Happy Summer Vacations, Night Creatures!

No sabia si ir a esa fiesta donde estaban organizando en la mansión de James,pero si no iba me perdería de una noche fenomenal, aparte todo mis amigos irían . De tanto pensar decidí que tenia que ir, aparte no iría sola, si no junto a Jeremy. Ahora él se había convertido en una persona muy especial para mí , por eso mismo ahora iría con el ..
Todo estaba listo, baje las escaleras, donde Jer me estaba esperando. Enseguida nos fuimos al auto, ya que los dos vivíamos en mi casa. No tardamos en llegar ala mansión, ya que Jer conducía rápidamente.
En la entrada estaba un mayordomo, el cual nos dejo pasar normal. Pero cuando nos adentramos ala mansión, todo me pareció raro, ya que no veía a mis amigos . Por un momento me quede parada mirando a todo mí alrededor, para ver si estaban por algún sitio, pero nada. Nada de esto estaba bien, sabia que algo andaba mal, y no podía quedarme con los brazos cruzados, pero tampoco podía dejar a Jer solo . Si tenia que hacer algo, haría acompañado de Jer, porque el también sabia como defenderse, y como ayudar cuando todo esta en problemas.
-Jeremy aquí pasa algo, tenemos que encontrar a alguien. No esta Elena, ni James, tampoco Alek. No están mis amigos-dije muy preocupada cogiendo de la mano a Jer.

No sabia como había aceptado ir a la fiesta o a esa reunión que Alice le habría estado mencionando varias veces en el dia.Las fiestas y el muchacho no congeniaban pues prefería estar solo en su habitación leyendo o pasando el día con su compañera que estar de parranda lo cual solo significaba estar rodeado de personas que a el no le importaba o ni los conocía.

Al fin y al cabo acepto , espero a Alice que bajara pues para el un pantalón, un polo y un par de zapatos era suficiente pero para las mujeres,pues todas yacían lo mismo, no bastaba con verse lindas sino perfectas.
La idea de ver nuevamente a su hermana lo alegraba; manejo mas rápido que lo acostumbrado.
Llegaron y paso por la puerta del copiloto para abrir y ayudar a bajar a Alice; un mayordomo les dio la bienvenida; el lugar no era tan malo como lo había pensando pero había algo que a el no lo convenció .

Lo usual para mi es no ser bienvenido a este tipo de reuniones - era lo cierto pues lo mas probable es que todos los invitados fueran vampiros y el solo fuera el banquete .
Sera mejor esperar,Alice - miro por todos lados preocupado - esto me da mala espina

-Jeremy no digas eso, aquí también están tus amigos, y recuerda que tu hermana esta aquí-dije mirándole angustiada. –Ahh, y no estas solo he, así que ningún vampiro te hará daño esta noche- le murmure . Sabia que a Jer no le agradan las fiestas, pero esta vez le había convencido a que venga conmigo, y eso era lo que mas feliz me hacia.
Me sentía tan bien, pero solo había algo que no me gustaba mucho. La mayoría eran vampiros, los invitados, y muy pocos humanos, y eso hacia su presa para la mayoría de los vampiros. Pero jamás dejaría que pase eso, aparte no seria muy fácil que lastimen a Jer, porque el tenia a muchos quienes lo protegían, aparte de mi.
Por mas que Jer trataba de hacerme calmar, no podía, porque sabia que algo pasaba aquí. No era normal que todos mis amigos hayan desaparecido, o hayan ido al baño, o estar por allí, si la fiesta era aquí en medio es esta sala inmensa.
-Jeremy no nos tenemos que separar para nada, y no hagas caso si alguien viene y te dice que tu hermana esta muerta, por favor no hagas caso de nada- dije mirándole asustada, porque no sabia que podría pasar después, pero por mientras nos manteníamos juntos .

Cuando la otra Valerie soltó el comentario levanté una ceja mirando a la rubia que tenía al frente. Me soltó el cabello y reí cuando me amenazó de si quería seguir con vida, me crucé de brazos mirando a la gente que venía a la fiesta, eran un montones. -Vaya, mira que miedo me das, estoy temblando Valerie. Además, creo que tendrías primero que mirarte al espejo antes de criticarme a mí ya que tus pintas no son muy buenas la verdad- Comenté mirándole de arriba abajo. Solté mis manos que estaba cruzados y miré como le daba la mano a Damon, la verdad es que me molestaba pero no quería darle aquella satisfacción a Valerie, así que decidí estar bien. Me apoyé en el coche cuando escuche todo sobre un tal Klaus ¿Qué demonios estaba pasando aquí? ¿Klaus, Elena, Katherine? ¿Quienes eran? Las dos últimas tenían un aspecto igual, que suponía que eran gemelas. Aparté un poco a Valerie para encontrarme con la mirada de Damon y suspire -Explícame todo esto Damon ¿Quién es ese tal Klaus o Elena?- Susurré para que la otra rubia no se enterara de lo que realmente quería decirle. -¿Puedes decirme todo antes de que me vuelva a meter en esa fiesta? Porque entonces buscaré a otro quién me diga que demonios está pasando aquí- Solté. Estaba cabreada ¿Porqué la rubia sabía que pasaba y yo no? Miré a Valerie me fui acercando -Oye tú rubia ¿Porqué no te vas? Porque estás estorbando y creo que aquí no pintas nada. Ya puedes irte con tus muñecas y peluches a jugar- Sonreí sarcásticamente.

Finalmente consegui encontrar el amuleto para poder protegerme del sol, por lo que ahora tenia via libre para asistir a donde quisiera cuando quisiera.
Y que mejor lugar para celebrarlo que la fiesta a la que me habian invitado no hace mucho, o más bien me habia autoinvitado.
Horas antes habia asitido a la tienda de ropa de la ciudad para comprarme uno de los modelitos de aquella zona, pues con el cambio de ciudad habia vendido todas mis prendas para no tener que ir cargada, ya se sabe que con una tarjeta llena de dinero no hace falta mucho más para sobrevivir.
Despues de comprarme el modelito, llame por telefono para alquilar un ferrari, no me gustaba tener coches propios pues era más facil de localizar que si alquilabas coches con distintos nombres.
No tarde mucho tiempo en llegar a la fiesta, aunque si lo suficiente para haber llegado tarde,entre derrapando en el patio, deje el coche en mitad del patio, eso de aparcar no era precisamente lo mio, al fin de cuentas, mi carnet de conducir era falso, como la mitad de mis carnets.
Al bajar del coche supe que llegaba tarde y que la fiesta estaba en su máximo esplendor, pues el olor a sangre, el fuego y las peleas las tenia justo delante de mis ojos.
Sonrei ante el espectaculo, y las babas por el olor a sangre comenzaban a aparecer
Malditos.. todos divirtiendose y yo aqui perdiendome la diversión.
Comente para mi misma, mientrás me acercaba al lugar del problema

