Nueva historia,mismos personajes *Aleksand*

Fue un día de escuela en donde dejaron demasiada tarea. A veces pensaba Reichen que todos los maestros tenían la idea de que sus materias eran las únicas en el universo. No les interesaba siquiera si otro maestro les dejaba trabajos al estilo tesis. No obstante, Reichen disfrutaba de hacerlas de todos modos, ya que disponía de muchísimo tiempo libre. Le gustaba lo que hacía, ademas que lo seguía compaginando con sus estudios de brujería. Reichen había avanzado considerablemente, e incluso podía defenderse solo. Las brujas y los vampiros no tenían buena relación en Mystic Falls, ni en ninguna parte. La excepción al problema era Stefan, al que todos querían.

El hechicero abrió su diario, y comenzó a escribir, mientras esperaba su limonada. Había tanto que escribir en ese libro. Todo sin duda estaba cambiando para todos. Saludó a Matt Donovan, el chico del equipo escolar.

- Gracias Matt- Dijo Reichen cuando le sirvió su limonada.
- De nada, es un placer tenerte de regreso a Mystic Falls- Le respondió Matt con esa sonrisa amable que lo caracterizaba.- Te puedo servir otra cosa?- Preguntó a Reichen.
- No, gracias. Estoy bien por el momento- Le respondió sonriente y de repente se atrevió a preguntarle.- Oye, has visto a Elena?
- No, ultimamente no, pero si la llego a ver le paso tus saludos. Que estes bien amigo- Le dedicó otra sonrisa amable y se retiró.

Entonces, miró entrar a ese chico rubio, guapo, que siempre las chicas contemplaban. Era alguien familiar, su amigo, con quien habia hecho una estrecha amistad. Sonrió levemente, suspirando por alivio, ya no se iba a sentir fuera de orbita en ese lugar. Levanto la mano para hacerle una seña. No entendia como es que sin haberlo llamado, justamente se habian encontrado en ese lugar.

Aleksand estaba de regreso a su mesa, donde aquella vez le entrego su diario, y supo la verdad acerca de sus sentimientos hacia James.

Su figuraba estaba escondida entre filas de papeles apilados a su alrededor, cada uno con un símbolo más extraño al anterior. La investigación con James aún no llegaba a buen puerto, pero avanzaban. Lento y a lo seguro. Sus ojos repasaban, sus manos entrelazaban las hojas y aún así el significado de todo lo ocurrido desde el día de la transformación de Elena no tenía sentido. Sentía un poco de enojo a sí mismo por no haber prestado atención cuando Ryckard le hablaba de magia. Había creído que una estaca o cualquier arma siempre sería la solución a sus problemas y cuanto se equivocaba. Entre tanto los minutos pasaban y cuando se dio cuenta de la hora tuvo que saltar de la silla. Tenía que alcanzar a Matt mientras estuviese en el Grill para devolverle los guantes de cuero que le había prestado el otro rubio en el gimnasio.
Cuando salió de la mansión dio un sonoro pisotón al piso, tendría que ir caminando como siempre. De nuevo olvidó hablarle a James de la posibilidad de comprar una motocicleta.

Estaba acostumbrado al viaje pero esta vez el tiempo apremiaba por lo que apuro el paso, se odiaría a si mismo si llegaba al Grill y Matt no estaba. Soltó un suspiro de alivio al encontrarlo, devolviendole sus pertenencias con una sonrisa y un fuerte estrechar de manos. El chico Donovan se había convertido en una persona muy confiable y de naturaleza similar al alemán. Entre todo eso pudo vislumbrar el saludo de alguien a quien no veía hacia mucho tiempo y que no podía negar estar feliz de encontrar. Reichen Morgan, el solitario hechicero del bosque quien tenía una cierta admiración por su otro amigo Cromwell.

