¿Me dejas entrar? [Libre]
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¿Me dejas entrar? [Libre]
De la mano de un hombre encapuchado se acercó a una mansión. En silencio. Mientras caminaban no intercambiaron palabra alguna. Subió los peldaños antes de llegar a la puerta y esperó. El hombre se inclinó hacia ella y le dió un papel doblado en tres partes. Con la cara a oscuras por la capucha apenas se podía vislumbrar la media sonrisa que le estaba dando por respuesta. El cuervo de su hombro graznó. Le cogió las patas antes de que tuviera intenciones de emprender el vuelo. Le ató en una pierna un papel enrollado y dejó que el animal se elevara por encima de la casa. Daniella le estudiaba con sus ojos aguamarina pero entonces el hombre le miró con un brillo como el zafiro y cuando volvió a mirar ya no estaba. Sólo sabía una cosa que tenía que hacer. Tocar el timbre y entregar la nota a la primera persona que apareciera por la puerta. Levantó la mano y apretó el timbre, dos veces y aguardó a que alguien le abriera.
Daniella Rubs- Humanos
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Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Se encontraba atendiendo el jardín de lirios blancos que le había pedido permiso a James de tener. Le tranquilizaba hacerlo y eso sin mencionar que esos lirios eran su favorito, su flor preferida. No sabía desde cuando ni porque, pero así era. Después de todo no era flora que creciese en el lugar de donde venía. Escuchó el timbre desde el otro lado de la mansión, no es que el sonido fuera fuerte sino que su sentido del oído estaba demasiado bien desarrollado. Posiblemente no sería nadie importante y los criados se encargarían de ello pronto, pero no tardó en llegar uno para decirle que tenía que ver algo.
Estaba intrigado, primero por lo que vería y segundo porque habían recurrido a él. Seguramente eso era indicio de que James no estaba en la casa, o lo estaba pero no quería ser molestado. Dado que el chico Cromwell lo había recibido con tanta hospitalidad no le importaba encargarse de algunas de las tareas en la casa y eso significaba recibir a las visitas.
Cuando abrió la puerta principal se quedó sorprendido por lo que encontró. Estaba seguro que la niña frente a él no era la hermana de James porque había visto fotografía y recuadros de ellas en la casa. El joven rubio se limitó a sonreír, curioso para luego preguntar- ¿Puedo ayudarte en algo?
Estaba intrigado, primero por lo que vería y segundo porque habían recurrido a él. Seguramente eso era indicio de que James no estaba en la casa, o lo estaba pero no quería ser molestado. Dado que el chico Cromwell lo había recibido con tanta hospitalidad no le importaba encargarse de algunas de las tareas en la casa y eso significaba recibir a las visitas.
Cuando abrió la puerta principal se quedó sorprendido por lo que encontró. Estaba seguro que la niña frente a él no era la hermana de James porque había visto fotografía y recuadros de ellas en la casa. El joven rubio se limitó a sonreír, curioso para luego preguntar- ¿Puedo ayudarte en algo?
Aleksand Bright- Cazadores
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Fecha de inscripción : 05/05/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Seguí esperando en la puerta, miraba por las ventanas y de nuevo a la puerta. Esperaba que alguien me abriera pronto o de lo contrario, tendría que buscar un sitio en donde pasar la noche. Miré el jardín, era enorme y puede que nadie se fijara en mí si me escondía. Detrás de ese rosal que tiene una altura considerable, podría esconderme a la tarde y dormir. Escuché la puerta abrirse y clavé mi mirada en el chico. Tenía los ojos casi del mismo color que yo. No dije nada. Sólo miré el papel que tenía en mi mano. Lo desdoblé y se lo enseñé:
“Muy señores míos;
Ya no se dejan bebés en las puertas de casa, eso es para los orfanatos pero estoy seguro que les queda humanidad para acoger a esta hermosa niña en su casa. No les dará problemas, pronto se irá de casa. No, no pienso volver a recogerla. No hará falta. Sus padres murieron y nadie la quiere. Está enferma, lleva una semana sin tratamiento. Tiene el virus H1N1, comúnmente como gripe. Morirá a las pocas semanas, no tengan tiempo de encariñarse. Claro que siempre pueden dejarla tirada en la calle y acelerar el proceso.”
Le miré atentamente y algo se me subió por la garganta. Empecé a toser sin parar y a llorar. La garganta la tenía irritada y escupí un poco de sangre.
“Muy señores míos;
Ya no se dejan bebés en las puertas de casa, eso es para los orfanatos pero estoy seguro que les queda humanidad para acoger a esta hermosa niña en su casa. No les dará problemas, pronto se irá de casa. No, no pienso volver a recogerla. No hará falta. Sus padres murieron y nadie la quiere. Está enferma, lleva una semana sin tratamiento. Tiene el virus H1N1, comúnmente como gripe. Morirá a las pocas semanas, no tengan tiempo de encariñarse. Claro que siempre pueden dejarla tirada en la calle y acelerar el proceso.”
Le miré atentamente y algo se me subió por la garganta. Empecé a toser sin parar y a llorar. La garganta la tenía irritada y escupí un poco de sangre.