Vestido

Me encontraba en la fiesta podía sentir el ambiente tenso y la gente discutir, estaba a punto de retirarme cuando sentí la explosión - que diablos pasa aquí - dije para mi misma mientras veía como se venia todo abajo y como empezaban a pelear.....mis músculos se tensaron y deseaba no sabia porque entrometerme en esto , supongo que por mis instintos de cazador y por ser vampiro esa situación me tenia entretenida.
Fue entonces cuando vi a Natasha, me le acerque
- Natasha que esta pasando- dije no muy segura de la situación

Al parecer aquella noche había una fiesta de un tal Cromwell. O no sé; un apellido parecido a eso. Apenas llegué al pueblo de Mystic Falls, ese día había una fiesta. Qué suerte que tengo. Tenía por seguro que, obviamente, no iría a aquella fiesta. Pero mientras avanzaba el tiempo, aumentaba mi aburrimiento, y con ello, mi impaciencia. Sabía que más tarde o más temprano me convencería a mi mismo de ir a la fiesta. ¿Por qué no sencillamente iba y punto? La hora. La hora me estaba matando. No me fijé en la ventana, no quería asegurarme de lo que estaba pensando. Pero estaba anocheciendo, si no lo había hecho ya. Y no quería salir de noche. Más que nada, no quería sufrir un ataque de ansiedad en medio de la calle. He oído que son malos para la salud, quién sabe. Pero no pude aguantar más. Quería ir a la fiesta, conocer gente... en fin, ser alguien normal con problemas normales. Me duché, me puse un traje cualquiera, pues no me importaba demasiado el aspecto que podía tener. Me conformaba con no parecer un desarrapado. El cielo estrellado iba a resultar un problema, pero era cierto que no me ocurriría nada si no miraba directamente hacia arriba, y me encontrara de frente con las estrellas. Un pequeño truco. Normalmente, siempre que había una fiesta que me llamaba la atención, iba con cierta reticencia; justo como esta vez. No me gustaba la idea de salir de noche; me repelía el pensamiento de poder sufrir de nuevo un ataque de ansiedad. Había ido a innumerables psicólogos, y siempre hacían la misma pregunta. Cuando sufría un ataque de ansiedad -que siempre era por mirar al cielo nocturno lleno de estrellas-, ¿qué intensidad sufría? Del uno al diez. Siempre contestaba lo mismo: veinte.

Anduve todo el camino, mirando, como precaución extra, al suelo. Tuve curiosidad sobre aquellas fiestas, ¿habría mucha gente? Seguramente, y, obviamente, adolescentes todos. Creía haber oído que la fiesta era para celebrar el final del curso y el inicio de las vacaciones de verano. Bueno, mientras no hubiera drogas o cosas así, me conformaba con que hubiera buenas personas. Buenas personas... no sé que pensé cuando me encontré de frente con aquel panorama.

Gente tirada por el suelo, fuego... no sé como no me di cuenta de esa situación mientras me estaba acercando. Pero, para mí, el mundo cesó de girar cuando visualicé a un hombre arrastrándose por el suelo. Eso era todo lo que necesitaba. Corrí hacia el pobre mártir, cogiéndole de los hombros — Tranquilo, tranquilo. ¿Cómo te llamas? — pregunté, intentando tranquilizarle. Le di la vuelta y le libre del traje abriendo su camisa para ver las heridas que tenía en el pecho. Severas quemaduras — J-jake — musitó. Le miré a los ojos — Tienes graves quemaduras en el pecho. Creo que te estás muriendo — su cara fue todo un poema. Fruncí el ceño, mientras pensaba como podría ayudarle — Oh, sí, claro, tienes razón. Si te miento te pondrás bien. Mintamos a Jake, a ver si se le van las quemaduras — no sabía que estaba haciendo. Me estaba dejando llevar por la situación. ¿Funcionaría mi magia? Aunque no lo pareciera, estaba increíblemente nervioso. Algo normal si te encuentras de pronto una situación así, ¿verdad? El hombre quedó inconsciente, y yo me pase las manos por los cabellos, estresado. ¿Qué puedo hacer, qué puedo hacer, qué puedo hacer? Solo pensaba en esa pregunta continuamente — Por favor, cúrate, cúrate — y sin saber lo que hacía, llevé mis manos a sus quemaduras. Y de mis manos salió un polvo dorado y continuo; muy bello. Se fundió con las quemaduras y, al instante, estas se curaron dejando ver piel normal y corriente. No supe como lo hice, ni si nadie me había visto. Alcé la vista para ver a alguien más que pudiera necesitar mi ayuda. Ya me preguntaría más tarde que había ocurrido.

Lo que había empezado como una fiesta, se desenvolvía a pleno gusto para aquellos que observaban desde la oscuridad. Seres sobrenaturales a por donde se viera, magia y sentimientos a flor de piel. Era cuestión de tiempo antes de que los Antiguos, los vampiros más ancianos, Originales como le llamaban en Mystic Falls, se hicieran con los elementos para volver a toda su fuerza y esplendor. Lobos se escondían en pieles de ovejas y lo único bueno en el pueblo estaba en terrible peligro. Elena Gilbert y cualquiera que se consideraba su amigo, tenía muy difícil ver todo el panorama que se orquestraba en la mansión Cromwell. ¿Pero qué podrían hacer?

Un enemigo inesperado se había filtrado entre los invitados, al igual que muchos otros vampiros y personas con el don de la magia natural. ¿Cuáles eran las posibles reacciones de un par de adolescentes contra un mundo que se les venía encima? Los hilos comenzaron a moverse y de repente un par de presentes alejaron a otros de los ojos de los demás. En cuanto estuvieron en las sombras un numero contado de cadáveres estacados serían encontrados en los rincones de la mansión. Volvieron a agruparse mezclándose haciendo uso de la conmoción. Los jóvenes cazadores eran de una belleza casi vampirica y como si nada hubiera pasado se acercaron a más objetivos. Una jovencita rubia y otra pelirroja - Disculpen chicas, ¿Alguna sabe que sucede?- dijeron casi al unisono.