Aleksand se acercó él como la primera vez que compartieron un momento en el Grill, esta vez sin diario secreto de por medio. Le sonrió como muestra de la felicidad que tenía de volver a verlo- Espero que no seas ilusión alguna - Y lo abrazó. Alegre por volver a contar con su amigo, alguien quién sabía parte de su secreto y lo aceptaba de igual manera. Ciertamente Reichen no había sufrido lo que James en búsqueda de respuestas para el rubio pero los tres habían hecho un juramento en presencia de la naturaleza. Aleksand lo protegería hasta que la última gota de su sangre manchase la tierra a sus pies -¿Como has estado amigo? - Le preguntó tomando asiento frente a él, por alguna razón su sonrisa se veía más radiante que los días pasados.

Había pasado tanto tiempo, se sentía bien alejarse de todos los problemas para ponerlos sobre la mesa de manera más fría. Volver a ver un amigo como Reichen era encontrar una luz entre tanta oscuridad. Aún así tuvo que contenerse para no saltar de la silla y llenarlo de preguntas y preocupación por todo lo que le había pasado. Supuso que el hechicero debía tener ya demasiado y se limitó a sonreirle como apoyo- California...siempre he tenido curiosidad por subir al Golden Gate. Algún día lo haré tenlo por seguro - Luego de eso su semblante se tornó un poco más serio pero sin apagar su sonrisa. En un extraño modo adoraba la sencillez y honestidad de su amigo, aunque pudiese ponerlos un poco en evidencia. Tomó una buena bocanada de aire para dar su opinión.

-Podrías habernos dicho, James y yo no tendríamos problemas en encargarnos de un par de tipos malos. Aunque tu hermano...sería una cuestión que solo tú puedes manejar pero mis manos siempre están dispuestas a ayudar. Aires nuevos, color nuevo. Te sienta bien Reichen.- Terminó con una sonrisa capaz de aliviar toda tensión en el aire. El mismo la necesitaba para contestar sus siguientes preguntas. El tema de Elena aún era sensible para el cazador y le costaría horrores contarle lo que pasó con James, si es que lo hacía.

-Elena...Ella... está junto a Stefan, son iguales verás - no pudo evitar mostrar la decepción que se tenía por ello- Fui incapaz de protegerla, no me esperaba un movimiento así. Yo... -su manó se cerro en un puño. Al los pocos segundos dejo escapar un largo suspiro- Me destrozó por dentro Reichen, y si no fuera por James hoy no estaría aquí. Está cuidando de mí como si fuera un hermano mayor -la sonrisa débilmente volvía a apreciarse- Me ha dado una habitación en la mansión porque supuestamente mi apartamento es muy deprimente. Oh, y estoy pensando en comprar una motocicleta pero aún no me decido cual. Desde entonces las cosas han estado, inusualmente tranquilas.

¡Oh por Dios! ¿ Los dos eran iguales? ¿ Eso quería decir vampiros? ¿ Stefan y Elena son vampiros? Esas preguntas pasaban por la mente de Reichen, quien se quedó impactado por la noticia. No podía creerlo entonces. Ya eran dos de sus amigos que se estaban convirtiendo en esas criaturas a las que más le temía. Se quedó en silencio un momento. Prestó atención a lo que decía acerca de James. Sintió un fuerte alivio cuando supo que Aleksand no estaba solo, y que se había ido a su mansión. Lo de Elena debió ser un golpe duro. Al verlo así, le dieron ganas de sentarse junto a él y abrazarlo, y mostrarle su apoyo.

- No puedo creer todo lo que estoy escuchando. Elena igual que Stefan... eso me cuesta creerlo. Pero, ¿ Cómo sucedió todo eso? Es decir, ¿ Cómo es que Elena accedió a ser un vampiro? Eso era en lo que más detestaba convertirse, siempre rechazó esa oferta por parte de Stefan. Además, Klaus la tenía como su... bueno, su manantial de agua fresca para disponer de ella cuando tuviera ganas de hacerlo. Vaya que me he perdido de mucho en estos días. No se si sirva de algo, pero, quiero que sepas que tienes todo mi apoyo tambien, y lo que necesites, cuenta conmigo, porque prometo no irme a ningun lado. - dio un sorbo grande a su limonada. Despues prosiguió con otro tema más impactante- Ví a Alice en la escuela. Ví que también se hizo del bando de Elena. ¿ Había oferta especial o qué rayos?