Daniella Rubs- Humanos
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Fecha de inscripción : 01/06/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
La niña no había pronunciado palabra, parecía una muñeca dejada allí a su suerte con un mensaje. Que los cielos tengan piedad ¡Qué mensaje! Era como si le hubiesen enviado un prisionero sentenciado a muerte. Todo aquello era demasiado cruel, incluso para el joven alemán. En cuanto estaba terminando de leer, la pequeña ya había escupido algo de sangre y las lagrimas caían por su rostro que lo hacían brillar a la luz del sol. Oh no, no, no, no llores.Se decía el rubio a sí mismo. Si existía algo que lo sobrepasase ese era el llanto de una persona pequeña, y más si era de una niña.
Tan rápido como el suelo se tiñó de rojo el chico había llevado su mano al bolsillo trasero para sacar un pañuelo blanco con un patrón de lunas plateadas para dejarlo en su pequeña mano y enseguida alzarla en brazos. Corrió hacia adentro, gritando ordenes a diestra y siniestra. Allí se podía ver con exactitud la magnitud con la que había sido entrenado- ¡Y necesito un frasco rojo que esta en el cajón de mi escritorio! -le pidió casi a gritos a un criado. Sabía muy bien que estaba sobrepasando su autoridad y que si luego de esto James le daba una patada que lo empujase hasta la salida, lo aceptaría. Lo que no dejaría estar era que aquella niña muriera si podía hacer algo. No le gustaba la solución, es más la repudiaba, pero la sangre de vampiro era su única opción para un estado avanzado de H1N1.
-Estarás bien pequeña. ¿Como te llamas? -le sonrió para calmarla- Yo soy Aleksand. A-Lek-Sand - Le repitió despacio para darle tiempo a entenderlo entre tanto caos. Y allí estaba ese sentimiento de nuevo, quería convertirse en el escudo de la pequeña pues eso había sido desde siempre
Tan rápido como el suelo se tiñó de rojo el chico había llevado su mano al bolsillo trasero para sacar un pañuelo blanco con un patrón de lunas plateadas para dejarlo en su pequeña mano y enseguida alzarla en brazos. Corrió hacia adentro, gritando ordenes a diestra y siniestra. Allí se podía ver con exactitud la magnitud con la que había sido entrenado- ¡Y necesito un frasco rojo que esta en el cajón de mi escritorio! -le pidió casi a gritos a un criado. Sabía muy bien que estaba sobrepasando su autoridad y que si luego de esto James le daba una patada que lo empujase hasta la salida, lo aceptaría. Lo que no dejaría estar era que aquella niña muriera si podía hacer algo. No le gustaba la solución, es más la repudiaba, pero la sangre de vampiro era su única opción para un estado avanzado de H1N1.
-Estarás bien pequeña. ¿Como te llamas? -le sonrió para calmarla- Yo soy Aleksand. A-Lek-Sand - Le repitió despacio para darle tiempo a entenderlo entre tanto caos. Y allí estaba ese sentimiento de nuevo, quería convertirse en el escudo de la pequeña pues eso había sido desde siempre
Aleksand Bright- Cazadores
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Fecha de inscripción : 05/05/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Volver a estar en brazos me encantaba. Mi madre no me cogía nunca, siempre iba a todas partes de la mano. Le abracé, rodeándole el cuello. Aquel desconocido me había dejado entrar. Ya no tenía que esconderme entre las rosas. Quizás esta noche me dejaría dormir en su cama porque tengo pesadillas en la oscuridad. Seguí tosiendo, la garganta me ardía. Encontré un momento de respiro para escucharle. Yo no entendía nada. Otra vez medicina pero dijo que era un frasco rojo, a lo mejor sabe a fresa. Me gusta mucho la fresa. Sólo espero que no sea amargo. Siempre la gente me decía lo mismo: tienes que tomarte esto para que me pusiera bien. Pero si yo estaba bien. Siempre tosía, era lo normal. Me dijo su nombre, muy largo para volver a pronunciarlo.
-Alsan -dije con lengua de trapo. Le sonreí antes de decir mi nombre muy bajito -Daniella -sonreí pero la risa duró poco. Volví a toser de nuevo. Tenía la cara roja-. Alsan... ¿sabe a fresa el frasco rojo?.
-Alsan -dije con lengua de trapo. Le sonreí antes de decir mi nombre muy bajito -Daniella -sonreí pero la risa duró poco. Volví a toser de nuevo. Tenía la cara roja-. Alsan... ¿sabe a fresa el frasco rojo?.
Daniella Rubs- Humanos
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Fecha de inscripción : 01/06/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Sí, la niña era una muñequita en sus brazos a la vista de todos. Tan así que temía quebrarla si hacía un movimiento brusco. Al chico le costaba horrores mantener la compostura al escuchar como esos pequeños pulmones pedían aire a gritos y podía sentir casi en carne propia el dolor de cumplir aquella función vital de respirar. ¿Quién podría haber dejado que algo así le sucediese?¿Quién tendría el corazón tan muerto para abandonarla en ese estado? Estaba lleno de furia pero no la mostraría, estaba acostumbrado a aparentar.