Observe como barbara se acercaba al lugar donde meencontraba y me preguntaba sobre la situación, en serio, a veces me pregunataba que clase de don tenia aquella chica para que se topara conmigo en cada esquina.
Acabo de llegar, no me he enterado de mucho
Comente sin darle mucha importancia.
Es entonces cuando observe que por el suelo habian varios cadaveres, seguramente de ahi provenia el olor a sangre, entre ellos habian varios heridos, aiss, como me gustaria evitarles el sufrimiento...que narices, un giro de cuello y se acabo.
Me acerque a uno de los heridos, seguramente con cuidados se recuperaria, pero eso significaria que no tendria comida, por lo que no me interesaba que sobreviviera.
Me a rodille a su lado, comentandole que le ayudaria a acabar con el sufrimiento, no era mentira, lo apoyo en mis rodillas, y de mi bolso saque un frasquito de cristal.
Cuando la gente seguia entretenida en el jaleo le hice un arañazo en el cuello provocandole una herida grave por la que corria suficiente sangre.
Acerque el frasquito y cuando estubo lo suficiente lleno lo tape y le rompi el cuello aquel humano.
Lo deje caer a mi lado como si de un saco se tratara y me levante mientrás guardaba el frasquito y me dirigia a mi proxima victima, pero este ya estaba en manos de otra persona, ese humano tubo más suerte pues la persona que lo socorrio le salvo la vida, suspire y me acerque al muchacho.
Perderas todas las energias si sigues curando a heridos.
Comente con un toque de rabia por estar salvando a mi comida.
Volvi al lugar donde se encontraba barbara, justo al tiempo que alguien se acercaba para preguntarnos sobre lo ocurrido
En serio me habeis visto cara de wikipedia?
Pregunte mientrás me giraba hacia aquella persona.
Si quieres saber algo investiga por tu cuenta.
Una de las cosas que me daba rabia, preguntas sobre situaciones que ni siquiera yo sabia. Saque el frasquito de sangre, que al ser de color negro no se podia observar su contenido, y le di un sorbo, no era facil aguantar la tentación de morder cuellos con tanta sangre alli presente.

Vi lo que hacia natasha y como le hablaba a alguien mas ,el olor de la sangre era tan fuerte para mi sentí mis ojos volverse rojos estaba cazando...ese era el lugar trate de calmarme cuando un hombre se me acerco con intenciones de ayudarme a salir de allí - gracias ..no puedo caminar bien - le dije cogiando en vano. El me tomo de la cintura y nuevamente me descontrole - no es bueno ser amable sabes - le dije en un murmullo para luego clavarle msi colmillos en su palpitante cuello poco me importaba ahora los humanos para si alguien nos veia creeria que eramos dos locos besandonos en medio de la catastrofe ya que con mi otra mano lo abraze cubriendole el rostro por completo.
Al alejarme de el lanze su cuerpo al suelo aun sentienta pase por encima de el y me limpie una gota de sangre que resbalaba de mis labios

La fiesta se había vuelto un caos. Se quedó al lado de sus hermanos, y de la bruja que no conocía.Volteó a mirar todo el estacionamiento, y notó que todo era una guerra declarada. No daba crédito a lo que estaba viendo. Coches incendiándose, explosiones magistrales, gente muerta, herida, lastimada de alguna extremidad, y gente que aún corría. Los invitados aun salían corriendo de la mansión, y notaba que se quedaron algunos, la mayoría a los cuales no conocía.

- Ay, no... ¿ Quien pudo haberlo hecho? - Contemplaba a un coche tipo Jeep, que se consumía por las llamas. Y mirando el móvil del crimen, el estilo, las explosiones, y el ambiente, solamente podía pensar en una sola persona: Bulleta. Esa chica había hecho estragos en la escuela, y ahora venía a hacerlos a la mansión Cromwell. Miraba a todos irritados, y más a James. Aleksand se veía muy furioso, a punto de sacar a la bestia. De solo pensarlo se le puso la piel de gallina.

-Creo que tenemos que parar esto cuanto antes. Así que es hora de tomarnos las manos- Le tomó su mano a Alek, y Alek se la tomo a James, y James a la bruja que estaba a su lado. Todos cerraron los ojos y aplacaron con magia todas las llamas, a tal grado de deshacerse de ellas. No fue necesario usar lluvia. Un viento fuerte se dejó aparecer entre todos. Las llamas desaparecieron por completo. Se soltó de la mano de Aleksand, para dirigirse hacia una persona que estaba en el suelo, y otra persona lo auxiliaba. Su sorpresa se hizo más grande cuando algo increíble estaba pasando. Alguien estaba curando a un chico que sangraba y que se veía muy mal. Notó que lo curaba con magia. Se hizo hacia atrás y regresó con los chicos. Les hablaba en secreto:

- Chicos, no van a creer esto, pero hay otro hechicero aparte de nosotros en este lugar. Es aquel que se ve cerca, imponiendole manos sobre el pecho de la otra persona. Lo está sanando...- Les dijo a los brujos. - ¿ Qué hacemos? Esto no me gusta como se está poniendo...

Haber decidido acudir a la fiesta no le parecía tan mala idea después de todo, al fin y al cabo, solo era un fiesta plagada de adolescentes, lo peor que podía pasar era que jugasen a Rugby con uno de los caros jarrones que decoraban la mansión Cromwell. Aún así, se sentía algo perdida en aquel momento, pues era la segunda vez que acudía a aquella gran mansión y, además, a penas conocía a nadie y no conseguía localizar a los pocos conocidos que tenía en aquel pueblo, que no sabía si asistirían a la fiesta o no. Por lo pronto, intentaría encontrar a James para decirle que estaba por allí, y trataría de no ponerse tan roja como un tomate, algo que veía un poco imposible. Pero, como siempre, James le llevaba la delantera, y fue él el que la encontró a ella. -Bueno, ya sabes que no me perdería por nada del mundo una fiesta tuya. - dijo sonriendo levemente. El abrazo la cogió totalmente por sorpresa, y más todavía el beso que le dio en la comisura de los labios. Emily sentía que había algo que no cuadraba en todo aquello, aunque, por el momento, no hizo mucho caso de aquel presentimiento. -Gracias. Todavía no me hago a esto de los vestidos. - dijo mirando durante unos segundos el vestido que llevaba puesto y echando de menos sus preciados vaqueros. Ahora que estaba con James, estaba más tranquila, sin sospechar durante un segundo la que se les venía encima.

La tranquilidad duró poco, y es que las fiestas en Mystic Falls no podían suceder sin que algún suceso sobrenatural ocurriera. Empezaron a escucharse explosiones, y aunque Emily no sabría situarlas realmente en un lugar de la casa, estaba segura de que sucedían fuera del edificio. -¿Que está pasando? - preguntó a James, aunque era poco probable que él supiera que era lo que sucedía. Aun así, el joven Cromwell sorprendió una vez más a la bruja, pronunciando un nombre desconocido para la joven; pero por el modo en el que su amigo lo había pronunciado, no podía aventurar nada bueno. James no tardó en pedirla que lo acompañara y Emily le siguió sin rechistar, creyendo que irían al lugar de donde provenían las explosiones para averiguar qué era lo que pasaba; sin embargo, comenzaron a andar en dirección contraria, alejandose de las explosiones. -¿A donde vamos? - preguntó en un tono más bajo del que pretendía, y no supo si James la había escuchado o no, pero Emily no repitió la pregunta. Aquellas explosiones la habían asustado, ¿qué demonios estaría pasando?