La conversación era parecida a una guerra nuclear, bombas de megatones de fuerza cayendo en los temples de ambos chicos. No cabía duda que estos eran tiempos de dura carga y se necesitaba de una voluntad excepcional para avanzar. Después de todo, con tanta criatura sobrenatural solo alguien fuera de lo común podría mantenerse cuerdo. Aleksand se limitaba a ver su propia mano, sin ser capaz de alzar la vista ante la vergüenza.

-No es que haya accedido, fue una especie de accidente. Se ahogó en el mismo sitio que sus padres luego de un accidente en la camioneta de Matt. Stefan solo pudo salvar a uno y Elena en su cariño decidió que fuera su amigo. Ni ella misma estaba enterada de lo que tenía en su sistema. Imagina la sorpresa de todos al enterarnos - su rostro se ensombreció ante la mención de Alice- Otra de las razones por la que me quedo con James. Estuve a punto de darle descanso ¿Sabes? No sé que me detuvo. Klaus le alcanzó a ella desde la oscuridad con engaños y trucos. Nunca tuvo oportunidad la dulce criatura - Lo volvió a embargar aquél sentimiento de impotencia. Aleksand estaba allí para defenderlos y no había podido hacer nada en toda su estadía en el pueblo. Miró a Reichen suplicante -Por favor mantente a salvo y acude a mí cuando lo necesites, ya demasiado se ha perdido.

Se afianzó a la mano de Reichen para no derrumbarse allí mismo. No lo admitiría pero apenas un grano más de peso sobre sus hombros y volvería a colapsar como en las montañas junto a James. Últimamente estaba viviendo al borde del abismo, pero esta vez alguien lo tenía sujetado a tierra. Amigos en Mystic Falls que le recordaban que era importante y que no podía fallar.

-Gracias Reichen, no sabes cuanto me alivia escuchar eso. Ya sabes que mis clases están disponible en cualquier momento fuera de horario escolar -río levemente dándole unos golpecitos a la mano de su amigo- ¿James? Es mi cable a tierra por más loco que suene eso y con cada día que pasa parece estar más interesado en mis habilidades. No hay desayuno que no pase sin escuchar alguna nueva teoría por su parte. Obstinado y decidido a conocer la verdad como ninguno, le conoces. -volvió a sonreir un poco más animado y aunque hablaban de aquellos tópicos tan poco ortodoxos la presencia de Reichen era tranquilizante para Aleksand. Debía de ser aquella conexión con la naturaleza o la que ellos mismo habían creado en la mansión del otro hechicero.

Dió una leve carcajada después de escuchar lo que hacía James. Siempre había sido un gran amigo, jamás abandonó a Reichen cuando este aun perdía el control con sus poderes. Había algo en ellos dos que siempre les daba por querer proteger a otros, pero ellos no sabían ser protegidos, ni mucho menos podían protegerse de ellos mismos. Ambos eran una locura andando, pero a los dos los quería mucho, como si fuera su familia también. Aleksand, con esos ojos de niño encerrados en el cuerpo de un hombre, se veían algo cansados, pero a la vez contentos. Por su parte, Reichen parecía salido de un tratamiento facial. Había veces que Reichen se sentía menos al lado de Alek, sobretodo cuando se trataba de defenderse. Aunque ya sabía nuevas técnicas de ataque y defensa, además de hechizos nuevos, eso no le parecía suficiente. Quería ser como los demás, por ejemplo,como Matt Donovan. Alto, fuerte, capitan del equipo de futbol de la escuela, a quien siempre lo siguen las chicas bellas, o como Tyler, aunque era un idiota, tambien atraía a las chicas. Tambien quería ser como Aleksand, leal y valiente hasta el final.

