque siempre se te puede ir la cabeza...mírame a mi.-dijo riendo ya que él era un claro ejemplo de ataques de rabia que acababan con víctimas.

-¿Qué? No me seas tan sosa Elena.-dijo en su tono de burla dando una vuelta alrededor de ella.-Ahora tienes mucha fuerza por ser una neófita pero dentro de poco no tendrás nada y cualquier podría vencerte.-dijo colocando una mano en el hombro de ella.-Si no quieres matar, al menos bebe de bolsas de donantes como hacemos nosotros. De nada te servirá alimentarte de la animal porque cuando venga Rebekah te matará ¿Sabes? Y no podrás cobrarte la venganza....pero como tú veas.

Al hablar con Damon de Alek, pude ver un atisbo de odio e su mirada, no sabía el por qué, pues Alek no le había hecho nada, no al menos que yo supiera, en fin, no iba a indagar más en ese tema. Escuchaba a Damon decir que las ganas de matar eran normales, ¿normales? en serio, no al menos para mí, eso de matar jamás lo había visto bien la verdad, pero Damon era así...

-Damon, para mí eso de matar es justo y absolutamente lo más anormal que conozco.-le expliqué. Realmente esperaba que no se me fuera la cabeza, pues luego me sentiría culpable, pediría a Alek que en ese punto de mi locura, acabase con mi vida.

Damon exclamó de sorpresa al escuchar lo de los animales, para mí no era algo tan extraño, pero sí tenía razón en cuanto a la fuerza. Pero de todas maneras Rebekah sería más fuerte y yo no me quería vengar por lo sucedido, me era igual, pero en el fondo sabía que no lo era. -Ja ja ja, Damon, siempre tan bueno y comprensivo, madre mía, yo sangre humana, transfusiones, bueno al menos no mataría a ningún animal, me lo pensaré.-le dije con una sonrisa de lado.

Aquel cazador que conoció Damon en el cementerio se presentó como un chico común que paseaba por allí y luego resultó ser un cazador que lo mas seguro es que quisiera matarlo, a él y su hermano, algo que no podía permitir. No quería matarlo porque al parecer se unió a Elena como un amigo pero de no ser así le habría arracando el corazón hace mucho.
También por lo que Elena le contó tuvo un momento de locura en el que atacó al joven, algo completamente normal para un vampiro neófito. -¿Anormal? Mírate, eres un vampiro, los vampiros beben sangre. No tenemos que matar como esos tontos de Twilight pero si alimentarnos y al igual que un león, luchar por las ganas de comerte a alguien. Es así Elena, esto fue lo que creó Esther y lo que somos.-se encogió de hombros sonriendo.

Entendía que ella no quisiera ser así pero mejor eso a estar muerta. Ahora tendría una vida eterna pero antes debía acostumbrarse a controlar sus instintos y no a evitarlos.-Eso me gusta más. Debes aprovechar ahora que eres así. Lucha contra tus instintos porque evitarlos solo hará que un futuro se apoderen de ti. Yo soy un gran maestro de autocontrol, aunque a veces es inevitable perderlo.-rió un poco.-Yo puedo ayudarte, al igual que te ayudé cuando querías volverte una cazadora.-estaba dispuesto a eso con tal de estar cerca de ella.

Escuché seria y atenta las palabras que Damon me decía, se notaba que él sabía mucho sobre el tema, y era normal, pasándole lo que le pasó, quería conocer más de Damon, saber más de Damon, estar más con Damon, por lo que respondería a sus preguntas o consejos y le pediría saber más cosas como por ejemplo del autocontrol.

-Bueno Damon, tú eres un claro ejemplo de beber sangre humana de bolsas de transfusión al igual que lo es Caroline, por lo que me viene muy bien tu ayuda, quiero que e ayudes a saber y mantener el control, a no salirme mucho de mis cabales, a tratar de ser normal como antes lo era, eso es lo que quiero.-le dije con una delicada sonrisa dibujada en mi rostro.

-Por cierto Damon, me gustaría saber cómo viviste tú eso y como te has ayudado para no matar a nadie mientras tomabas sangre, puesto que pareces saber mucho del tema, y bueno es interesante que la aprendiz aprenda de el maestro ¿no?-le dije mientras le indicaba que se sentase a mi lado en el sofá.

-No hay una forma clara para controlarse...Simplemente debes ponerte en el luugar de un alcohólico o drogadicto. Ellos sienten la necesidad de consumir alcohol o drogas ¿no? pues bien, luchan por controlarlo. ¿Cómo? Pues alejándote de eso...Cuando tú veas que vas a perder el control es mejor que te retires, que te vayas corriendo a toda velocidad. Las primeras veces tendrás que hacerlo pero habrá una vez que podrás quedarte mirando sangre. Otra cosa que ayuda es contar hasta 3, cierras los ojos para relajarte y cuentas. Pero lo más importante es que con gente a la que quieres te será mas fácil controlarte porque no estarás dispuesto a causarle dolor. Créeme que a veces lo perderás, es normal, pero se pasará.-dijo sonriendo. Intentaba dar consejos a Elena que le ayudaran aunque lo único que ayudaría era su fuerza de voluntad y su peor rival sería ella misma.-Pero si te acostumbras a bolsas serás mas complicado pues es como que te den a elegir entre un plato precocinado o uno recién hecho, así que de vez en cuando no pasa nada por un bocadito.-rió un poco con sarcasmo como siempre.