No volvió a pronunciar una palabra en todo el camino. James la llevaba a través de pasillos por los que Emily se habría perdido, pero en los que reconocía algunas decoraciones que los Cromwell habían tenido en su mansión en Castle Combe. Subieron al segundo piso y comenzaron a caminar por otro pasillo; James estaba prácticamente tirando de Emily, pues ésta tenía la cabeza en las explosiones, ¿habría habido algún herido? ¿Que hacían subiendo a quien sabe donde en vez de ir al lugar del que provenían las explosiones y detenerlas o ayudar a la gente? En aquel momento, Emily no entendía absolutamente nada. Entonces, de repente, un chico al que no conocía de nada cogió a James, éste soltó la mano de su amiga y ambos, el chico y James, desaparecieron en una habitación. En aquel momento, la joven Leroux estaba en shock, ¿pero que demonios acababa de pasar? ¿Qué estaba pasando en aquel momento a las afueras de la mansión? Emily no se movió del sitio en el que se había quedado. Al rato escuchó gritos y de repente dos chicos salieron de la habitación; después salió James, que lanzó un hechizo al que Emily no prestó atención alguna y volvió a cogerla de la mano para llevarla a otro rincón de la mansión. Esta vez por lo menos fueron al lugar de las explosiones, aunque en aquel momento, Emily prefirió no haber bajado. No pudo evitar abrir la boca de pura sorpresa y horror, ¿quien podía haber hecho eso? Cuando Emily posó su mirada sobre la montaña de cadáveres que había en mitad del aparcamiento, sus ojos se llenaron de lágrimas y su garganta se secó, produciendo un llanto ahogado. Diez personas. Diez jóvenes. No tenían más de dieciocho años. Sus cuerpos yacían tendidos en el suelo, con los ojos abiertos y completamente blancos.

A penas escuchaba nada y era incapaz de apartar la mirada de los cuerpos inertes de aquellos jóvenes. Cuando notó la mano de James sobre la suya fue capaz de reaccionar y volvió el rostro hacía los chicos que acompañaban a James, no les conocía, pero en aquel momento no le importó. Cerró los ojos y dejó que la magia fluyera, ni si quiera lo pensó ni formuló ningún hechizo, solo dejó que la magia pasara a través de su cuerpo. Cuando abrió los ojos, las llamas se habían extinguido. Escuchó lo que dijo uno de los chicos que estaban con ellos en aquel momento y buscó con la mirada al chico que decía. Sí, era cierto, aunque a Emily no le sorprendió que hubiera otro brujo allí, ese pueblo parecía tener un imán para los seres sobrenaturales. Sin dirigir una palabra a los tres chicos con los que se encontraba se acercó al brujo que parecía estar sanando a un herido. Sabía que ella no serviría para nada si tenían que enfrentarse a ningún otro ser sobrenatural, pero por lo menos podría curar a los heridos, ¿no? Antes de llegar a donde estaba el chico, pudo observar que parecía sorprendido, ¿acaso acababa de descubrir sus poderes? Bueno, aquel no era momento para ponerse a explicarle a nadie como funcionaba aquello. Miró en rededor, había bastantes heridos, quizás demasiados para curarlos ella sola, y no sabía si aquel chico sería capaz de volver a curar a otra persona. -¿Puedes echarme un cable? - preguntó con la voz algo ronca. Las lágrimas habían dejado de correr por sus mejillas, aunque su rastro seguía ahí y sus ojos aún estaban rojos y húmedos.

Todo parecía estar bien, ya que teníamos a los tres hechiceros en un solo lugar, y solo faltaba que ellos usaran su magia para que devuelvan el cuerpo de Klaus. Pero en un segundos estos estúpidos hechiceros se atrevieron a escapar, y Reichen con eso de que estaba mal. Ese golpe que Aleksand le dio no fue nada fuerte, porque enseguida se recupero para seguir con el plan.
Ellos creían que estaban haciendo muy bien, y creían haber escapado . Aun no sabían en que se estaban metiendo con ese comportamiento que tenían. Hasta el momento Elijah había actuado de una forma educado, sin lastimar a nadie, a pesar de ese asqueroso momento que le hizo pasar Reichen.
En cuanto estos tres se fueron mire a Klaus. Ahora lo mejor que teníamos que hacer era ir tras ellos,y si se alejaban del resto era mucho mejor. –Hermano lo mejor que tenemos que hacer es ir tras ellos, y yo usare mi fuerza sobrenatural esta vez-dijo con una sonrisa malévola. Cerraron la puerta del baño como si nada hubiera pasado, y camine al lado de Klaus, claro que para el resto él era Tyler . Cuando se dirigían hacia la salida derecha,nos llevamos con una gran sorpresa. Allí estaban Damon y Valerie. Esa hibrida estaba al lado de un Salvatore. Pero antes que estos dos nos viera nos retiramos del lugar usando nuestra velocidad vampírica. No podíamos esperar ni un minuto más. Si ellos están aquí es porque ya lo saben, y eso era un gran problema. No porque teníamos miedo a ellos, si no porque esa hibrida sabe todo lo de mi hermano, y ahora que está del lado de ellos, es fácil que ya se lo haya contado, a menos que está usando el plan que Klaus le ordeno alguna vez. Hacerse pasar por la buena, y poner de su parte a los Salvatore para luego darles en donde más les duele. Porque ella no podía escapar fácilmente de mi hermano, no después de todo lo que hizo por ella. Si tenía que hacerla volver ala fuerza, tenía que hacerse, pero ella no podía salirse con la suya. Antes de que estos dos nos viera desaparecimos del lugar.
Después de un instante aparecimos detrás de los hechiceros, los mire sonriendo, porque ahora si había llegado la hora de actuar como se debía. Deje a Klaus a unos metros del estacionamiento, donde no iba nadie, era el lugar perfecto para lo que tenían que hacer.
Use mi velocidad vampírica, y aparecí al lado de Reichen, y lo cargue en mis hombros , para luego desaparecer del sitio rápidamente, antes de que el resto se diera cuenta que había sido yo. Podía haberlos matado a todos en ese momento, pero aun no era la hora de hacer eso.
-Reichen ahora no podrás escapar a menos que quieras morir-dijo dejándolo en el suelo, al lado de Klaus. –Hermano ahora tendrás tu verdadero cuerpo- Elijah saco su móvil de su bolsillo y se lo dio a Reichen. –Ahora quiero que llames a tu amigo James, y Aleksand. Dile que venga a los pasadizos que queda a unos metros del estacionamiento . Dile que vengan los dos, porque si no llegan en 5 minutos morirás , ah, que vengan solo los dos y nadie mas –finalice mirándole fijamente a los ojos, usando mi don, claro que este hechicero acepto enseguida e hizo lo que le ordene sin decir ni una sola palabra.
Ahora si ya no faltaba nada para que mi hermano sea el mismo de antes, solo esperar que lleguen los dos amigos de Reichen. –Otra cosa Reichen. Si no llegan en el tiempo que te dije, morirás- se paro al lado de este brujo sin quitarle la mirada, mientras que Klaus se preparaba para lo que se venía.