Jamás había cuidado de un ser más pequeño de esa manera. Ryckard era el más indicado. Daría su espada por tenerlo allí un momento y escuchar su consejo. Pero estaba solo con un par de criados y él era el encargado. Sonrió puesto que era lo que mejor sabía hacer -Daniella ¿Tienes idea de quien te trajo aquí y por qué?- Si la niña sabía contestar , que los cielos se apiadasen de las almas de aquellas personas. Acarició su cabeza para tranquilizarla- Será como lamer metal, pero si lo bebes luego podemos tomar un rico batido de fresa. Te lo prometo - Dijo moviendo un poco su cuerpo para darle un poco de vida. No mucho después un criado se acercó con su pedido, el lo tomó con su mano y mantuvo el frasco a la altura de los ojos de la pequeña - ¿Puedes hacerlo? - Tenía fuertes ansias de tirar aquella cosa lejos de Daniella, pero era la única esperanza que tenía ahora. Que irónico
Jamás había cuidado de un ser más pequeño de esa manera. Ryckard era el más indicado. Daría su espada por tenerlo allí un momento y escuchar su consejo. Pero estaba solo con un par de criados y él era el encargado. Sonrió puesto que era lo que mejor sabía hacer -Daniella ¿Tienes idea de quien te trajo aquí y por qué?- Si la niña sabía contestar , que los cielos se apiadasen de las almas de aquellas personas. Acarició su cabeza para tranquilizarla- Será como lamer metal, pero si lo bebes luego podemos tomar un rico batido de fresa. Te lo prometo - Dijo moviendo un poco su cuerpo para darle un poco de vida. No mucho después un criado se acercó con su pedido, el lo tomó con su mano y mantuvo el frasco a la altura de los ojos de la pequeña - ¿Puedes hacerlo? - Tenía fuertes ansias de tirar aquella cosa lejos de Daniella, pero era la única esperanza que tenía ahora. Que irónico
Aleksand Bright- Cazadores
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Fecha de inscripción : 05/05/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Todo este tiempo que había estado sin ver a James. Desde ese día donde me ayudo cuando Alek intento hacerme daño por haberla mordido y por otras razones.Hoy no tenía nada que hacer.Si desde el día que deje de ser humana perdí por completo mi trabajo que tenía en el hospital, ahora ya no era esa enfermera que tenía que ir a trabajar todos los días al hospital. Era demasiado fuerte para mí estar frente a personas enfermas, algunos que tenía algún tipo de accidentes. No quería hacer daño a nadie, es por eso que ahora solo me dedicaba a tomar fotografías.
De tanto pensar en muchas cosas decidí ir a casa de James, necesitaba hablar con el de muchas cosas, necesitaba verlo, decirle que lo quería, saber que no le había perdido. Sabía muy bien que si iba me toparía con su hermana Natasha, pero ni eso me importo con tal de verlo . Si tenía que aguantar todo los caprichos de su hermana lo haría, si ya muchas veces lo hice , porque no podía hacerlo ahora, aparte su hermana me caía muy bien, solo que ella creía que yo le había quitado el cariño de su hermano, que era por mi culpa que el se portara distinto con ella. Natasha creía que todo era por mi culpa, que yo estaba ocupando su lugar . Y eso no era cierto. James adoraba a su hermana, y el cariño que el y yo nos teníamos era muy distintos a lo que sentía por su hermana.
Sin pensarlo dos veces me fui muy temprano.
Cuando me abrió la puerta , me sorprendí de que no fuera Natasha, si no el mismo de James.Fu maravilloso verlo y con esa amabilidad de siempre me dejo pasar. No había pasado mucho tiempo de que estuviéramos allí conversando de muchas cosas, cuando de repente James recibió una llamada, y al rato tuvo que irse. Lo bueno de todo esto es que me dejo en su casa , ya que no se tartadaría en volver.
Cuando me dirigía por la sala, pude oí voces, hasta sentí ese aroma tan delicioso de la sangre, pero quien mas estaba aquí- Me acerque al lugar de donde venia las voces . Me quede detrás de la pared observando lo que sucedía . Lo que no m esperaba era ver a Alek junto a una niña. No pude estar cruzada de brazos viendo que necesitaba ayuda, porque algo andaba mal ahí.
No me importaba si me hiciera millones de preguntas o si me votara de su lado, aunque estaba segura de que no le daría tiempo para esas cosas .
Aparecí así de repente al lado de Alek y de la niña-
-Alek dime qué puedo hacer para ayudarte con la niña-Dije muy preocupada. Mis palabras eran muy sinceras y estaba muy afectada con esta escena que tenia frente a mis ojos. Me puse a la altura de los dos, para que así pueda hablarlos mejor.
-No estás solo, me tienes a mi para ayudarte Alek-Finalice pasando mis manos por su hombro, mientras miraba de reojo a la niña con una cálida sonrisa. Ahora no tenía muchos problemas para estar cerca de la sangre, ya podía controlarme.
De tanto pensar en muchas cosas decidí ir a casa de James, necesitaba hablar con el de muchas cosas, necesitaba verlo, decirle que lo quería, saber que no le había perdido. Sabía muy bien que si iba me toparía con su hermana Natasha, pero ni eso me importo con tal de verlo . Si tenía que aguantar todo los caprichos de su hermana lo haría, si ya muchas veces lo hice , porque no podía hacerlo ahora, aparte su hermana me caía muy bien, solo que ella creía que yo le había quitado el cariño de su hermano, que era por mi culpa que el se portara distinto con ella. Natasha creía que todo era por mi culpa, que yo estaba ocupando su lugar . Y eso no era cierto. James adoraba a su hermana, y el cariño que el y yo nos teníamos era muy distintos a lo que sentía por su hermana.
