{#}Esperando tu llegada.{Alek}

Aún no había amanecido, no había podido dormir tranquila en toda la noche, después de lo ocurrido en la fiesta bueno, todo había sido una locura, parecía que diversos seres malignos querían aguarnos la fiesta, y la verdad es que les salió de lujo a ellos todo. Me enteré por Elena de lo ocurrido con Bulleta, que había vuelto aparecer en escena para fastidiar todo con su locura, estaba muy nerviosa, asustada también por el regreso de Klaus a su auténtico cuerpo, a eso solo odría haberle salvado Bonnie para proteger a sus amigos.

Me di la vuelta en mi cama y me tapé un poco más ya que tenía frío, no podía quitarme de la cabeza la escena que tuve que presenciar esa noche, Alek y James enfrentándose como si no fueran los mejores amigos que son, pero al final, Alek con su espada y el espíritu del lobo había podido dominar al James lobo, se había convertido en un licántropo. Mi mente no daba abasto con tantas cosas ocurriendo. Se supone que en aquella noche Bulleta murió, tal vez ya nos quitaos un dolor de cabeza de encima.

Harta ya de estar dando vueltas en la cama de un lado para el otro, me destapé y me levanté, fui al baño y me di un baño de agua caliente, para alejar el frío y relajarme un poco. Eché en el agua unas perlas aromáticas que generaban espuma de dulce olor a vainilla. Cogí mi móvil para poner música y relajarme, pero se me ocurrió la idea de llamar a Alek, ya que nadie mejor que él iba a poderme explicar lo sucedido en aquella fatídica noche. Le escribí un sms diciendo que viniera en cuanto pudiera. Por la ventana vi cómo la noche abandonaba el cielo para dar su lugar al brillante sol, al menos ya había amanecido, debían ser las seis de la mañana. Salí del baño algo más tranquila, y me puse unos vaqueros con un jersey de cuello alto y grueso.

Me miré en el espejo y comencé a desenredarme el pelo, la verdad que mi rostro reflejaba el agotamiento por las noches que había pasado en vela desde hacía cuatro días, justo el tiempo después de la fiesta. No sabía nada de Klaus ni de los demás originales, por lo que quería investigar de ellos, tal vez más tarde me pasase a su mansión. Bajé hacia la cocina para preparar el desayuno antes de que Alek llegase, nos podría ocupar este tema gran parte de la mañana.

Lo que restó de la fiesta se lo tuvo que pasar organizando y poniendo orden en la mansión. Para su fortuna los heridos habían sido atendidos por Emily y otro hechicero. Elena salió de la casa sin un rasguño al igual que la mayoría. El día siguiente fue aún más arduo con todos los funerales y el increíble trabajo de calmar a James Cromwell. El hechizo había funcionado y la atención no estaba centrada en ninguno de los acontecimientos de la fiesta. La fachada mágica seguía en pie para vampiros, brujas y hechiceros de Mystic Falls pero las cosas estaban lejos de estar bien. Niklaus Mikaelson había vuelto a andar a sus anchas.

Aquél día lo despertó el sonido de su móvil, para su horario normal, Aleksand se había quedado dormido debido a la presión de los días anteriores. Al ver el remitente se incorporó de un salto. Estaba seguro de las razones, si él mismo tenía un tiempo difícil intentando entender lo que paso en la fiesta, Meredith debería de estar arrancándose la cabeza con el asunto y no tenía nada de culpa. Se arregló rápidamente y lo mejor que pudo, su única ventaja era que estaba acostumbrado a hacerlo así. Salió de la mansión dejando la explicita orden a James de no moverse de allí y continuar buscando una solución a su propio problema. Llevaba una camisa negra y jeans, se colocó el casco y montó su motocicleta hacia la casa que ya conocía, el dulce hogar Sulez. Un lugar lleno de recuerdos de una familia amorosa, ahora la única allí era Meredith.

Estaba seguro que el sonido del motor le alertaría de su presencia a la chica. De hecho no llegó a llamar a la puerta que la cazadora ya lo esperaba. El aroma a comida que le llegó le abrió inmediatamente el apetito y le arranco una sonrisa, pero esto no disminuyó el sentimiento de preocupación que sentía por Meredith. Querría explicaciones pero no estaba seguro hasta donde podría dárselas. Su cuerpo se movió solo aprisionándola entre sus brazos y acariciando el sedoso cabello de la joven - Me alegra verte bien. Lamento haber podido pasar antes. James...- terminar la frase sería un sinsentido porque estaba claro que no indicaba nada bueno. Cerró él mismo la puerta para luego mirar a Meredith a los ojos y preguntarle con toda sinceridad- ¿Estas bien?-

Ahora estaba poniendo unas tortitas para hacer en la sartén. Trataba de mantenerme ocupada para no darle a mi cabeza más quebraderos por lo acontecido aquella noche, en fin, no podría descansar hasta que no llegase Alek y me diese unas pocas respuestas a tantas preguntas que se formulaban en mi mente. Escuché un motor fuera, por lo que deduje que ya había llegado.