Se sentó a su lado.-Empecemos por lo de matar gente. He matado a decenas, tal vez lleguen a cien.-se encogió de hombros.-A mí me costaba pero me acostumbré, lo malo fue cuando apagué mi humanidad y mataba por matar. Ahí encontraba placer en matar, ahora tambien pero simplemente paro ese instinto asesino.

Vaya después de escuchar las palabras de Damon no sabía qué pensar o qué hacer, porquesegún entendía, al ser depredadores, éramos asesinos por naturaleza si nos dejábamos llevar por nuestros instintos, algo que yo consideraba horrible, pero era lo que me había convertido y nadie me había obligado a completar la transición.

-Prefiero animales o lo que tú consideras "comida precocinada" si te soy sincera, vengarme, no me import como ya te he dicho antes, solo quiero proteger a la gente que quiero, y tal vez por ello quiera ser algo más fuerte, pero temo ser lo que soy, le dije a Stefan que prefería morir a ser esto, pero mentí, y como me dijo Katherine el otro día, ahora me siento un ser horrible, egoísta e igual a ella.-dije mientras dejaba caer unas lágrimas.

Pasaba una situación realmente difícil que yo nunca había deseado, pensaba en Caroline, que me decía que yo no era malvada y que me saldría bien, que no era tan complejo, pero al mismo tiempo me acordaba de mi encuentro con Katherine, que me decía que yo era como ella, que era un ser egoísta y que jugaba con las personas, con Damon y Stefan, pero no era eso en realidad. Eso quería pensar al menos.-Katherine tiene razón Damon, soy un ser horrible, egoísta y que no sabe qué hacer cuando es el amor lo que interfiere.-dije mientras lo abrazaba, y me decidí dejarme llevar por mis instintos buscando sus labios tan dulces para mí como la miel y le besé con delicadeza, con temor de ser rechazada.

-Bueno pero si quieres protegerlos necesitarás beber sangre humana aunque sea de bolsas. Vale que no quieras morder a alguien pero tampoco puedes pretender vivir a costa de animales porque entonces si que no tendrás fuerza para nada. Mira como estaba Stefan al conocerte, ¿crees que así hubiese podido protegerte? Odio tener que decir esto; pero deberías seguir la actitud de Caroline. No soy gran fan de esa Barbie pero ella se adaptó bien y gracias a las bolsas de sangres es una chica realmente fuerte. Eres neófita, sácale el mayor partido.-sonrió.-Tal vez no puedas matar a Rebekah si viene pero podrás ayudarnos a hacerlo. ¿No crees?-preguntó.

Llevó una mano para limpiar las lágrimas.-No te pareces a Katherine en nada. Ellas es un monstruo aunque eso no cambia que yo la admire por haber pasado tantos años huyendo. La odio, sí, pero no se puede negar que es una superviviente nata. ¿Sabes por qué? Porque ella tuvo que aprender a vivir sola porque traicionaba a todos sus amigos y los mataba. Tú en cambio defiendes a los tuyos.-sonrió terminando de limpiarle las lágrimas cuando de repente la notó cerca y luego más hasta besarlo. Se le notaba con miedo pero Damon no pudo controlarse y le siguió el beso. Rapidamente la agarró y haciendo uso de su velocidad vampírica la acorraló contra una pared. Sabía que eso no le haría daño porque ya no era una humana.

Estaba dejándome llevar por la pasión y Damon también, ambos nos estábamos besando con una pasión loca y desenfrenada, viviendo el momento. De repente, Damon nos levantó del sofá y me acorraló en la pared, yo no dejaba de besarle y él a mí tampoco, pues ambos bebíamos de ese amor y pasión sin frenos.

Pero de repente, aparecieron en mi mente varias imágenes, Stefan, Katherine diciendo que yo era como ella. Me separé de manera brusca de Damon y con lágrimas en los ojos puesto que yo no podía jugar con ellos de ese momento, no debía.

-Damon, no debemos hacer esto, yo me siento mal, me parezco a Katherine, no quiero ser como ella, yo no quiero dañaros ni que peleéis entre vosotros por mi culpa, por ser la estúpida que soy, lo que no entiendo es como os tengo siempre a mi lado.-dije mientras me apartaba de su lado.