Había muchas personas moribundas. Pero sí lograba hacer de nuevo aquello, quizás podría llegar a curarles a todos. Es confuso, mi magia siempre me ha parecido confusa. Me es suficiente con desear algo con todas mis fuerzas y, mi magia intenta otorgarme en la medida de lo posible mi deseo. Puede parecer sencillo, pero en realidad no lo es. Es complicado desear algo con todas mis fuerzas, y normalmente mi magia sale a la luz cuando tengo cierto estrés o presión psicológica. Como era este caso. Aquel hombre se estaba muriendo justo delante de mis ojos. Hasta que paséis por esa situación, no sabréis lo que se puede llegar a sentir. Si me preguntaran lo que yo sentía, bueno. Es simple a la par que desagradable. Desesperación. Pura, y auténtica desesperación. Cuando se siente algo así, puedes notar un desazón en tu pecho. Como si se tratara de un vacío que se esfuerza por expandirse hasta consumir tu cuerpo y alma. Es harto desagradable, y, absolutamente, nadie quisiera vivir o repetir una experiencia como esa misma. Pero, afortunadamente, parecía que algunas personas trabajaban mejor bajo estrés o ciertas condiciones -como ya he dicho, ese hombre se estaba muriendo justo frente a mis ojos- y, al parecer, ese era mi caso. Fue una fortuna para Jake que me hubiera decidido finalmente en acudir a la fiesta. Si me hubiera quedado en casa para dormir tan tranquilo, a la mañana siguiente habría leído en algún periódico o incluso habría visto en algún telediario que se produjo una auténtica masacre en la mansión Cromwell. Afortunadamente, había sido lo suficientemente impulsivo como para ir a la fiestecilla.

Había bastantes personas que requerían de mi ayuda. O de ayuda, en general. No quise fijarme en aquellos que ni siquiera se movían, porque me podría entrar el pánico. Y no podía. No podía darme aquel lujo, no con toda aquella responsabilidad sobre mis hombros. Porque sí, sentía que debía ayudarles. No podía demorarme ni un segundo más, así que me levanté dejando tranquilo al pobre Jake y una mujer de cabellos rojizos se me acercó con unas extrañas palabras. ¿"Perderás todas las energías si sigues curando a heridos"? Traté de meter eso en el cajón de "Ya me asustaré por eso más tarde", pues la mujer se largó sin más. Últimamente estaba haciendo un uso discriminado de mi preciado cajón. Espero que no le importara. Entonces sucedió algo realmente sorprendente. De pronto, una especie de vendaval sacudió todo el lugar sofocando las llamas. El ambiente se enfrió enseguida como causa. Miré más allá, y pude comprobar que había cuatro personas cogidas de la mano. Tres hombres y una mujer. Al parecer, había más... magos, o lo que fuera. Nunca me había encontrado con alguien más como yo, o por ese estilo. No me deje entretener más tiempo y me dirigí a una mujer que lloraba sobre un hombre que no se movía — Eh, oye, oye. Está bien, respira. Mira las estrellas y respira hondo — dije casi en un tono imperativo. Me arrodillé frente a ella, cogiéndola del brazo para que lo hiciera. Para mi sorpresa, la mujer tuvo la suficiente lógica como para hacer lo que le dije, y con mi mano libre le cerré los párpados. Ella se dejo hacer sin problemas. Solté su brazo y mi mano se vio rodeada de nuevo de un aura mágica dorada ciertamente cálida. Posé la mano sobre una herida en la pierna de mi mujer y la polvareda dorada se fundió al instante de nuevo, justo como sucedió con Jake. Pero la mujer ni siquiera lo notó. El dolor que sentía en su corazón era demasiado fuerte, y volvió a llorar. Eso partió mi corazón en dos. Entonces una mujer se me acercó. Parecía que hacía poco había llorado. Pero asentí rápidamente y me levanté de nuevo, sin querer hacer preguntas — Seamos rápidos — dije, sorprendiéndome a mi mismo. Y podría decirse que me convertí en un sanador, porque me centré exclusivamente en curar y tranquilizar a la gente.

No podía creer en todo lo que estaba pasando, había perdido de vista a mis amigos y tenía miedo de que pudiera haberles pasado algo. Miré seria a Stefan. -Stefan, ve a buscar a Damon, antes he visto a Elijah y no me gusta mucho la idea de que un original ronde por ésta fiesta a sus anchas. Empecé a correr dejando a Stefan atrás y en búsqueda de algunos de mis amigos, necesitaba saber que estaban bien.

Pero como podían estarlo, todo rezumaba fuego y humo, la confusión reinaba en el lugar. Vi a Damon con dos chicas, pero ¿cómo podía parecer tan tranquilo en aquellos momentos? Corrí hacia él enfadada, parecía estar tan despreocupado y disfrutando de una gran velada. Posé mi mano sobre su hombro y respiré hondo antes de decirle nada.

-Damon ven conmigo.-dije mientras lo arrastraba a una distancia prudente para que no nos escuchasen las chicas, aunque Valerie seguro nos oiría debido a su condición de híbrida. -Damon mientras tú te has estado divirtiendo, ha aparecido Bulleta y ha causado el caos, hay mucha gente herida, mientras por otra parte, está Elijah, que no sé qué quiere de Reichen pues ha venido con él. Necesitamos tu ayuda Damon. -dije mientras le miraba a los ojos esperando que nos ayudase.

El dolor en su mano desapareció en el trayecto de escapatoria creado por la distracción de sus hermanos, por su parte el cazador estaba dispuesto a pelear allí mismo pero supuso que James quería mantener la estructura de la mansión en una pieza por lo que siguió a los hechiceros muy de cerca sin perder momento de mirar hacia atrás para asegurarse de que ninguno reciba un ataque por la espalda. El rubio era el escudo de sus hermanos ante cualquier ataque sobrenatural, tenía plena confianza en que ellos usarían su poder como contraataque si era necesario. Nada vino de la retaguardia lo que le dio muy mala espina, se podía esperar cualquier cosa de un par de hermanos y nada menos que vampiros originales. Aún así, nada prepararía a Aleksand Bright para todo lo que sucedería esa noche.