Apagué el fuego y salí corriendo de la cocina y abrí la puerta. Allí se encontraba Alek a punto de llamar. Le sonreí de lado. -Soy más rápida que tú.-dije mientras respondía a su abrazo. James... Alek debía de estar pasándolo realmente mal en aquellos momentos, y yo quería estar a su lado y apoyarle. Entramos juntos y le dije que se sentase en el sofá que iba a traerle el desayuno.

Repartí las tortitas en dos platos y volví con dos vasos de café.
-Dime cómo van las cosas, realmente esa noche ha sido fatídica para todos pero lo que te... os ocurrió fue realmente extraño y estoy preocupada, por favor explícamelo todo Alek.-dije mientras le daba su café y sus tortitas con sirope de chocolate.

Se quedó sentado en el sillón de la sala viéndola marcharse, con el sentimiento de que quizás de un momento a otro no la volvería a ver jamás ¿Qué rayos le ocurría? Le costó una infinidad volver al mundo, empujado hacia este solo por la voz y la presencia de Meredith ¿Pero no acababa de irse a buscar algo? Las lagunas mentales comenzaban a hacerse más largas y prolongadas, como también más frecuentes. Aleksand dio un sorbo al café y luego un mordisco a la tortita para afianzarse a la Tierra. La energía aportada por la cafeína le sentó de maravillas pero no encontraba las palabras o la forma de responder a la pregunta de la cazadora. Todo era tan misterioso para él como para ella.

-Hay muy poco que pueda contarte. Lo que sé es que empezó con mi encuentro con James en las montañas, luego de que Elena...ya sabes. De allí ha sido una reacción en cadena que no he podido parar. Hay algo en mí Meredith, en principio creí que era nada bueno pero últimamente siento mucha paz proviniendo de él. Él habla algunas veces, solo te pido que no se lo digas a James o enloquecerá. La noche de la fiesta queríamos que todo fuese perfecto, pero Klaus y Elijah tomaron a Reichen. James enfureció dejando escapar lo peor de sí y lo que sea que hay en mí estaba dispuesto a detenerlo. Recuperé el control solo a último momento. cuando tu llegaste, a momento justo para salvarle la vida a James aunque sin saber lo que hacía lo convertí en esa criatura. La magia es una fuerza extraña y aún me cuesta horrores comprenderla- A pesar de ser tan enorme y con una fortaleza inquebratable, el rubio dejó su taza de lado para esconderse entre los brazos de Meredith, un consuelo más grande de lo que podía haber esperado- Tengo miedo Mer. Todo lo que sabía hasta ahora era como cazar, no fui preparado para esto, siento como...como si mira razón de existencia se desvaneciera en una mezcla intrínseca- Y se aferró fuertemente a ella para no dejarse ir por esa sensación-

Permanecía atenta a las palabras de Alek, parecía estar tan confuso como yo lo estaba, pero la verdad es que no entendía nada, lo que ocurrió fue algo lejano a mis entendimientos, ni siquiera sabía que Alek tenía ese extraño poder dentro de sí, la verdad es que es algo que no entendía en absoluto, pero en las palabras de Alek encontré la misma duda que yo había obtenido aquella noche. Alek volvió a lanzarse a mis brazos asustado, la verdad es que no sabía qué demonios hacer en ese momento, pero lo que quería hacer es que Alek se sintiera mejor.

-Alek cariño, sé que esto es tan nuevo para ti como ahora lo es para ti, y además han ocurrido unas desgracias en cadena, como la conversión de Elena y ahora el regreso de Klaus. Alek...-dije sin saber como actuar. La verdad es que era la primera vez que veía a Alek en el estado en el que se encontraba y bueno, quería serle de ayuda de alguna manera, la que fuese. Le abracé fuerte como si jamás quisiera soltarle, le amaba y haría lo que fuera para que se encontrase bien.

Le miré a sus ojos azules, temerosos y dudosos, y alargué una mano para acariciar su rostro con cuidado. -Alek, tranquilo, te juro que siempre estaré a tu lado, y que te voy a ayudar en todo lo que te pase, ahora mismo se me ocurre una cosa, investigar, tengo en la biblioteca un montón de libros sobre la magia y las diversas razas, la segunda parte de ti por así decirlo, ha de ser una especie de subconsciente mágico que se acaba de despertar, y lo que vimos en James, está claro que eso era magia oscura, pero le regresaremos a como era antes lo prometo.-dije dándole un suave beso en los labios.