- Para tener muchas habilidades y ser un cazador descendiente de nazis... - Dijo eso con una leve risita - Es broma, y lo sabes. Pero, de tus momentos de locura no me has contado, y sobre eso de que te mantenemos en tierra, ya me estoy asustando un poco. ¿ Hay algo que debamos saber que no nos hayas contado? ¿ hay algo que deba saber que necesito saberlo yo? O más bien si me lo quieres contar, sabes que lo puedes hacer.

Sonrió divertido ante lo dicho por Reichen, nunca le habían dicho algo así. La mayoría de las personas lo veían como persona seria debido a su ascendencia. Frío y calculador. Casi lo opuesto a lo que era, a menos que le encontrases en medio de una pelea. Inclusos los nazis lo pensarían dos veces. Cuando el hechicero continuó hablando de momentos de locura y toda la cosa Aleksand se quedó en silencio, pensando. ¿Qué podía decirle? James cree que soy como una bomba atómica en peligro de explotar, y llama a algo en mí "La Bestia" ¿Qué tan bien podía sonar eso? Negó con la cabeza en busca de palabras mejores y que dieran idea de lo que Reichen quería saber.

-Esa es la principal razón de que James esté ocupado ¿Recuerdas lo que les mostré en la mansión? Resulta que hay algo en mí capaz de controlar mis...habilidades. Cuando sucedió lo de Elena y mi mente estaba a punto del colapso nuestro amigo supo ver algo. Yo no tengo mucho recuerdo de ello, pero según James en mi estado atípico tengo mucha fuerza, control y poder -miró alrededor- Supongo que tendré que mostrarte el resultado de lo que ha pasado, pero no puedo aquí. Acompáñame al baño - El rubio se levantó de su lugar y trazó rumbo al baño de caballeros. Ingresó allí y espero que Reichen lo alcanzará- James aún no ha podido esclarecer de que se trata, salvo que es una especie de sello. No preguntes de qué -le comentó mientras desprendía su camisa y la dejaba a un lado- ¿Listo? -llevó una mano a su cabeza como símbolo de nerviosismo y le dio la espalda. Allí estaba, como una marca apenas más clara sobre su propia piel bronceada. Un sello lleno de arcanos y símbolos geométricos que circundaban, encerraban y enmarcaban una luna creciente- Cualquier apreciación sera bien recibida- Le dijo dándole un tiempo para que lo observase con detenimiento y luego darse vuelta.

Acompaño a Alek al baño. Luego de decirle lo que vería a continuación, vio cómo se iba quitando la camisa poco a poco. Sus brazos musculosos, su espalda bien formada, sus pectorales y vientre bien ejercitados, se dejaron ver en ese momento. Cuando se dio la vuelta, vio que tenía marcados círculos, formas y simbolos que le parecían familiares. Ese sello con la luna creciente era parte de alguna maldición que se debía desencadenar algún día, el cual se daría por un factor externo.

- Definitivamente, eso es el símbolo de una maldición. Y lo desencadenó un factor externo, eso quiere decir que algún acontecimiento debió ayudar a que esto sucediera entre los dos. Sin embargo, lo que no me queda claro es que la luna creciente pertenece a un grupo de hechiceros muy antiguo, por lo que la maldición puede ser algo de generación en generación...- Aunque Aleksand estaba mostrando sus atributos corporales, y por muy atractivo que fuera este chico, de alguna manera no podía verlo como a un sex symbol, o como algo para contemplar. Alek era increíblemente guapo, pero no era su tipo, mucho menos podía verlo de otra manera. Pensaba que jamás podría ver a alguien como vio alguna vez a James, a quien había olvidado por completo.