-Yo me separaré de ambos, no quiero dañaros Damon, no quiero, eso es lo último que quiero hacer, y no sé bien lo que hacer, si estoy contigo haré daño a Stefan y te odiará, yo no quiero que pase eso Damon.-dije mientras no paraba de llorar.

Damon no se esperó aquel beso pero mucho menos se esperó su reacción. La agarró y haciendo uso de su fuerza vampírica se la llevó hasta ponerla en la pared para seguir besándola. Con sus manos recorría el delicado cuerpo de ella pero con mas pasión que la primera vez en aquel hotel porque ahora ya no temía por usar su fuerza ya que no la lastimaría. No sabía que le estaba empujando a hacer eso cuando hace unos minutos dijo que no quería nada con ella. Cuando colocó las manos en la cadera de ella, esta se separó.

-¿Qué te pasa?-preguntó aparentemente enfadado.-Hace unos minutos llorabas porque no quería besarte y ahora lloras porque lo hago. Me estás volviendo loco Elena. ¿Sabes? No te pareces en nada a Katherine, ella nos usaba como bancos de sangre y nada más, no nos quería. Éramos simples humanos que ella quería tener para alimentarse, solo eso.-dijo colocándose junto a ella.-Tú no eres así. Me volviste mejor persona de lo que soy cuando Katherine siempre intentó sacar lo malo de mí. Además la principal diferencia de ustedes recae aquí.-dijo colocando una mano sobre el corazón de ella.-El tuyo late, tiene sentimientos y no pretende hacer daño. Ella no tiene congelado.-le dedicó una sonrisa.

-No voy a permitir que te vayas, antes nos iremos nosotros para no estropear tu entorno familiar, pero ya que nos vamos a separar déjame acabar esto y ya lo olvidaremos con el tiempo.-dijo agarrando la cara de ella y dándole un beso.-Nadie tiene que enterarse de esto y luego ya no nos verás, me encargaré de llevarme a Stefan.-comentó al separarse.-Solo quiero disfrutar de ti por última vez.-culminó dándole otro beso y agarrándola por la cintura para apretarla contra él.

Le escuché atentamente, yo en realidad no quería irme ni quería que ellos se marchasen, pero en verdad, aún no tenía claros mis sentimientos. Con Stefan se sentía bien, un amor cálido y acompañada de un aura bondadosa, pero con Damon se sentía diferente, un amor descontrolado y pasional, quería vivir con él esa experiencia.

Asentí con la cabeza, y recibí su beso de buen grado y lo seguí, nuestros labios parecían bailar al son de nuestro amor, era una sensación cálida y al mismo tiempo misteriosa. Le amaba, notaba como mis sentimientos tomaban forma y se iban hacia Damon. Puse mis manos en su cabeza, revolviéndole el pelo. Cuando acabó ese beso, me decidí a hablar.

-Damon... Lo que yo quiero es no perderos a ninguno de los dos, quiero teneros siempre a mi lado, pero hoy entiendo que todavía no tengo las cosas muy claras, pero sé que te amo...-dije lanzándome yo esta vez a un nuevo beso, cada vez más fuerte debido a la pasión que sentía al estar a su lado. Le acaricié el cuello y luego el hombro, estaba tan enamorada que no podía evitar pensar en otra cosa que no fuera él y yo juntos. Me quería y diciendo las cosas que me decía, me lo estaba demostrando.

Pasé una mano por su espalda, acariciándole, y abrazándole junto a mí, no quería que ese momento acabase, me acordaba de lo sucedido en el hotel, me había pasado lo mismo, solo que ésta vez, parecía ir bien, le quería, me culpaba por haberme llegado a enamorar de Damon cuando pensaba que mi corazón le pertenecía a Stefan, pero no, esto iba a ser algo mucho más complejo.

Pese a lo que Damon se esperaba, Elena decidió seguirle aquel beso. La chica llevó sus manos al cabello del vampiro para alborotarlo, él seguía pendiente del vaivén de la lengua de ella a la par de la suya y del ritmo de sus labios. ¿Sus manos? Las tenía intactas colocadas en la cadera de la joven como si no quisiera que se marchase, cosa que era cierta. Ahora entendía cuando un vampiro decía que amaba a alguien, ese amor no se comparaba al de los humanos ya que en vampiros no solo se intensificaban otros sentimientos, el amor también. Se sentía mal por su hermano pero Damon Salvatore siempre miró por sí mismo y debía volver a hacerlo costase lo que costase.

Tras separarse, se quedó escuchando las palabras de ella. Quería hablar pero entonces ella se lanzó de nuevo a sus labios. Con las manos fuero recorriendo el cuerpo de él para luego abrazarlo. Se estaba controlando pero ella era un vampiro también, así que volvió a usar su fuerza vampírica, solo que esta vez la llevó al sofá donde la tumbó y se colocó encima de ella. Las manos del mayor de los Salvatore recorría el cuerpo de la joven como deseo de arrancarle la ropa, pero eso era decisión de ella porque lo que menos quería presionarle.