Podían contarse con los dedos de una sola mano la cantidad de veces que Aleksand Bright se había mostrado débil frente a una situación, pero solo una dejó su corazón tan expuesto y frágil, y Meredith era testigo de la misma. No podía encontrarse a si mismo ni una respuesta a todos sus interrogantes. El chico caminaba en una espesa niebla que ni siquiera le dejaba ver lo que tenía en frente ahora la chica era su única guía siendo que uno de sus hermanos estaba desaparecido y el otro deshabilitado, convertido en un peligro en potencia. La chica tenía razón, todo aquello era un cúmulo de cosas que cada vez crecía más y estaba por llegar al punto de asfixiarlo. En sus brazos estaba el único punto de escape y terreno firme- Pues lo que dices no suena nada mal, he agotado todo recurso de la mansión en busca de soluciones y no he encontrado nada, quizás sea necesario un enfoque más...nuestro- y por supuesto con esa palabra se refería a sus trabajos, a quienes eran y que habían jurado ser y proteger. Solo esperaba que Meredith pudiera mantener sus convicciones mucho más que él ya que las propias yacían hecha añicos en el piso.

Aquella caricia fue un oasis de paz en su desierto caótico. Un atisbo de luz en medio de un apagón. Las palabras no se habían pronunciado aún pero ambos tenían una conexión demasiado fuerte para ser subestimada. Un lazo que la adversidad no corroía sino que al contrario hacía más fuerza. Cuando lo besó, no le quedó más duda respecto a ello. Meredith Sulez tenía algo que ninguna otra persona pero le costaba horrores encontrar una palabra para describir aquello. Lo único que podía decir con seguridad es que durante aquel beso se sintió más lúcido, consciente y controlador de si mismo. La miró a los ojos para encontrar que sus propios labios se movían solos respondiendo aquél beso- Y yo te prometo que daré lo mejor de mi. Creo que la mejor forma de ayudar a James es entendiendo que cielos me pasa y la mejor forma es aprender de esto - el joven rubio se puso de pie alejándose unos pasos de Meredith para quitarse la camisa y luego darle la espalda. El símbolo de su espalda estaba claramente marcado y se podía jugar que emitía un destello de luz propia. Aleksand cerró sus ojos y volvió abrirlos a pasado unos segundos, sabía que algo había cambiado- No es lo único, he usado magia para mantenerlo en secreto principalmente de James por miedo a volverlo loco, pero...- se giró nuevamente a la chica para mirarla a los ojos. Su propia mirada era de un místico y raro color plata - No se que significa todo esto-

Alek parecía encontrarse perdido y no me gustaba verle así de ese modo la verdad rompía mi alma en miles de añicos. Miré que se levantó del sofá y comenzó a quitarse la camisa, en su espalda lucía un extraño brillo color plateado. Alcé mi mano hacia la espalda, donde esta a el símbolo. Lo acaricié recorriendo el símbolo formado. Luego Alek se giró, y su mirada revelaba destellos plateados igual que el símbolo.

No entendía lo que estaba pasando, pero Alek parecía tener un poder mayor que un brujo normal y de manera distinta la verdad. Todo ello era muy confuso y hacía que yo me confundiese más. Me quedé mirándole un rato y caminé hacia las estanterías y busqué uno de los libros más antiguos que tenía sobre la magia. Esto no sería algo fácil. -Alek, ¿desde cuando haces eso? ¿cuándo empezaste a ser así? necesito tejas para construir un tejado.-le pregunté mientras hojeaba el libro.

Por un momento se arrepintió de haber llenado la cabeza de Meredith con todos su problemas,y aunque segura de sí misma se la veía muy contrariada por toda la información que le había dado. No era para menos y el hecho de que no lo hubiese echado de su casa arrojandole un zapato por la cabeza hablaba muy bien de ella. Aleksand la siguió con la mirada durante el trayecto a las estanterías mientras volvía a ponerse la camisa y la abotonaba. Quería ser completamente sincero con ella por lo que no se preocupo en volver a esconder el color de sus ojos, quedaría en aquél plateado hasta que tuviese que irse o encontrasen una forma de controlar lo que le pasaba.

La cazadora estaba intentando llegar a la raíz del asunto, de hecho desde un punto de vista investigativo ese era el mejor punto de inicio el problema radicaba en que el comienzo para Aleksand podía ser muy distinto al verdadero. Como una enfermedad latente, puedes contraerla mucho tiempo antes de realmente observar los síntomas. Aún así decidió poner su mejor en empeño para encontrar una solución junto a la chica, aunque eso no evitaría que su rostro no se ensombreciese con lo que tenía para decir- Desde que...Elena...tu sabes. Enloquecí Mer, no tenía herramientas para enfrentar la realidad si no hubiese sido por James hoy no estaría aquí mas sería como un animal en las montañas. Él fue quien me apaciguó esa vez pero me dijo que en ese encuentro pudo ver que había mucho más en mí y cuya única palabra para describirlo fue "Bestia". No lo sé Meredith, no me siento cómodo haciendo cosas malas o actuando en base a impulsos animales creo que hay mucho más que eso. Él - y se refería a su yo interno- ahora me habla y ha decir verdad es muy...sensato- Se sentía horrorosamente extraño hablar así pero era toda la verdad que había tras su propio punto de vista y sentimientos.