Mystic Falls debía de tener alguna particularidad mágica que hacía que el tiempo y los sucesos pasasen a velocidades que ni el mismo cerebro de una persona podía procesar. Lo primero que le golpeó fue el fuerte aroma a múltiples cosas siendo arrasadas por el fuego, lo segundo fue el tacto de otras manos que se entrelazaban con las propias y en tercero el llanto desesperado de las personas. James hablaba en una especie de cámara lenta mientras todo a su alrededor se movía demasiado rápido, había una chica junto a él a quien solo pudo ponerle el nombre de Emily luego de tanto escuchar sobre ella y haber encontrado un par de fotografías en la mansión. ¿Por qué nunca podía tener un encuentro normal con los amigos de sus amigos? Todo el mundo debía desmoronarse justo en el momento en que el entorno parecía sonreirle. Por un instante deseó con toda su alma que Meredith no dejase la seguridad de su habitación, donde se encontraban solo había gente corriendo desesperada, fuego y llanto. Emociones momentáneas que fueron calmadas por el conjuro de la bruja, dos hechiceros y un cazador aprendiz de magia. Por su parte el último se dedicó a ceder su poder para que sea canalizado, su cabeza estaba demasiado dispersa para pensar en estructuras mágicas y cosas del estilo, además alguien debía estar atento para un ataque sorpresa. Nuevamente, nada ocurrió y el hechizo funcionó de maravillas, bueno si la situación podía asumirse como tal. Emily se alejó inmediatamente a auxiliar a los heridos, por su parte Aleksand estaba estático sin poder decidirse por donde empezar y menos mal que no lo hizo. Reichen desapareció tan rápido como la bruja y para cuando se dio cuenta de ello James estaba profiriendo maldiciones a los cuatro vientos. Nadie lo había notado, eso estaba claro porque era limitada la cantidad de personas que se habían de ese lado del Cromwell. Magia Oscura, un poder que empleó para desaparecer de inmediato. Su móvil sonó y supo contestarlo solo por inercia, Reichen sonaba desesperado al borde de una histeria pero había sido claro, tenía que ir en su encuentro...solo.

Sobrepasado por la situación cayó de rodillas golpeando el suelo con su puño. Elena estaba cerca y también debía cuidar de ella ¿Qué se suponía que debía hacer? Mein Gott Sus manos se juntaron en aquel suelo y sus labios pronunciaron aquella súplica parental inaudible. Como respuesta solo obtuvo una leve brisa fresca, un mínimo viento que logró despejar su mente. Debía ir a por su hermano y terminar con los originales de una vez era la mejor forma de proteger a Elena de un daño inminente o futuro, por el momento tenía que confiar en que Stefan o Damon la protegerían. Si existía aquella confianza, ¿Por que traicionarla con pensamientos de duda? Estaba dejando a su protegida en sus manos, un gesto enorme por parte del cazador aunque nadie supiera de ello o siquiera lo notase.

Sacó a Artemisa de su escondite bajo su ropa y corrió como nunca lo había hecho antes. Aquella arma legendaria no era capaz de matar a aquellos originales pero si de poner a uno de ellos en un sueño lo suficientemente prolongado para considerarlo fuera de batalla. La suerte, o eso creyó, pareció estar de su lado cuando Elijah cayó no más lejos que un par de metros con su defensa baja. Como si su vida dependiera de ello el joven cazador se lanzó con todas sus fuerzas a por el original clavando la estaca milenaria justo en el corazón de Elijah. Sería momentáneamente uno menos. Cuando levantó la mirada para tener un mejor panorama de la situación sintió como si era golpeado directamente al estomago, aunque estaba seguro de no haber recibido ninguna clase de golpe por parte del original o de cualquier otra índole. Destruye a esa abominación escuchaba en su mente y sintió un terror enorme al darse cuenta a quién observaba. Era James, su hermano, su mejor amigo y algo en él le profesaba absoluto odio y sin necesidad de explicaciones Aleksand comprendía la razones de ello mostrandose dispuesto a llevar a cabo esa voluntad. Sus ojos alcanzaron a ver a Tyler y Reichen en la periferia y el cazador no tardó en dar ordenes sin realmente importarle quienes eran - Quiero a ambos fuera. Tyler haré tu voluntad en cuanto termine aquí. Si realmente eres la rata rastrera egoísta que solo se preocupa por si misma que creo que eres, entonces no te opondrás. Hermano, vete y no vuelvas por nada en este mundo - y en este caso solo se dirigía a Reichen-

¿Pero qué puedo hacer contra eso? Se preguntó a sí mismo mirando a James. Si tu no puedes, lo haré yo escuchó su misma voz como respuesta. Inspiró profundo con su mirada clavada en quien debería ser su aliado pero ahora no era más que su peor enemigo. Estaba cansado de todo eso, entidades oscuras causando sufrimiento a todo aquél que tenia el agrado de acercarsele. Era un tonto creyendo que podría tener una vida normal pero a menos podía asegurarsela a su amigos, a su protegida, a todo lo que su corazón amaba. ¿Estas seguro de esto? ¿Qué digo?Esta claro que lo estas. Solo te recuerdo que no hay habrá vuelta atrás. El alemán tampoco estaba de acuerdo con el sacrificio propio pero no es que hubiese otra opción, era su responsabilidad tomar acción contra su hermano, y aún así alguien quedaría cuidando de sus amigos... aunque no fuera él mismo. Será paulatino, pero tampoco puedo prometerte una despedida de ellos, ni yo mismo sé el resultado de esto volvió a decir ¿Y qué importaba si ya se había mentalizado a que no tendría la gracia de poder tener una despedida acorde? - Entonces tendré que dar un salto de fe- sus labios pronunciaron haciendo sonido en el aire. Si al menos pudiese ver el rostro de Meredith una vez más. Una carta de disculpas a Elena, a todos...

Una lagrima de un adiós no dicho cayó por su rostro. El sonido indetectable de la gota al tocar el suelo fue como un estallido dentro de su mente, las cadenas ya eran inexistentes o se iban desintegrando poco a poco. La respuesta estuvo siempre dentro de él, sólo tenía que realmente desearlo, después de todo esa es la base de toda magia. No era más que la fuerza de sus vínculos, el cariño y amor a todos los que había conocido lo que iba despedazando su oscuridad mortal. El verdadero odio, la ira, mentira y rencor ya no eran parte de su persona. Solo quedaba esperar que la contraparte que había aprendido y experimentado en carne propia no desapareciese junto a ello, o todo sería un sacrificio en vano. Pero Aleksand ahora era todo lo que los Pilares habían querido de él y mucho más. El verdadero terror para las criaturas. La misma noche que los mantenía protegidos en su manto sería su enemiga. Un cazador que no conocía tregua ni piedad para la oscuridad. Un ser cuyos ojos ya no volverían a ser azules jamás mas reflejarían el verdadero color de la plata.