Reichen se quedó pensativo, y miraba la manera para poder ayudar a su amigo. James quizá ya tenía alguna información, pero por lo pronto, había una manera de detener sus lapsos de locura. Recordó esos preparados que hacía su abuelo para calmar a un malhumorado amigo suyo, quien sufría de trastorno bipolar, y para no tomar pastillas, su abuelo le daba una infusión de hierbas, además de esencias de benjuí, y otras cosas para mantener tranquilo a su amigo.

- Creo que en mis libros puedo encontrar algo que te ayude. Y por lo demás, no te preocupes. Solamente debes tener cuidado, no sé como te pondrás a solas y en tus locuras,pero, dejame ayudarte tambien con esto.- Le sonrió y le dio la camisa.

Se quedó mirando a Reichen un buen rato. Por alguna razón las palabras que había dicho eran incluso peores que la del Cromwell en su momento. ¿No solo tenía magia propia sino que también estaba maldito? Algo latente en él y que había despertado semanas antes. ¿Cuando habría contraído algo así, por qué Aleksand? Su mente se bombardeaba a sí misma sin encontrar respuesta más que un dolor de cabeza innecesario. Si era hereditario jamás escuchó algo de ello y tampoco tenía forma de comprobarlo puesto que el momento en que pusiese pie junto a su madre su vida pendería de un hilo. Prefería vivir en la ignorancia que corriendo toda su vida. Nunca había sido del estilo de huir de una situación y no comenzaría ahora.

-Lo mejor sería notificar a James de lo que dices, no me gusta para nada como suena la palabra maldición y mucho menos si es algo tan antiguo como lo has hecho sonar- Era una de esas raras ocasiones en que la voz del joven Bright era monótona y en falta de aquella chispa divertida e inocente. Parecía estar haciendo cálculos complicados, de ecuaciones que solo grandes mentes resolverían pero sus labios no decían nada. Nada hasta que Reichen le alcanzó la camisa.

-Te agradezco el favor y cualquier ayuda será bien recibida Reichen. Creo...creo que para eso están los amigos¿No?- Se volvió a él con una sonrisa mientras cubría su cuerpo nuevamente. El cazador tenía mucha suerte de tener a ambos hechiceros de su lado, como amigos. Una fortuna que ni el mismo tenía idea de poseer.

Alek se fue vistiendo lentamente, y Reichen le sonreía fraternalmente, como cuidando de su hermano mayor. Ya una vez vestido, Reichen le ayudó a acomodarse el cuello de la camisa. Llegó a encariñarse con él, y esa fraternidad de ambos era de lo mejor. Jamás había tenido un hermano, bueno, un hermano que no lo odiara y fuera humano.

- Ven aquí, hermano - Le dio un fuerte abrazo. Notó que Aleksand era un poco más alto que él, le dio un poco de risa. Despues se alejó y le habló tranquilamente- Vamos a deshacer esa maldición o lo que sea, yo te voy a ayudar, y por supuesto que James también lo hará, de eso estoy seguro. Lo que me hace tomar ciertas medidas preventivas, así que de ahora en adelante, haremos preparados con verbena. ¿ Pensabas que sólo era para vampiros? No, también se usa como bebidas para tranquilizar personas y no se vuelvan locos. Tiene muchas funciones. Pero por ahora volvamos a nuestra mesa, no quiero que nos vean aquí y piensen que somos pareja, no va con tu reputación- Rió un poco y ambos se dirigieron a la mesa de nuevo.

Estuvo quieto, casi en shock por las palabras de Reichen ¿Hermano?¿Su amigo lo consideraba como tal? Nunca había tenido un hermano , y si lo tenía no se lo habrían dicho. Ryckard era muy importante para él pero no era alguien con quien compartir esa sensación. Quizás el hechiero se había ganado ese puesto y el jamás lo había pensado. Le gustaba como sonaba la palabra. Hermano. Sonrió satisfecho, contento por la apreciación.