Estaba ojeando un libro de magia arcana en búsqueda de algo similar a lo ue ahora le estaba pasando a Alek, no me gustaba verlo sufrir, pero ahora le conocía de sobra y sabía que no se encontraba bien, en momentos como este es cuando más tengo que estar con él y brindarle todo mi apoyo y más. Pasaba página una tras otra, en la magia había distintas simbologías e idiomas, como el latín que es que suele usar Bonnie, hasta algunos que son símbolos casi indescifrables.

Me quedé mirando como se abrochaba la camisa, sus ojos seguían brillando en aquel tono plateado que lo hacía ser diferente, pero continuaba mostrando su real belleza. -Ese símbolo es probable que sea algo de una lengua antigua, incluso una variente propia de la simbología, sea lo que sea yo encontraré información, te lo prometo Alek.-dije acercándome a él y pasando una mano por su cuello hasta recorrer con una suave caricia su rostro. Junté mis labios a los suyos y le besé suavemente, con dulzura.

Me separé nuevamente de él. Dejé ese libro y en su lugar cogí uno de magia oscura y me puse a leer mientras que escuchaba a Alek hablar, me lo estaba explicando a la perfección todo lo que sabía y con total sinceridad. Eso que le sucedía era algo que él no podía llegar a entender puesto que había sido educado para ser un cazador y no un brujo, entendí que todo empezo cuando estaba con James. -Tal vez fuese una clase de magia que permanecía dormida en tu interior, es más creo que me suena de algo. He leído sobre algunos hechiceros y brujas que para fortalecer su unión, crean unos círculos de magia, eso puede que haya provocado que la magia despierte en ti al haber conocido a James, que sería como una parte de ti o de tu alma.-le dije pensativa. -Y aunque James lo llamase bestia, sé que tú sabrás controlarte como bien lo estás haciendo ahora.-deposité el libro en la mesa de centro y me acerqué a Alek y le abracé, no querría soltarlo nunca.

La miraba desde su lugar deseando que sus esperanzas le ayudaran en la búsqueda. No se atrevía a acercarse a los libros y hojearlos por temor a invadir demasiado la privacidad familiar de los Sulez, estaba seguro que esos tomos estaban escritos por la propia mano de los antecesores de la chica para advertir a sus herederos de posibles peligros del mundo oscuro. En ese momento le hubiese gustado tener quien le explicase de su pasado, el porque de su actual estado pero no había vinculo existente con sus predecesores. Estaba solo y apenas podía contar con la ayuda de una familia completamente ajena a la suya.

Escuchó la sospechas de Meredith lo cual le recordaron a ciertas palabras de su hermano hechicero, ignoraba si serían de ayuda pero no perdía nada con intentarlo- Según James el símbolo podría estar escrito en una especie de griego antiguo, y como dices , ser una variante de la misma simbología. La verdad de solo pensarlo me da dolores de cabeza- Y eso era estrictamente literal. Aleksand no podía visualizar mucho tiempo la marca sobre su espalda o comenzaba a sentir terribles jaquecas y como su conciencia poco a poco se desvanecía hasta posiblemente caer desmayado. Claro a los primeros indicios pasaba a algún otro pensamiento para evitar las consecuencias.

Los besos de la joven se sentían bien -distintos- a los que Alexia estaba muy acostumbrada a darle. No sabía porque pero en aquellos labios existía una calidez jamás antes sentida. Mientras ella volvía a los libros, el chico caminaba de un lado a otro por la habitación intentando dar con alguna idea, pero nada, hasta que Meredith volvió a hablar no pasó nada por su cabeza - Dado que Ryckard y Alexia poseen magia supongo hay una buena posibilidad de que yo también la haya tenido hasta ahora- se le quedo mirando un buen tiempo, interpretando sus palabras- Creo...creo que tienes razón. James ha intentado explicarme eso de los círculos pero yo solo me limito a asentir para que quede contento, pero hay verdad en tus palabras Mer. Algo en mí me dice que hay parte de todos en mi alma. Lo que quiero decir, siempre me he dispuesto a defender a otros pero por ti, por ellos. Sería capaz de hacer temblar los cielos - La abrazó fuertemente mientras por encima del hombro de la muchacha veía los libros abiertos en la mesa. Era la imagen de un telar enorme lleno de símbolos arcanos, algo en sí mismo parecía resonar con la imagen, darle entendimiento. Simplemente se quedó helado mirando el dibujo mientras sus brazos no soltaban a Meredith por nada en el mundo.