Ahora tenía toda la atención de James, de eso no cabía duda porque ambos se atraían como polos opuestos de un imán destinados a arrancarse el corazón al primer descuido, su voz aún mantenía su tono aunque este era severo- Te daré solo una oportunidad de dejar al hechicero o no habrá sombra que pueda esconderte, sufrirás y de manera muy especial- Cada palabra que dijo era absoluta y verdadera. Solo le daba la elección para ahorrarle el dolor a James Cromwell pero el más mínimo movimiento sería tomado como un acto ofensivo y actuaría acorde aunque a simple vista no portaba ningún arma consigo. No hay trato con demonios, esa era la nomina máxima incluso si la imprudencia tenía que ser pagada por el mortal. Normalmente el Poder de Aleksand era como una especie de tornado caótico sin estructura alguna, pero en aquellas fracciones de minutos se había concentrado en él de la misma manera que cualquier ser sobrenatural lo hacía. Sin temor, ni remordimientos, era hora de imponer Orden en Mystic Falls. Sólo que había algo en su interior que no supo contemplar en sus inicios y que le jugaría posiblemente una mala pasada. Solo la magia de un verdadero sirviente de la naturaleza podría romper esa última cadena.

Sonreí cuando mi hermano llegó al interior de la mansión, colocándose en frente mío y de ese brujo inútil. Ya no tenía que mentir más, cogí del brazo fuertemente a Reichen. -Vamos hermano, debemos de dar inicio a la gran y verdadera fiesta, aunque realmente agradezco que alguien nos haya ayudado "sin querer" con el incendio que provenía del exterior. -Cogí al brujo en brazos y mi hermano y yo partimos a nuestro escondite ya anteriormente preparado. Estaba a pocos metros de la mansión.

Solté en el suelo sin ninguna delicadeza a aquel brujo, y dejé que mi hermano continuara con el plan. Me dijo que la estúpida híbrida nos había traicionado, por eso estaba tan extraño el maldito cazador, era porque lo sabía. No tardaron en llegar, James y Alek, atacaron a Elijah, y yo cogí del pelo a su querido amigo Reichen. -Cualquier movimiento que hagáis y le partiré el cuello, aquí mando yo, eso que quede bien claro.-dije serio pero con una inevitable sonrisa de triunfo en mi rostro.

Miré a Elijah como se reponía y a continuación con mi cabeza le hice un gesto para que se pusiera delante nuestro. -Saca mis cenizas. Vosotros dos, tenéis que hacer el hechizo que está en la hoja que mi hermano os acaba de dar. Tenéis cinco minutos para que mi cuerpo se regenere de nuevo y entre yo en él, sino seréis dos en lugar de tres.-dije con tono agresivo.

Desperté en un banco, era de piedra y estaba bajo un árbol decorad con luces plateadas, parpadeé un par de veces al deslumbrarme, me dolía mi cuerpo, y toqué mi cuello al recordar lo sucedido con Tyler, mierda. La herida causada por el mordisco había dejado de sangrar, y realmente después de todo me encontraba mejor. Decidida, comencé a levantarme, estaba algo entumecida por el dolor, pero al menos podía mantenerme de pie.

Recordé a Alek, como me había salvado, pero repentinamente un escalofrío recorrió mi espalda, Alek... Algo debía estar ocurriéndole. Saqué de mi bolso a Artemisa, algo más iba mal en ésta destrozada fiesta. Corrí y me encontré a Elena con Damon, de ella no debía preocuparme, sabía que los Salvatore la protegerían de cualquier mal.
Corrí por la fiesta y pregunté a una chica del instituto si había visto a Alek, me dijo que lo había visto salir hacia un bosque trasero que había a unos metros.

Corrí hacia allí, y me encontré una escena espeluznante. Tyler sujetaba a Reichen de los pelos y Elijah estaba delante de ambos en posición protectora. Mientras que Alek, no parecía él mismo y parecía estar dispuesto a pelearse con James, que también estaba siendo extraño, yo no entendía de magia, pero lo último que se tenía que hacer, es pelearse entre nuestro bando. Preparé de un solo movimiento a Artemisa, y escuché las palabras que salían de la boca de Tyler, que por lo visto era Klaus. Mierda, esto no podía ponerse peor. -Por favor chicos, volved a vuestros cabales ahora, no necesitamos empeorar más esta situación.-dije interponiéndome entre James y Alek.

Aquella escena se estaba poniendo mucho más terrorífica de la cuenta. Los gritos no cesaban, la gente no dejaba de correr a todos lados, había un nuevo hechicero en la ciudad, y fue a notificarle a sus hermanos. Se trataba de un chico delgado, que era atractivo y luchaba por todos los medios para poder ayudar a las personas en desgracia. Se quedó sorprendido de cómo el chico estaba trabajando codo con codo con todos los que estaban al servicio de los demás. Cuando iba a decir algo, desapareció de repente. Sintió como algo le jalaba y lo llevaba a un lugar desconocido. Volteó a todos lados, le costaba algo de trabajo incorporarse, ya que el viaje repentino le mareó un poco. Ahí se encontraban Tyler y Elijah, y este último era quien le había raptado. Lo que no entendía era el por qué Elijah y Tyler estaban juntos. Reichen estaba asustado, pero no lo demostraba, quería hacerse el valiente.

Elijah lo amenazó una vez más, obligándole a llamarle a sus hermanos Aleksand y James. No entendía el por qué Reichen era necesario en ese momento para ellos, y cual era el afán de que Reichen y sus hermanos le ayudaran, o en este caso, a que le ayudaran a recuperar el cuerpo de Klaus. Tyler era nombrado como " hermano", por parte de Elijah, y entonces cayó en la cuenta de que Tyler no era él mismo, sino que dentro de él se encontraba Klaus. Puso los ojos como platos, y notó que verdaderamente estaba en peligro. Obligado por Elijah, tuvo que hacer la llamada a sus hermanos, pidiendoles su auxilio. El primero en llegar fue James, quien no se veía nada bien, al contrario, parecía lleno ira. Le llamó debil, y le amenazó con matarlo si no hacía algo que de verdad ayudara a la situación. Dudó un poco de James, no sabía si era él mismo, o estaba siendo poseído por magia oscura; sin embargo, recordaba ese momento donde James lo insultó en la ceremonia de iniciación. Ya no entendía con quien estaba hablando. Y poco despues entró Aleksand con un arma. Intentaba atacar a Elijah, pero antes amenazó a James, y a Klaus. Aleksand comenzó a derramar lágrimas. Reichen se conmovía, estaba harto de siempre ser el débil, de ser siempre el que sería rescatado. No aguantaba más. Klaus lo sostuvo de los cabellos, y amenazó con matarlo, si no hacían lo que pedían. Miró a James y a Aleksand un momento.

"Debil..."

"Debil,Debil...DEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBILDEBIL.......

- Veamos, hijo de perra, prefiero mil veces que me mates a que vuelvas a tener tu maldito cuerpo de asesino en serie. Y no te conviene hacerlo...- Hizo una pausa para seguir hablando- Podrías hacerte un daño a tí mismo, porque...no tienes a una Bonnie Bennett, porque ella es la única que podría ayudarte, y porque eres tan loco ni siquiera Caroline te quiso, que ni siquiera nadie te ha amado, y lo que te mereces es un infierno eterno. Por eso ni tu madre te quería, ni tu padre, y obviamente...tampoco nosotros - Sonrió maliciosamente, cuando se dejó aparecer un viento fuerte, y de lejos venía una parvada de cuervos que venían dirigidos a Klaus y a Elijah. Eran miles y miles de cuervos que venían directo a sacarle los ojos.