-Cuento con ustedes, hermano- La palabra se había escapado casi danzarina - Bueno, suelo tomar verbena todos los días, pero si dices que hay preparados especiales para ello, estaré encantado de probarlos - lo último que dijo lo descolocó sin entender . Ladeó la cabeza y preguntó- ¿Pareja? ¿Por qué lo dices? De hecho no tenía idea de tener una reputación en Mystic Falls. ¿La gente habla de mí? - continuó preguntando en su camino a la mesa.

Rió un poco, cuando estaban ambos en la mesa, él respondió a esa pregunta.

- No es que hablen de tí, pero hablan a veces de las personas con las que me relaciono. Saben que soy gay, pero, hay veces que me relacionan con todos aquellos que son mis amigos. Pero eso no importa, lo que me preocupa es que piensen algo malo de tí tambien. No me gusta que luego vayan a querer esparcir chismes por ahí. Además, las chicas huirían- Echó una leve carcajada de nuevo - De mi parte, no se, creo que esto del amor jamás me ha ayudado mucho.Digo, me enamoré equivocadamente de un chico, el cual tú y yo conocemos. No me siento mal por ello, y le agradezco que me regresara a tierra. Pero por lo demás, no sé si alguna vez haré que alguien se enamore de mí. Pero lo que sí sé es que la persona que quiera andar conmigo, tendrá que ser tan anormal como yo.- Le hizo una seña a Matt para que le sirviera una nueva limonada. Algo tenían esas cosas que sabían delicioso.

Estar hablando de esa manera con Aleksand, el abrirle su corazón, hacía que se sintiera de lo más relajado. Nunca antes había compartido esto con alguien, mucho menos con su nuevo hermano. Se sentía bien el simple hecho de no querer ser asesinado por su familia, al menos sus nuevos padres no parecían asesinos en serie, ni traficantes, como " Los Soprano ". Sino simplemente ahí estaba él, ese cazador sonriente, amigable, compartiendo un momento normal dentro de una tierra de fantasía, en donde las cosas sobrenaturales estaban a la orden del día.

- Bien, ahora que te he contado esta parte de mí, ahora que he asumido todo lo que soy, espero que no te vayas a asustar. Si bien, sé que eres muy guapo, y que eres el sueño de todo chico gay, pero en mi caso, creo que eres más un hermano para mí, por si alguna vez pensabas que querría algo más. - Recibió su limonada y le dio un sorbo- En ese caso, deseo adoptarte como mi hermano.

Aleksand no abrió la boca en todo el momento que Reichen habló. Le gustaba escuchar y más cuando la otra persona era así de sincera. El alma expuesta de una persona era un honor que pocos podían poseer y le agradecía profundamente a su amigo por ello. Esperó y esperó, hasta que finalmente terminó su monologo casi impuesto por el silencio del alemán quien amplió su sonrisa como respuesta.

-Sabes Reichen...- le dijo acercandose un poco con esa sonrisa perfecta- No tengo idea de que es lo que me acabas de explicar- Bueno, sabía que al hechicero le gustaban otros chicos, lo había averiguado desde el principio en su diario. No entendía lo malo en ello, particularidad de vivir encerrado en un claustro lleno de chicos y una chica barbara que residía en un punto a parte de la Institución. De hecho Ryckard compartiría en parte el gusto de Reichen, Aleksand lo había averiguado en experiencia propia. Instintivamente llevo una mano a sus labios. Y allí también estaba el tema del amor, palabra pronunciada por muchos pero explicada por nadie. Aleksand podía reconocer los signos del amor, pero no comprender el sentimiento. Había sido privado del amor de sus padres y aunque sus tutores eran "buenos" el sentimiento jamás creció en él. Aceptó también una limonada por parte de Matt quien conociéndolo además le traía un poco de comida para acompañar. El sentimiento de camaradería entre los rubios era casi palpable, quizás Matt era un hermano al igual que Reichen.