Sin pensarlo dos veces me fui muy temprano.
Cuando me abrió la puerta , me sorprendí de que no fuera Natasha, si no el mismo de James.Fu maravilloso verlo y con esa amabilidad de siempre me dejo pasar. No había pasado mucho tiempo de que estuviéramos allí conversando de muchas cosas, cuando de repente James recibió una llamada, y al rato tuvo que irse. Lo bueno de todo esto es que me dejo en su casa , ya que no se tartadaría en volver.
Cuando me dirigía por la sala, pude oí voces, hasta sentí ese aroma tan delicioso de la sangre, pero quien mas estaba aquí- Me acerque al lugar de donde venia las voces . Me quede detrás de la pared observando lo que sucedía . Lo que no m esperaba era ver a Alek junto a una niña. No pude estar cruzada de brazos viendo que necesitaba ayuda, porque algo andaba mal ahí.
No me importaba si me hiciera millones de preguntas o si me votara de su lado, aunque estaba segura de que no le daría tiempo para esas cosas .
Aparecí así de repente al lado de Alek y de la niña-
-Alek dime qué puedo hacer para ayudarte con la niña-Dije muy preocupada. Mis palabras eran muy sinceras y estaba muy afectada con esta escena que tenia frente a mis ojos. Me puse a la altura de los dos, para que así pueda hablarlos mejor.
-No estás solo, me tienes a mi para ayudarte Alek-Finalice pasando mis manos por su hombro, mientras miraba de reojo a la niña con una cálida sonrisa. Ahora no tenía muchos problemas para estar cerca de la sangre, ya podía controlarme.
Alice M. Stewart- Vampiros con Protección
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Localización : Afueras de mystic falls
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Alsand le gustaba, le recordaba a su padre. Tenía el mismo color de ojos y el mismo tipo de pelo. Dejé apoyar mi cabeza sobre su hombro. Me notaba cansada aunque siempre me sentía así. Alsand me hizo una pregunta y negué con la cabeza. Me froté los ojitos con el dorso de la mano y le puse una manita en su mejilla.
-No lo recuerdo Alsand. Me dijo que lo olvidara -me encogí de hombros y miré la casa. Era grande, había gente pendiente de mí y muchas cosas bonitas. - ¡Uaah! Estamos en un palacio... ¿eres un príncipe? -le dije con los ojos abiertos, sorprendida. Nunca los había visto pero seguro que Alsand lo era porque vivía en un palacio y tenía mayordomos. En las películas de Disney siempre salen con ellos.
Cogí el bote entre mis manos y asentí. Lo abrí con mis pequeñas manos y justo antes de empezar a beberlo apareció una mujer que se ofrecía a ayudar. Me recordaba a una doctora. No me gustaban los médicos. Siempre me metían palitos de helado en la boca que me dejaban mal sabor y me colocaban ventosas por el cuerpo. No me gustaban los médicos. Hundí mi rostro en el cuello de Alsand.
-Médicos no, no quiero madera en mi lengua - Le dije escondiendo más mi cara para que ella no me viera. Entonces noté que me estaba mojando. ¿Me había meado encima? Dejé apoyada mi frente en su cuello para poder ver hacia abajo. El frasco se me cayó y el líquido se desparramó por la camisa de Alsand y por mi vestido. Me abracé más a él para que no lo viera. Cuando meaba la cama su madre le regañaba mucho. Lloré pensando que el príncipe me echaría de casa por portarme mal -. Lo siento. Se ma escapao -dije con lengua de trapo.
-No lo recuerdo Alsand. Me dijo que lo olvidara -me encogí de hombros y miré la casa. Era grande, había gente pendiente de mí y muchas cosas bonitas. - ¡Uaah! Estamos en un palacio... ¿eres un príncipe? -le dije con los ojos abiertos, sorprendida. Nunca los había visto pero seguro que Alsand lo era porque vivía en un palacio y tenía mayordomos. En las películas de Disney siempre salen con ellos.
Cogí el bote entre mis manos y asentí. Lo abrí con mis pequeñas manos y justo antes de empezar a beberlo apareció una mujer que se ofrecía a ayudar. Me recordaba a una doctora. No me gustaban los médicos. Siempre me metían palitos de helado en la boca que me dejaban mal sabor y me colocaban ventosas por el cuerpo. No me gustaban los médicos. Hundí mi rostro en el cuello de Alsand.
-Médicos no, no quiero madera en mi lengua - Le dije escondiendo más mi cara para que ella no me viera. Entonces noté que me estaba mojando. ¿Me había meado encima? Dejé apoyada mi frente en su cuello para poder ver hacia abajo. El frasco se me cayó y el líquido se desparramó por la camisa de Alsand y por mi vestido. Me abracé más a él para que no lo viera. Cuando meaba la cama su madre le regañaba mucho. Lloré pensando que el príncipe me echaría de casa por portarme mal -. Lo siento. Se ma escapao -dije con lengua de trapo.
