Una nueva vida [Libre]

Yo era de esa clase de chicas que se pasean por ahí sin tener ningún propósito en específico, ¿Por qué? Bueno, principalmente es porque me gusta tener algunas aventuras, sin voy pensando exactamente que quiero... nada me sorprenderá, y en este momento, en este lugar estoy demasiado necesitada de diversión, o de algo, de verdad ansío cualquier cosa que me haga salir del profundo aburrimiento en que me encontraba.
Esa tarde, la dispuse para recorrer el centro de Mystic Falls, tenía poco tiempo que mis padres y yo nos mudamos, y conocía a tan pocos, que me sentía tan fuera de lugar; estaba muy poco acostumbrada a ese sentimiento, usualmente cambiabamos tanto de ciudad que nunca me preocupaba por encajar, o conocer a fondo un lugar. Este sería diferente.
El centro estaba concurrido, o al menos tanto como ellos lo consideraban concurrido, después de visitar tantas grandes ciudades, esto en comparación era una pequeña, muy pequeña multitud. Llevaba mi vestido de verano, aún había suficiente sol como para no pasar frío, comenzaba a conocer un poco como andaba el clima. Fue entonces cuando vi a una chica al lado de una maleta, por lo que en seguida supuse que era o una visitante o una nueva residente; no había nadie a su lado y sólo tenía una valija, así que estaba sola...Recordé la sensación de ser la chica nueva, quizás estuviera asustada, o sorprendida o perdida, y ... yo no tenía nada planeado. ¡Eso era lo genial de dejarse llevar por el viento! Él me había traido a esa chica.
-Hola- saludé llegando desde un costado, con voz tranquila, no quería asustarla ni nada por el estilo -Parece que acabas de llegar- comenté lo primero que salió de mi boca, ¡Por supuesto que acababa de llegar! Dudaba mucho que hubiera estado sin que la hubiese visto, porque lucía como de mi edad, o que al menos iba a la preparatoria. -Yo fui la chica nueva hace poco.

Continué mirando todo a mí alrededor observando hasta el más mínimo detalle con tal admiración como si en un instante aquél paisaje fuera a desaparecer. Tal vez exageraba un poco con mi fanatismo hacía el lugar en donde me encontraba, no es que fuera algo de otro mundo, de hecho, no podría compararlo en nada con mi país; Inglaterra. A mis ojos, Mystic Falls lucía viejo y un tanto descuidado, pero aun así todo era tan simple que lograba verse hermoso.

Ya no le prestaba tanta atención a las personas que pasaban y me miraban con extrañez, preferí invertir ese poco tiempo en seguir admirando todo lo que tenía frente a mis ojos. Hasta que escuché unos pasos cerca de mi fue entonces cuando desperté del momento hechizante en el que me encontraba, no le tomé mucha importancia, seguramente no se dirigían a donde estaba yo, así que simplemente miré el panorama con el mismo fanatismo de antes, pero los pasos se acercaban más y más, el sonido aumentaba y una silueta comenzaba a formarse a la lejanía, no tuve más remedio que girarme un poco para poder ver a quien se aproximaba a mí.
Mi sorpresa fue tal que cuando me saludó no pude sacar palabra alguna de mi boca, por un momento me había colapsado. De entre tanta gente que pasaba, una chica tuvo la cortesía de acercarse a mí y saludarme, me sorprendió porque, generalmente nadie que pareciera de mi edad se acercaba a mí y menos a saludarme tan amablemente, casi siempre lo hacían pero con la intención de molestar.
Además de eso, me sentí un tanto avergonzada, ella lucía tan fresca y bien vestida, mientras que yo llevaba puesta la ropa más horrible que tenía en el armario, sabía que debía ponerme otra cosa, pero cuando vas a huir de casa lo menos que piensas es en lo que te vas a poner, y si a eso le añadimos que mi pelo estaba un poco alborotado por el largo y cansado viaje, lo que se obtiene al final es una facha desastrosa. Pero debía dejar de pensar en esas cosas, la chica continuó hablando y parecía como si la estuviese ignorando, así que respondí, al menos a su último comentario, como mejor pude.
- Parece que me has descubierto, tal vez mi maleta me delató - Sonreí un poco, sabía que la maleta era lo último en lo que tendrían que fijarse para darse cuenta que no era de aquél lugar.