Estaba escuchando cada palabra de Alek muy atenta, pues su caso ciertamente me resultaba curioso. Correspodió a mi abrazo con fuerza, pero noté que se estremecía por algo. Le seguí la mirada, era un dibujo de simbología grecolatina si no me equivocaba. Me separé de él y cogí esa hoja para mirarla más detenidamente. -Alek... ¿te suena este dibujo? estás marcado en plata, por ello tus ojos brillan así de esa manera... Es pocible que los cazadores tengan un tipo de magia especial, que se activa cuando realmente están en gran peligro.-explicaba mientras me volvía loca.

Me quedé pensando en las anteriores palabras, que sus compañeros cazadores, también poseían magia, lo que yo no entendía bien el por qué. -Creo que voy a tener que ver de nuevo la serie de Buffy porque vamos, estoy que no entiendo nada de nada. A ver...-suspiré, tenía demasiado peso acumulado sobre mis hombros. -Podría ser... ¿qué alguien te haya dado esa magia? que te la haya dado mediante conscientes mentales o del alma...

Eso podría explicar tus dolores de cabeza, es incluso que puede que sepas por qué eres de esta manera. Ese tipo de magia suele estar unida a una clase de demonios, los kitsune, expertos en jugar con mentes ajenas.-le expliqué mientras me iba a la estantería a por un libro japonés que hablaba de los kitsune. -Cuéntame todo lo que sepas desde cómo te apareció el símbolo...-le dije mientras ojeaba las páginas. -Argetlam... la espada... también podría tener algo que ver en esto.-dije mientras no dejaba de cavilar.

Tardó en reaccionar a las palabras de la chica, como si hubiese sido tragado a otro mundo consciente. De hecho, no podía sacarse esa imagen de la cabeza. No entendía como pero Meredith hacía mejor sentido de las cosas que Aleksand y James juntos luego de estar discutiendo toda una tarde, quizás era lo que se llama "intuición femenina" lo que le daba la ventaja sobre ellos dos. El rubio la siguió como una sombra todo el tiempo, echándole un vistazo a la hoja cada tanto- De acuerdo a James solo existen tres tipos de magias, dudo que la de un cazador sea especial o habría alguna especie de mención en estos libros. He estado cerca de la plata desde que tengo memoria, es un elemento purificador y simplemente no puedo resistirme a su brillo- le confesó. Era algo que decía por primera vez en su vida, si bien siempre salía con un objeto hecho en plata nunca le había dado la razón de ello a nadie. Meredith era la primera en enterarse ¿Qué suponía eso?

El comentario en broma de la chica pasó completamente desapercibido para el joven quien había vivido toda su vida encerrado en una institución cuya rigurosidad era incluso peor que la de un colegio militar. La miro de lado, sin entender de quien hablaba o porque se refería a ello ahora pero la forma en que terminó su discurso hizo que el cazador abriese sus ojos como platos- No sé quien es esa Buffy amiga tuya pero es una chica brillante si te ha dado esa idea- Eso era exactamente lo que experimentaba. Aleksand sentía que vivía y actuaba de acuerdo a tiempo y poder prestado esa era la sensación que no había podido describir con palabras. La mayoría se sentiría devastado por siquiera considerar algo así, pero el rubio estaba demasiado feliz por tener una especie de respuesta- No sé de esa clase de demonios o de algún tipo parecido pero no es un juego lo que siento en mi mente. Si es posible creo que intenta mantenerme en pie. Algunas veces me siento fragmentado pero nunca me he roto, como la vez en las montañas. Estuve a punto pero algo intervino y no sólo me refiero a James, él mismo lo dijo. No se quien sea esta "Bestia" Meredith, pero debo resolverlo y por primera vez en mi vida creo que sé como- la besó como nunca antes había hecho en su vida. Un beso que surgió de su propia alma y voluntad, un verdadero sentimiento humano, único e irreplicable- Empezó en las montañas y es donde lo terminaré. Pero no ahora... ya tengo mi respuesta y es lo que importa ¿Crees que pueda quedarme un poco más? - volvió a esconderse en ella. Sospechando que quizás esta sería la última vez para disfrutar algo así. Porque terminar aquél problema suyo podía significar muchas cosas, quizás demasiadas. En su emoción se había olvidado del comentario de la cazadora acerca de la espada, el actor oculto que aún debía hacer su aparición.