Daniella Rubs- Humanos
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Fecha de inscripción : 01/06/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
No sabía como actuar, lo único que quería es alejar ese dolor de la criatura. Era tan frágil y la sentía tan liviana en sus brazos que se preocupaba que no hubiese comido bien en días. Le pidió a un criado que trajera algo para la niña, no tan sólido puesto que no sabía el estado de su garganta ante tanta tos.
-No te preocupes, no era tan importante -le dijo con una sonrisa la cual se vió ampliada ante la observación de la niña ¿Se podía ser más tierno? Los niños eran una debilidad que jamás había mostrado hasta ahora- De hecho el príncipe esta fuera de casa, puedes decir que yo soy su caballero - le explicó respecto de él y James. Oh si el Cromwell lo escuchaba posiblemente se reiría y soltaría algo como "yo soy quien te protege a ti" en su marcado acento inglés.
La mansión era un caos, y entre esa entropía había salido Alice ¿Que rayos hacía allí? Como un acto reflejo abrazó completamente a la niña impidiendo que la vampiresa se acercase. Sabía que la chica no sería peligro alguno pero no podía apagar su sentido de protección asi porque sí- No te preocupes, nadie hará nada sin tu permiso -le dijó lanzando una mirada a la vampiresa para que retrocediese un paso. Su presencia estaba alterando a Daniella y por consiguiente a Aleksand. De repente le llegó el aroma a hierro y la sensación de mojado, la sangre de vampiro estaba derramada entre los dos y la niña lloraba desconsoladamente.
-Descuida, no ha pasado nada. Los accidentes le pasan a cualquiera. Alice, necesitamos más de esto - señaló la sangre con la mirada esperando que la chica entendiera la indirecta. Quizás había sido suerte que Alice llegara.
-No te preocupes, no era tan importante -le dijo con una sonrisa la cual se vió ampliada ante la observación de la niña ¿Se podía ser más tierno? Los niños eran una debilidad que jamás había mostrado hasta ahora- De hecho el príncipe esta fuera de casa, puedes decir que yo soy su caballero - le explicó respecto de él y James. Oh si el Cromwell lo escuchaba posiblemente se reiría y soltaría algo como "yo soy quien te protege a ti" en su marcado acento inglés.
La mansión era un caos, y entre esa entropía había salido Alice ¿Que rayos hacía allí? Como un acto reflejo abrazó completamente a la niña impidiendo que la vampiresa se acercase. Sabía que la chica no sería peligro alguno pero no podía apagar su sentido de protección asi porque sí- No te preocupes, nadie hará nada sin tu permiso -le dijó lanzando una mirada a la vampiresa para que retrocediese un paso. Su presencia estaba alterando a Daniella y por consiguiente a Aleksand. De repente le llegó el aroma a hierro y la sensación de mojado, la sangre de vampiro estaba derramada entre los dos y la niña lloraba desconsoladamente.
-Descuida, no ha pasado nada. Los accidentes le pasan a cualquiera. Alice, necesitamos más de esto - señaló la sangre con la mirada esperando que la chica entendiera la indirecta. Quizás había sido suerte que Alice llegara.
Aleksand Bright- Cazadores
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Fecha de inscripción : 05/05/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Sabía que mi presencia no era nada agradable en ese lugar, mucho menos cuando Alek estaba con una niña humana. Si una humana. Y de hecho en el instante de solo verme allí ha pensado lo peor, que lo haría como lo hice con él en mi casa . Por suerte eso no iba pasar, eso creo. Había aprendido a controlar mi sed, y no haría ningún daño más a nadie. Sé que necesitaba sangre humana para sobrevivir, porque aún no sabía cazar mucho. Estaba aprendiendo un poco. De todas maneras podía controlarme.
Cuando vi que la niña se escondía al solo verme. Lo lance una cálida sonrisa para que se sienta tranquila. Al menos que Alek se lo haya contado lo que era, eso sí era un problema. Cuando escuche esas palabras de las bocas de mi mejor amigo di un suspiro,y luego di un paso hacia atrás. No iba dejarlo solo, no me importaba si él no quiera que esté allí, pero yo me quedaba sí o sí. Ignorando sus comentario me puse a la altura de ellos .
-Niña no me tengas miedo no te hare nada-Dije tocando su cabeza con una gran ternura. Pude darme cuenta de lo que sucedía en ese momento, pero que acababa de pasar . Cerré los ojos fuertemente para poder resistir estar cerca de una humana. Me levante rápidamente, para luego conseguir una tela para que se limpiaran ambos .
-Alek ten esto, límpiate o quieres que te traiga un polo . Ah tráeme ropa para la niña para poder cambiarlo, pero rápido antes que se moje más.O quieres que se embarre a todo el cuerpo-Añadí muy preocupada. Era obvio que necesitaba mi ayuda aunque se negara, y por eso no podía dejarlo. Quería el volviera a confiar en mi como antes , él era mi mejor amigo y no quería perderlo nunca.
Aquí había algo más, necesitaba saber que más tenía la niña, porque por la forma de como la veo se nota que esta algo enferma, pero antes necesitábamos solucionar lo que acababa de ocurrir.