- Veamos quien es ahora el debil- Pudo safarse de Klaus, a quien unos cuervos le picaban los ojos, y lo rodeaban. Reichen se alejó y se hizo a un lado. Al tocar un arbol, notó que había un espacio, una especie de portal. Fue a dar a una dimensión un tanto extraña. Fue a dar a un lugar que se veía tan lúgubre, tan muerto. ¿ A donde había ido a dar? ¿ Quien lo había rescatado?

Había estado observando desde la ventana lo que ocurría en el aparcamiento y como todo ardía y estallaban bombas, algo que no le había parecido demasiado normal; los seres sobrenaturales como ella solían preferir no llamar mucho la atención, que solo aquellos que debían saberlo supieran lo que en realidad estaba pasando. Los autores de aquello, en cambio, parecían querer que todo el mundo se enterase de lo que estaba pasando en aquel momento. Recorrió el aparcamiento con la mirada y pudo ver a los autores de aquello, no les conocía. También vio aparecer a tres chicos y una chica, hechiceros todos ellos, que habían apagado el fuego; James se encontraba entre ellos. Había perdido a Valerie entre tanto alboroto y ahora tenía que pensar; no tenía ni idea de dónde podía estar Klaus, aunque seguramente estaría cerca de donde estuviese Elijah. Seguía mirando por la ventana cuando vio que el grupito de brujos desaparecía, algo que le llamó la atención. Estaba claro que Klaus necesitaba a un hechicero o una bruja para cambiar de cuerpo, o incluso puede que necesitase alguno más, pues, según tenía entendido, el cuerpo de Klaus acabó hecho cenizas, por lo que si quería regresar a él, primero tenían que recomponerlo. Eso era malo, muy malo. Estaba claro que no podían matar a Klaus, ya que, junto con el original, morirían todos aquellos vampiros de su linea de sangre; pero en el cuerpo de Tyler por lo menos era menos peligroso de lo que lo era su propio cuerpo.

Se separó de la ventana y se dirigió en busca de Valerie, tenían que hacer algo, no podían permitir que Klaus regresara a su cuerpo, eso significaría volver a huir, seguir huyendo durante quien sabe cuantos siglos más, y Katherine no quería aquello, ya habían pasado quinientos años, ¿cuanto tiempo más tendría que seguir así si no lograban vencerlo? ¿Otros quinientos tal vez? ¿Mil? De ninguna manera. Salió de la habitación y se dedicó a buscar a Valerie, ya que ella sola no podía enfrentarse a Klaus, menos estando éste con Elijah. Recorrió toda la casa en busca de su amiga y, finalmente, dio con ella y, para su sorpresa, no estaba sola. - Hombre Damon, cuanto tiempo sin verte. - dijo torciendo esa media sonrisa tan característica suya, y luego se volvió a Valerie. -Hay que hacer algo ya. - esta vez habló en un tono de voz más serio, pero es que era un tema serio. - Creo que ya tiene a los brujos que necesita, no tardará mucho, de pende de si los brujos colaboran por las buenas o no, y esperemos que no lo hagan. - hablaba en un tono bajo, casi pegada al oído de Valerie, aunque sabía que Damon podía oírla perfectamente.

La situación a cada momento iba poniendose más interesante.
Vampiros, que no esconden lo que son, cazadores que proclaman a los cuatro vientos que se cargaran a todo vampiro o persona que ataque, hechiceros..
Pero todo esto se concentraba en un mismo lugar, por lo que a mi no me involucraba demasiado.
Visto que pasaba desapercibida, y olor a sangre volvia a aparecer, decidi seguir con lo mio.
Cogi un par de frsquitos más, ya no era momento de desimular por lo que humano que aparecia por mi camino humano al que chupaba a la sangre, o rellenaba alguno de los frasquitos.
Cuando llevaba ya bastantes, me limpie la boca satisfecha con mi estomago y abri el bolso para observar los frasquito que llevaba.
Unos 20 frasquitos, supongo que durante una semana tendria suficientes, pero aun queria divertirme un poco más y observe todos aquellos hombres humanos de la zona.
Me fui acercando uno a uno, y cuando caian en mis garras y no me interesaba algo de ellos les partia el cuello.
Me di cuenta que observar la guerra seria mucho más interesante, por lo que me acerque a ver la situación, eso si, humano que se me acercaba a preguntar sobre lo ocurrido humano al que le rompia el cuello.

Justo cuando terminaba de hablar, un efluvio vino a mis fosas nasales, Katherine, traté de avisar a Damon, pero él también se habría dado cuenta, por lo que me dedicaría a ayudar a los humanos heridos o perdidos. Me fui caminando entre los destrozos y la gente que había, cuando, de repente en la lejanía, vi perfectamente como una vampiro desconocida se aprovechaba de la confusión de los humanos, para así alimentarse de ellos y luego matarlos.

Fui con mi velocidad vampírica hacia ella, la cogí del cuello, su pelo era rojo anaranjado como el fuego, caía en ondas por su espalda, y parecía no preocuparle en absouto que alguien la viera o el qué pensaran de ella. -No sé quien eres, pero ya hay suficientes problemas como para dejar que tú sigas causando más.-dije seria y con un claro tono de furia. En cuanto terminara con ella, iría a buscar a los demás y ayudarlos en lo que pudiera, no tenía rastro ni de Bonnie, Meredith, Caroline, Alek... De nadie.

Mientrás me desacia de un despreciable baboso humano, no me di cuenta de que en ese momento me estaban observando, y que me causaria problemas.
Acababa de dejarlo muerto en el suelo cuando note que una mano delgada me cogia por el cuello.
La mire de arriba abajo, era una vampira, se notaba por la fuerza y la velocidad con la que me habia cogido, tendria más o menos mi altura, delgada, con el cabello suelto de tonalidad castaña oscura, a conjunto con el color marrón de sus ojos.
Le mire a los ojos, sonrei con mi típica media sonrisa malvada, y escuche lo que dijo:
Yo solo estoy limpiando la basura del lugar.
Dije arrastrando las palabras con la sonrisa en la boca.
A mi nadie me daba ordenes y menos me cogia por el cuello.
Sueltame
Dije con un tono seco serio, y todabia con la sonrisa en la boca.
Gracias a toda la sangre que habia estado bebeiendo, débil no era precisamente en el estado en el que me encontraba en estos momentos.
Le escupi en la cara y la cogi por la muñeca que me sujetaba del cuello.
Comence a apretarla y clavarle mis uñas para que me soltara, a la vez que la retorcia con intención de romperle la muñeca.