No sabía nada de Buffy, por lo que dejé correr mi estúpida broma. La verdad es que lo único que quería en ocasiones, es que todo fuera normal como una vez lo había sido, pero con la llegada de los Salvatore a Mystic Falls, lo cambió todo. En fin, ahora no debía quejarme y bueno tenía muchas razones para ello. Tenía tantos problemas y quebraderos de cabeza...

Escuché con atención las palabras de Alek, que siempre le había llamado la atención la plata y que sus poderes habían aparecido en las montañas. -Tal vez tendríamos que hacer una pequeña excursión a las montañas Alek, no sé qué opinas, pero tal vez allí encontremos algo.-dije mientras volvía a abrazarlo de nuevo, no quería separarme de él, es más, me gustaría estar así eternamente, a su lado. Le amaba demasiado y yo no era de esas personas que se enamoraban con gran facilidad no. -Puedes quedarte conmigo el tiempo que quieras Alek, estamos juntos, mis problemas son los tuyos, los tuyos son los míos... no quiero que esto acabe nunca, quiero tenerte siempre a mi lado...-dije mientras acercaba de nuevo una vez más mis labios a los suyos, era tan cálido ese amor que sentíamos el uno por el otro...

Las primeras palabras de Meredith lo pusieron algo nervioso, tenso. De ninguna manera ella podía estar presente cuando realizase su acción, demasiado difícil era decidirse por si sólo, si ponía a Meredith en la ecuación temía no tener la fuerza de voluntad para llevarlo a cabo. Los cielos siendo testigos le costaría horrores hacer su trabajo incluso con James allí o quizás esa era la misma razón por la que le costaría tanto. El chico negó con su cabeza y palabras toda posibilidad de que ella se uniera en el asunto- No, no te quiero cerca de esas montañas al menos mientras yo esté ahí, podría ser muy peligroso para ambos. Y no me refiero a vampiros u otras criaturas. Algo muy malo podría pasar- concluyó haciendo mucho énfasis en la segunda palabra.

Lo siguiente que ella dijo volvió a golpearlo fuertemente, haciéndolo más consciente de una realidad que poco a poco comenzaba a comprender. Hasta ahora sus amigos siempre se habían mostrado dispuestos a ayudarlo, pero nadie puso su hombro para cargar con los problemas del rubio de la manera en que Meredith se estaba entregando. Hacer pertenecer los problemas de uno a otro parecía un vinculo demasiado fuerte y jamás antes experimentado. ¿Estaba haciendo eso con la cazadora? Aleksand pensaba que solo le estaba informando pero ella por su parte se había tomado el asunto muy enserio y hasta personal- ¿Siempre?- preguntó algo temeroso y aumentando la fuerza de su abrazo. No estaba seguro de poder cumplir aquello es más, esa era la razón por la que esto le costaba tanto. Luego del beso el rubio colocó su mentón sobre la cabeza de Meredith y habló muy lentamente - ¿Puedes prometerme algo? Pase lo que pase, dime que defenderás todo por lo que hemos luchado- Pedir aquello era demasiado y lo sabía, pero sólo el corazón de la cazadora era lo suficientemente grande y hermoso para comprender la verdad en sus palabras y asegurar desde el fondo de su alma que así sería. Elena, James, Reichen, Joe, Jeremy, Alice, Bonnie, estaba dejando su bienestar en sus manos.

Escuchaba sus palabras, ¿qué me mantuviera lejos de él en una situación en la cual podría ayudarle? eso nunca. Le amaba demasiado como para dejar que él fuera solo y tuviera problemas, había demasiadas cosas malas en Mystic Falls. -No... yo no puedo dejarte solo, no quiero, quiero estar contigo siempre ¿me oyes? ¡SIEMPRE! en lo bueno y en lo malo, no te dejaré solo Alek, no puedes alejar tus problemas así, yo te ayudaré cueste lo que cueste.-dije mientras agachaba mi rostro para que no viese florecer las lágrimas que recorrían por mi rostro.

Por muy malo que fuese lo que tuviera Alek, yo le iba a apoyar en todo lo quisiera él o no. Sabía lo tozuda que podía mostrarme en esos momentos. Escuchaba el acelerado latido de su corazón y noté como la fuerza del abrazo, aumentaba. -Te quiero Alek, y sabes que siempre estaré a tu lado, yo Meredith Sulez, jamás te abandonaré.-dije mientras le escuchaba hablar nuevamente.

Eso sí, me negaba a que le pasase algo, aunque sonara egoísta me daba lo mismo, no le iba a dejar solo, era el único que me hacía sentirme especial a su lado, era el único que me hacía sentir normal, que existía algo bueno para mí, que no todo lo que pasaba en Mystic Falls era algo malo. -Alek, eres el único que me hace sentir algo de normalidad en un lugar como este.-dije abarcando la habitación con los brazos. -No te abandonaré y menos en estos momentos que estamos pasando por mucho que me lo pidas jo niegaré, y no tendré que hacerme nada de carga porque no te va a pasar nada.-dije llorando mientras me había separado un poco de él para contemplarlo bien.