Cuando vi que la niña se escondía al solo verme. Lo lance una cálida sonrisa para que se sienta tranquila. Al menos que Alek se lo haya contado lo que era, eso sí era un problema. Cuando escuche esas palabras de las bocas de mi mejor amigo di un suspiro,y luego di un paso hacia atrás. No iba dejarlo solo, no me importaba si él no quiera que esté allí, pero yo me quedaba sí o sí. Ignorando sus comentario me puse a la altura de ellos .
-Niña no me tengas miedo no te hare nada-Dije tocando su cabeza con una gran ternura. Pude darme cuenta de lo que sucedía en ese momento, pero que acababa de pasar . Cerré los ojos fuertemente para poder resistir estar cerca de una humana. Me levante rápidamente, para luego conseguir una tela para que se limpiaran ambos .
-Alek ten esto, límpiate o quieres que te traiga un polo . Ah tráeme ropa para la niña para poder cambiarlo, pero rápido antes que se moje más.O quieres que se embarre a todo el cuerpo-Añadí muy preocupada. Era obvio que necesitaba mi ayuda aunque se negara, y por eso no podía dejarlo. Quería el volviera a confiar en mi como antes , él era mi mejor amigo y no quería perderlo nunca.
Aquí había algo más, necesitaba saber que más tenía la niña, porque por la forma de como la veo se nota que esta algo enferma, pero antes necesitábamos solucionar lo que acababa de ocurrir.
Alice M. Stewart- Vampiros con Protección
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Localización : Afueras de mystic falls
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
-Mi señor, ¿cuál es la puerta que hace más años que no cruzamos? -Tras unos segundos de silencio, la voz de su mente respondió:
-Una de américa.
-¡Perfecto! Me gustan esas tierras, todos llevan plumas y corren desnudos.
-Eso era hace más de 500 años, Lenore...
-Cierto, a lo mejor ahora ya no usan siquiera las plumas -Tras una divertida y burlona mueca, la niña abrió la puerta entre risitas tímidas y abrió el paraguas el cual apoyó en su hombro libre, mirando el paisaje que se abría ante ella.
Habían casas, muchas, el suelo era duro... como de piedra, ya no había tierra... y habían desaparecido la mayoría de árboles y animales. ¡Cómo habían cambiado los humanos en esos años! Ahora iban vestidos y la mayoría tenían la piel clara en vez de morena... y obviamente no llevaban plumas.
-Mi señor Raggamuffin, ¿habéis visto? ¡Hay muchos humanos! -Gritaba para sí, emocionada, haciendo girar el paraguas sin parar.
-Empieza por algo fácil, Lenore -Un niño se quedó mirándola en la acera de enfrente y a Lenore se le encendió la única neurona que debía rondar su torpe cabeza.
-Niños -Se puso a andar animada, arrastrando los pies, lo cual no parecía gustar demasiado a la gente con la que se cruzaba, que la miraron con cara extraña. No soportaba esas caras... casi deseaba desconfigurárselas a arañazos, pero algo la distrajo en el momento oportuno.
-Mi señor... ¿Oléis lo mismo que yo? -Sangre, no muy lejos de donde ella se encontraba... y no era sangre de animal... era de un cuerpo humano... aunque tenía un aroma curiosamente extraño. Sin pensarlo dos veces, empezó a andar hasta las afueras del pueblo, llegando a una mansión. Se oían voces desde fuera, parecía que los humanos del interior estaban estresados.
De un salto, Lenore se subió a un árbol del jardín y se fue de rama en rama, buscando una ventana para ver lo que armaba tanto jaleo... y lo más importante. ¿Dónde estaba la sangre?
Al fin, colgando cabeza a abajo lo vio. Un hombre ya mayor sujetaba a una niña... y más lejos había una vieja que los miraba. El hombre y la niña eran los que se habían empapado en sangre. ¿Qué se suponía que hacían los humanos en esa época? ¿Se sacaban las vísceras entre ellos para ver de qué color eran? ¿Porqué jugaban con sangre?
La curiosidad mataba por dentro a Lenore que se dejó caer de la rama y se apoyó en la ventana, lo cual provocó un calambre en sus dedos. Esa casa tenía dueño... no podría entrar fácilmente. Pero quería entrar... o incluso mejor... quería sacar a la niña... esa niña bañada en sangre... de repente su bombilla de las malas ideas se le iluminó. Raggamuffin en su hombro, casi podía sentirlo pero no tuvo tiempo de evitarlo. Lenore estaba dando golpecitos en el cristal para llamar la atención de los que habían dentro.
-Estúpida...
-Quien lo dice lo es -Dijo casi sin mover los labios. Esperó a que los que habían a dentro se giraran a verla y entonces tiró su aliento contra el cristal, escribió “Hola” al revés para que lo leyeran bien. Su amplia sonrisa infantil era casi conmovedora, y además, para que no quedaran dudas de su inocencia, cogió a Raggamuffin entre sus brazos, haciendo también un saludo con el brazo del muñeco, dedicado a la niña pequeña.
-Una de américa.
-¡Perfecto! Me gustan esas tierras, todos llevan plumas y corren desnudos.
-Eso era hace más de 500 años, Lenore...
-Cierto, a lo mejor ahora ya no usan siquiera las plumas -Tras una divertida y burlona mueca, la niña abrió la puerta entre risitas tímidas y abrió el paraguas el cual apoyó en su hombro libre, mirando el paisaje que se abría ante ella.