-Bueno, estoy seguro que podrás encontrar a esa persona. La cuestión esta en seguir deseándolo. Por mi parte me gustaría entender también el amor, pero no se si soy capaz de hacerlo. Y tu no podrías asustarme ni aunque lo intentaras toda una vida. Aunque nuevamente no sé porque dices que puedo ser el sueño de alguien- El juicio de Aleksand se basaba en su totalidad en el interior de las personas, por lo que era muy poco subjetivo en lo que la apariencia respeta, incluso la suya propia- ¿Adoptarme? ¿Es eso legal? No tengo familia alguna por lo que tiene sentido, aunque no sé si James quiera hacer lo mismo. Supongo que por eso me tiene en su casa, quizás se siente solo sin un hermano.

Ese sonido de rechinar de discos se escuchó al fondo. Reichen abrió su corazón a Aleksand, mostrándole una parte suya, muy íntima y tratando de aconsejarlo, todo un discurso con música de violines amenizando imaginariamente esa atmósfera fraternal y sensible, los dos chicos con esa esencia de hermandad, fue interrumpido con un simple " No entiendo lo que me dices". Reichen se quedó boquiabierto, para despues cerrar la boca. Escuchó a Aleksand cuando le hablaba del amor, de esas cosas que jamás entendía. Se resignó a darse cuenta que Aleksand era una especie de bárbaro moderno, más educado y sutil, ademas que este chico se bañaba, pero si le cambiaba la apariencia a un aspecto nórdico, le quedaba a la perfección. O simplemente, era un nórdico rasurado, bañado y perfumado, aprendiendo de la vida.

No había entendido nada de lo que le había dicho, lo cual lo hizo sentirse completamente en ridículo ante él. Sintió un poco de vergüenza, pero no había otra salida. Decidió darle entonces un sorbo a su limonada, hasta el fondo,como aquel que despues de una borrachera despierta con resaca sediento.

- Bien, cambiemos de tema... - Rodéo los ojos y despues negó con la cabeza como diciendo " esto no tiene remedio" - Por cierto, hablando de otras cosas. Aprovechando mi viaje por California encontré que mi abuelo colecciona armas, y encontré una que me encantó, el cual me regaló. Es una espada, pero tiene dientes, como si fuera una sierra, o algo así. No sé con qué objeto las hacen así, pero, ¿ Tú sabes algo?

Lo que recibió a cambio fue...nada. No hubo respuesta alguna por parte de Reichen para el alemán. Estaba completamente anonadado ante el repentino cambio de tema ¿Se había inmiscuido demasiado? Dio un mordisco a la comida para consolarse, porque pocos sabían que ese era uno de sus escapes cuando algo lo podía demasiado.

Enseguida Reichen empezó a hablar de su viaje por California, su abuelo y algo particular que había conseguido. Necesitaba darle un vistazo personalmente para hablar con mejor conocimiento- ¿Una espada dentada? Creo que es algo...barbarica para ti. Puede propiciar certeros cortes y desgarrar la carne creando un espectáculo horrible y sangriento, no muchos tienen el estómago para soportarlo. De igual manera se necesita de mucha fuerza para empuñar una de esas. Tendrás que entrenar mucho si quieres aprender a usarla, de igual manera puedo ayudarte. No hay arma fuera de mi maestría. ¿Está en buen estado? Puedo restaurarla a su brillo original si lo deseas - Le explicó en detalle ya que ese era su campo. Quizás si él cubría mejor el estereotipo barbárico y se lo atribuía principalmente a su sangre del norte.

Cuando terminó de hablar su semblante adquirió cierto tono de pena, como si se disculpara por lo que había dicho minutos antes- Reichen , antes...¿Dije algo mal?- hablaba como un niño sin comprender las consecuencias de sus acciones. Nuevamente, los sentimientos más profundos y lazos cercanos eran algo nuevo para el chico.