Al haber dicho eso olvidaba un detalle muy grande y de vital importancia. La otra cazadora era igual o incluso mas tosuda que el mismo cuando ponía sus ojos y pasión en algo. Estaba claro que daría todo por el rubio pero por esta vez, y solo por esta, quería hacer aquello sin ayuda de nadie- N-no estoy alejando mis problemas Meredith -dijo algo nervioso, negando conjunto al movimiento de sus manos- Es algo que simplemente debo hacer solo. James estará allí y tu mejor que nadie sabe que puedo defenderme muy bien. Todo estará bien, te lo...- enseguida se dio cuenta que no podía terminar esa frase, y pidió a los cielos que la chica no lo haya escuchado.

Estaba sorprendido por el juego de la palabras que Meredith utilizaba. Decía que estaría allí con el por siempre, a costa de todo. ¿Sería posible algo así?¿Estaba en su destino el poder sentir tal dicha? Podría sonar cruel para ambos pero algo le decía internamente que evitara considerar tal posibilidad, que todo estaba ya más allá de tener remedio mas su otra parte aún se dignaba a luchar hasta al final para demostrar que lo primero no eran más que mentiras. Aleksand llevó su mano hasta el rostro de la cazadora para acariciarlo suavemente, actuaba por instinto ya que jamás había hecho eso antes. Le sonrió algo divertido por lo que decía, mas algo de verdad escondían sus palabras- ¿Normalidad? ¿El chico que ha venido a tu casa a hacer que revises libros antiquísimos de magia oscura? Hemos de revisar nuestro concepto de normalidad Mer, porque debo decir que yo también me siento normal a tu lado. Debo ser sincero, jamás lo he sido pero contigo...al menos estos instantes, puedo serlo y no puedo más que agradecerte por ello- Sus manos alcanzaron las mejillas de la chica para evitar que más lagrimas cayeran mientras este aún le sonreía con calidez.

-Llorar no es lo tuyo, sólo prométeme lo que te pedí Meredith. Pase lo que pase, defenderás Mystic Falls. Eres la única con un corazón tan grande para entender y poder llevar esa responsabilidad, sólo a ti puedo encomendarlo. Por favor... Cumple mi único deseo - aún siendo guiado por sus instintos besó a la chica como nunca antes trasmitiendo todo aquello que estaba sellado, escondido y asegurado en lo más recóndito de su ser. Verdadero amor.

Sonreí un poco al escuchar comentar que eso de estar normal en el momento como en el que estábamos ahora, las cosas no podían ser demasiado normales, la magia y los seres paranormales, bueno, sea como fuere, yo me sentía más normal a su lado, tal vez era por nuestra condición, el ser cazadores, el tener un mismo objetivo. -Yo Meredith Sulez, te prometo que llegado el momento, yo me haré cargo de Mystic Falls, si en cambio yo voy contigo y Artemisa a las montañas, si no sabes que acudiré de igual manera, nadie me gana en cuanto a tozudez.-le dije con una media sonrisa mientras me mantenía mirándolo a sus hermosos ojos.

-Sabes que por mucho que me digas no aceptaré para nada, si tú no aceptas el que vaya contigo en el momento que tengas que acudir con James a las montañas, yo no soy James pero puedo ayudarte igual, tampoco soy menos.-dije con cierto tono de enfado.

Sí tenía alguna duda acerca de la implacable personalidad de la cazadora, en ese momento quedó completamente disipada en sus palabras. Era como una leona, incluso más fiera y protectora y tozuda como ninguna. Él mismo se había metido en ese problema y ahora parecía no poder encontrarle solución, Meredith estaba decidida a ir con su autorización o sin ella. Sólo le restó esperar que la jugada no le fuera en contra y la chica saliera lastimada por ello. Cielos testigos que no se lo perdonaría jamás a sí mismo- Es una promesa entonces, en cuanto me decida a ir te enviaré un mensaje al móvil para que no faltes a la cita - rió levemente mientras volvía a abrazarla. Usó las propias palabras de la chica provenientes de un pasado encuentro porque él no entendía nada de citas y lo que conllevaban esos encuentros.