Habían casas, muchas, el suelo era duro... como de piedra, ya no había tierra... y habían desaparecido la mayoría de árboles y animales. ¡Cómo habían cambiado los humanos en esos años! Ahora iban vestidos y la mayoría tenían la piel clara en vez de morena... y obviamente no llevaban plumas.
-Mi señor Raggamuffin, ¿habéis visto? ¡Hay muchos humanos! -Gritaba para sí, emocionada, haciendo girar el paraguas sin parar.
-Empieza por algo fácil, Lenore -Un niño se quedó mirándola en la acera de enfrente y a Lenore se le encendió la única neurona que debía rondar su torpe cabeza.
-Niños -Se puso a andar animada, arrastrando los pies, lo cual no parecía gustar demasiado a la gente con la que se cruzaba, que la miraron con cara extraña. No soportaba esas caras... casi deseaba desconfigurárselas a arañazos, pero algo la distrajo en el momento oportuno.
-Mi señor... ¿Oléis lo mismo que yo? -Sangre, no muy lejos de donde ella se encontraba... y no era sangre de animal... era de un cuerpo humano... aunque tenía un aroma curiosamente extraño. Sin pensarlo dos veces, empezó a andar hasta las afueras del pueblo, llegando a una mansión. Se oían voces desde fuera, parecía que los humanos del interior estaban estresados.
De un salto, Lenore se subió a un árbol del jardín y se fue de rama en rama, buscando una ventana para ver lo que armaba tanto jaleo... y lo más importante. ¿Dónde estaba la sangre?
Al fin, colgando cabeza a abajo lo vio. Un hombre ya mayor sujetaba a una niña... y más lejos había una vieja que los miraba. El hombre y la niña eran los que se habían empapado en sangre. ¿Qué se suponía que hacían los humanos en esa época? ¿Se sacaban las vísceras entre ellos para ver de qué color eran? ¿Porqué jugaban con sangre?
La curiosidad mataba por dentro a Lenore que se dejó caer de la rama y se apoyó en la ventana, lo cual provocó un calambre en sus dedos. Esa casa tenía dueño... no podría entrar fácilmente. Pero quería entrar... o incluso mejor... quería sacar a la niña... esa niña bañada en sangre... de repente su bombilla de las malas ideas se le iluminó. Raggamuffin en su hombro, casi podía sentirlo pero no tuvo tiempo de evitarlo. Lenore estaba dando golpecitos en el cristal para llamar la atención de los que habían dentro.
-Estúpida...
-Quien lo dice lo es -Dijo casi sin mover los labios. Esperó a que los que habían a dentro se giraran a verla y entonces tiró su aliento contra el cristal, escribió “Hola” al revés para que lo leyeran bien. Su amplia sonrisa infantil era casi conmovedora, y además, para que no quedaran dudas de su inocencia, cogió a Raggamuffin entre sus brazos, haciendo también un saludo con el brazo del muñeco, dedicado a la niña pequeña.
Lenore- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 31/05/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
Pronto todos volvían a estar pendientes de mí. Me sonrojé. Por mi torpeza quizás me echaban del castillo. Seguro que el príncipe no quería niñas que van tirando zumos de fresa por el suelo o mancha a la gente. Pero... Alsan es bueno, es un caballero bueno. El príncipe tiene que ser igual de bueno, o mejor. Los caballeros siempre defienden con su vida a los príncipes de todo mal. Si Alsan no le contaba al príncipe del castillo lo que había hecho, quizás la dejarían quedarse. Sólo debía a ayudar a limpiar. Su mamá siempre le decía que las manchas se quitaban frotando. Juntó su ropa y empezó a frotar... pero sin agua y sin jabón, lo que conseguía es esparcir más la mancha. Dejó de intentarlo y se puso a soltar lagrimones en silencio.
-Alsand, no le digas nada al príncipe.
“¡Quiero ir con mi mamá y con mi papá”, pensó de pronto. Los echaba de menos aunque la regañaran. Quería estar con ellos. ¿Dónde estaban? Intentó que no se la vieran llorar. Se puso las manitas ocultando los ojos, así se volvía invisible. Un nuevo ataque de tos le hizo volver a llorar por el escozor, pero eran unas lágrimas de nada, sin importancia.
Y la vió. Al principio no escuchó los golpecitos en la ventana, sólo vió el gesto. Una chica estaba mirándolos por la ventana. Escribió un “Hola” con el vaho de su boca y eso le llamó más la atención. ¿Sería la princesa del castillo? La saludó con la mano de su muñeco. Puse mi mano en la mejilla raspada de Alsand y le moví la cara para que mirara por la ventana al tiempo que le señalaba la chica. “No debes señalar a nadie”, la voz de su madre se lo recordó. Bajó el dedo avergonzada.
-¿Es la hermana del príncipe?
Tras mirarla detenidamente, decidió saludarla, moviendo sus dedos arriba y abajo de forma infantil.
-Alsand, no le digas nada al príncipe.
“¡Quiero ir con mi mamá y con mi papá”, pensó de pronto. Los echaba de menos aunque la regañaran. Quería estar con ellos. ¿Dónde estaban? Intentó que no se la vieran llorar. Se puso las manitas ocultando los ojos, así se volvía invisible. Un nuevo ataque de tos le hizo volver a llorar por el escozor, pero eran unas lágrimas de nada, sin importancia.