Aleksand lo miró algo preocupado, y entonces Reichen comenzó a sentirse culpable. Entonces tuvo que explicar todo aquello de nuevo.

- Si te dije antes de que te veía antes como un hermano, es que es la verdad. Lo de legalmente es solamente un decir, pero de ahí en fuera, es verdad lo de mi aprecio por ti. Pero, por otro lado, tengo miedo de algo, que me pone algo mal ya que lo menciono- Agacha la mirada y respira hondo, y suelta esa frase que le produce algo de dolor- No dijiste nada malo, creeme. Sucede que recientemente perdí a mi hermano, intenté ayudarlo, pero terminé... bueno, tú sabes. No quisiera perderte de la misma manera, ya que está lo de tu pequeño tatuaje extraño y eso que estamos por averiguar. De verdad, quiero que estes a salvo, de verdad, eso es lo que más deseo.

Dio un sorbo de limonada. Sólo de recordar lo que sucedió con Raleigh le hizo que su estómago se sintiera revuelto. Tan solo acordarse cuando le tuvo que clavar esa estaca, y salvar la vida de su abuelo, le hizo sentirse mal, y volteó a ver a Aleksand de nuevo.

- Quiero que te mantengas vivo, y te vamos a ayudar a salir de esto. Lo prometo, y perdoname por no poderme expresar bien. Hay veces que tengo miedo de decir lo que siento y pienso. No por tí, sino porque, me da miedo todo esto por momentos, no soy una persona normal, pero soy mas raro que toda la gente rara.

Aleksand le sonrió para brindarle fuerzas, le gusta el color y le sentimiento de aquellas palabras. Estaba aprendiendo de su "hermano" aunque ninguno de los dos estuviese al tanto de ello. Reichen volvía a ser sincero, comentando algo sobre su hermano que el alemán no se atrevió a seguir indagando por el respeto que le tenía. Posiblemente su amigo tampoco podría soportarlo.

-Estaré bien, sé que no estoy solo en esto. Por alguna razón siento que todo saldrá perfecto si nos mantenemos juntos en nuestra labor. Para eso somos hermanos ¿No? - Iluminó el grill con una sonrisa llena de esperanza para luego dar un sorbo a su limonada- Reichen, por mi parte quiero que te sientas libre de actuar a mi lado. Eres mi amigo y te apoyaré en todo mientras tus intenciones sean buenas. Y estoy seguro que James diría que tu eres demasiado normal a mi lado- Acto seguido le dio otro mordisco a la comida- Siendo sincero es la primera vez que me siento tan cómodo fuera de "casa". O incluso mucho más a gusto que allí. Creo que se los debo a todos. Gracias Reich - por primera vez le hablaba en un diminutivo, como a un verdadero hermano.

Reichen le dedicó una sonrisa fraternal a Aleksand. Miró su reloj y se puso de pie para despues acercarse a Aleksand y darle un fuerte abrazo antes de irse.

- Bien, creo que es momento de partir. Mis padres me esperan temprano. Va a ser noche familiar, así que les prometí que asistiría. Hoy jugaremos Jenga y Twister. Y despues ya veremos que hacemos. Deberías ir a conocerlos algun día de estos, ademas que conocerás mi nueva casa. Me encantaría que un día me visitaras, hermano- Sonaba tan bien decirle eso a su hermano. Lo apreciaba de verdad.- Bueno, me dio mucho gusto volverte a ver. Te amo, hermano. Nos vemos mañana o pasado para ir de paseo o algo así. ¿ Qué te parece? Te llamaré.

Se despidieron, y Reichen tomó un taxi para irse a casa. Miró de repente a la luna, la cual tenía mostraba solo una uña luminosa, en pocos días sería Luna Creciente. Algo dentro de él se removió. Tuvo una extraña sensación.