- Por supuesto que no eres menos las habilidades y personalidades son muy distintas, cada uno de ustedes es grandioso a su hermosa manera. Si me preguntas prefiero el dulce aroma de esta larga cabellera rubia - volvió a comentar entre risas mientras sus manos se perdían en el los dorados cabellos de Meredith- Quédate tranquila, te avisaré, no puedo mentirte- era una cualidad que pocos conocían. Aleksand era incapaz de mentir a ella, o cualquier otra persona de tal manera que ni incluso él estaba enterado de ellos. Algo siempre lo obligaba a hablar con la verdad y sólo la verdad-Entonces...¿Hay más de esos ricos muffins?-

Sonreí divertida cuando dijo que preferiría tenerme a mí, él sabía que siempre estaría a su lado, que nnca le abandonaría, los dos éramos las dos caras en una misma moneda, nos complementábamos y no podíamos pasar demasiado tiempo separados. Bien ahora ya había quedado bien claro que me avisaría cuando tuviera pensado ir a las montañas.

Me preguntó si tenía más muffins, y claro. -Para mi rubio favorito siempre tengo más, ¿quieres más café?-le pregnté mientras me levantaba y caminaba hacia la cocina para coger una nueva bandeja llena de esos dulces pasteles tan ricos. Yo me serví una nueva taza de café. Me quedé mirándole con una sonrisa. Ahora hablaría de algo más normal, algo que teníamos planeado los de último año del instituto.

-Bueno, ¿cómo va la idea caritativa? creo que tú eres el representante y todavía no sé nada de lo que haremos, va dime un poco solo, no me mantengas con la intriga.-le decía mientras mis labios buscaban los suyos. Le di un largo beso y luego me quedé apoyada a su lado. No sabía que se pudiera amar a alguien tanto como nosotros nos amábamos.

El comentario acerca de que siempre tendría más podría jugarle muy en contra a la pobre chica siendo que el cazador solía tener un apetito que parecía no tener fin. Inmediatamente rió ante sus inocentes palabras y ofrecimiento teniendo en mente las consecuencias de lo que Meredith había dicho- Por supuesto que aceptaré más café. Eso si deseas verme caminar por las paredes, menudo show podría montarme entre el exceso de azúcar y cafeína. Pero no...no podría negarme a algo tan delicioso y menos a ofrecimiento de la amiga de Buffy -quien sea que sea ella-

Aleksand no dejaba la habitación aunque Meredith fuera y viniera a la cocina, aunque había sido invitado a entrar - y eso no era un verdadero problema para él- no le gustaba pasearse por los hogares de las otras personas sin la indicación de los dueños aun si esta era la cazadora que tenía en frente y cuyos labios no le daban respiro. Se sintió muy feliz de que Meredith trajera el hecho de la caritativa a colación, al rubio le entusiasmaba mucho la idea de poder ayudar divirtiendose junto a sus amigos, era una victoria segura en donde todos ganaban- Pero debes prometerme que no saldrá de aquí, los datos que te daré son estrictamente confidenciales. Cazador confidenciales- dijo agregando una broma al momento pues no había nada de raro ni loco en lo que estaba planeando.

-La idea es la siguiente. El hospital de niños necesita ayuda por lo que reuniremos fondos haciendo un lavado de autos. Para agregarle más emoción he decidido hacer dos equipos, quien reúna más será el vencedor y podrá empapar por completo a su oponente. ¿Qué te parece? De más esta decir que espero que estés en mi equipo aunque aún no he decido a quien poner de director del otro ¿Crees que a Elena le interesaría? - Se quedó callado de momento dandose cuenta de algo realmente sorprendente. Estaba hablando normalmente, de cosas....normales. No era una fachada para cubrir su actividad como cazador, estaba conversando como si tuviera una vida típica, rutinaria y cotidiana. Le resultaba increíble de creer pero estaba pasando y su sonrisa no se borraba debido a ello. Perderlo, perderla, sería peor que morir.

Sonreí mientras escuchaba las palabras de Alek, que si aceptaba más café, saltaría por las paredes. No pude evitar soltar una risita. Me acerqué a él y me volví a sentar a su lado. Le besé en la mejilla.

-Oye Alek, ¿en serio desconoces la serie de televisión de Buffy cazavampiros?-le dije riendo y enarcando una ceja. Este chico debía de haber permanecido encerrado en sus entrenamientos si no la conocía, pues era muy popular. -Bah, ficción americana.-le dije sonriendo y escuchando la respuesta del tema de la caridad.

Íbamos a ayudar al hospital de niños, eso me parecía genial, pero lo que haríamos para recaudar fondos, sonaba realmente divertido, un lavado de coches y el perdedor acabaría mojadísimo. -Claro que iré a tu equipo, ese es el equipo de los ganadores si te tienen a ti al mando.-dije mientras acercaba mis labios a los suyos. Le acariciaba el rostro hasta llegar a acariciar sus cabellos.

-Tranquilo, justo a Elena eso es lo que le hace más falta, participar en cosas normales como antaño solíamos hacer.-dije manteniéndome abrazada a Alek en todo momento.

Off: ¿Continuamos con este post? Es que se me hace algo monótono ya y no sé que poner xD