Y la vió. Al principio no escuchó los golpecitos en la ventana, sólo vió el gesto. Una chica estaba mirándolos por la ventana. Escribió un “Hola” con el vaho de su boca y eso le llamó más la atención. ¿Sería la princesa del castillo? La saludó con la mano de su muñeco. Puse mi mano en la mejilla raspada de Alsand y le moví la cara para que mirara por la ventana al tiempo que le señalaba la chica. “No debes señalar a nadie”, la voz de su madre se lo recordó. Bajó el dedo avergonzada.
-¿Es la hermana del príncipe?
Tras mirarla detenidamente, decidió saludarla, moviendo sus dedos arriba y abajo de forma infantil.
Daniella Rubs- Humanos
- Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 01/06/2012
Re: ¿Me dejas entrar? [Libre]
La niña, como todo pequeño, rebozaba en la pureza de sus sentimientos y emociones. Sus intenciones estaban puestas en ayudar mas su inexperiencia no se lo permitian y solo conseguía empeorar la situación. Para Aleksand aquello no era un problema en sí mismo, las machas eran sólo eso, manchas. Evitar la caída de más lagrimas de una niña pequeña con los días contados era la verdadera cuestión, el rubio tenía un corazón demasiado blando para dejar las cosas como estaban. Posiblemente James terminaría enterándose de todo lo que había pasado pero el cazador conocía muy bien el corazón de su hermano y estaba seguro que no le negaría hospedaje a una pobre niña indefensa con una enfermedad terminal -Tranquila Daniella, el príncipe es muy buena persona pero si tu deseas no le diré. Será un secreto entre ambos - enseguida le guiñó un ojo para tranquilizarla aliviar la tensión del momento, jugar y hacerle olvidar el problema.
Aleksand seguía mirando a la niña, moviendola cada tanto para intentar hacerle reír casi como a un bebé. No se le daba mal el trato con los niños, le era algo muy natural pero a su vista hacía muy poca diferencia si el pequeño tenía un año o siete. Su voz le indicó de algo lo cual no se había percatado, una presencia de lo más extraña dado el inusual sitio donde se había decidido a aparecer. Era una niña también, por un segundo creyó que sería la hermana de Daniella mas su pregunta levantó cualquier sospecha de eso. ¿Quién podría ser? Algo en ella le causaba una especie de frío en la espalda al rubio sin embargo su cariño por aquellos más pequeños era más fuerte que cualquier instinto que pudiese tener.
El cazador le sonrió desde su lugar e imitó el saludo de Daniella para luego volver a pararse con la niña en brazos y caminar hasta la puerta. Quizás lo mejor sería disfrutar un poco del sol y el aire libre de los jardines tan hermosos que tenía la mansión Cromwell y la recién arribada podría unirseles. Antes de salir por la puerta, Aleksand pidió a las criadas que preparan un picnic para las niñas y que si eran tan amables de alcanzar la canasta a los jardines en cuanto estuviese terminada - Vamos a jugar afuera - terminó de decir dejando la protección del hogar Cromwell detrás.
Enseguida su mirada se posó en la extraña y este le dijo desde su posición- ¡Tendremos un picnic! Puedes venir si lo deseas, estoy seguro que Daniella apreciará tener una amiga por aquí- El chico le sonrió a la niña en sus brazos -¿Qué te parece la idea? Ella parece una buena persona- Como siempre su alma demasiado bondadosa le jugaría en contra.
Aleksand seguía mirando a la niña, moviendola cada tanto para intentar hacerle reír casi como a un bebé. No se le daba mal el trato con los niños, le era algo muy natural pero a su vista hacía muy poca diferencia si el pequeño tenía un año o siete. Su voz le indicó de algo lo cual no se había percatado, una presencia de lo más extraña dado el inusual sitio donde se había decidido a aparecer. Era una niña también, por un segundo creyó que sería la hermana de Daniella mas su pregunta levantó cualquier sospecha de eso. ¿Quién podría ser? Algo en ella le causaba una especie de frío en la espalda al rubio sin embargo su cariño por aquellos más pequeños era más fuerte que cualquier instinto que pudiese tener.
El cazador le sonrió desde su lugar e imitó el saludo de Daniella para luego volver a pararse con la niña en brazos y caminar hasta la puerta. Quizás lo mejor sería disfrutar un poco del sol y el aire libre de los jardines tan hermosos que tenía la mansión Cromwell y la recién arribada podría unirseles. Antes de salir por la puerta, Aleksand pidió a las criadas que preparan un picnic para las niñas y que si eran tan amables de alcanzar la canasta a los jardines en cuanto estuviese terminada - Vamos a jugar afuera - terminó de decir dejando la protección del hogar Cromwell detrás.
Enseguida su mirada se posó en la extraña y este le dijo desde su posición- ¡Tendremos un picnic! Puedes venir si lo deseas, estoy seguro que Daniella apreciará tener una amiga por aquí- El chico le sonrió a la niña en sus brazos -¿Qué te parece la idea? Ella parece una buena persona- Como siempre su alma demasiado bondadosa le jugaría en contra.
Aleksand Bright- Cazadores
- Mensajes : 392
Fecha de inscripción : 05/05/2012
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