Papeleo [libertad para unirse]

Aún me dolían los ojos al despertarme, como si me escocieran con la luz del sol. Cualquiera bromearía al respecto diciéndome que soy un vampiro. Estoy en Mystic Falls desde hace dos días pero hoy es necesario que vaya al ayuntamiento a empadronarme. Me pongo las gafas de sol y mi sombrero, mi símbolo que demuestra que una vez fui un vaquero, pero eso es otra historia. Del cajón de la mesilla abro el primer cajón, el que contiene una copia del contrato del alquiler y una fotocopia de mi identificación. Salgo a la calle, el maldito sol está reluciente hoy. Lo que sería un perfecto día para cualquiera... para mí es una puñetera por la resaca de pasarme parte de la noche bebiendo.

Menos mal que el ayuntamiento no está lejos, en poco tiempo, arreglaré el papeleo y podré tirarme en la casa todo el día, con las persianas bajadas. Dentro del ayuntamiento hay un hall con un mostrador de atención. Tras preguntar donde se formalizan los registros, me veo subiendo en el ascensor a la primera planta para empezar. Cuando se abre la puerta estoy delante de una sala con un mostrador de mármol blanco. Me acerco a al primero que pillo. A ver si me ilumina el día.

Buenas -carraspeo con la garganta seca- vengo a empadronarme.

-Hola, nuevo en el barrio, ¿verdad?

-Sí.

Me retiro las gafas de sol. Mala idea, debo de tener un aspecto horrible porque el tío escapa un grito al verme los ojos.

-Discúlpeme, pensaba que era... otra cosa.

-Efectos secundarios de beber - digo quitando hierro al asunto.

-¿El qué? -pregunta intrigado.

Lo miro de arriba abajo, incrédulo. ¿Me estaba preguntando que qué había bebido?

-Coca-Cola si te parece -digo al tiempo que me pongo las gafas de sol-. Venga, no puede terminar mi registro de una vez. No quiero pasar la resaca aquí.

Había cogido la moto esta mañana decidida a realizar una visita en el ayuntamiento, era mejor el adjetivo "colarse" pues debía haber papeles de Mystic Falls desde su fundación. El motor de mi Harley rompía el silencio y la tranquila atmósfera que reinaba por la calle principal. Giré en una esquina y aparqué en el parking para funcionarios.

Tras guardar el casco, me encaminé hacia la entrada del ayuntamiento, me quité las gafas de sol y me las puse en la cabeza, subí los escalones escuchando el repiqueteo de mis tacones sobre los mismos. Abrí la puerta y entré. Había un chico que por suerte, mantenía ocupado al conserje, sonreí divertida por mi buena suerte, y miré al chico, se ve que era nuevo en el pueblo, pues bienvenido, no sabes lo que te espera...

Corrí hacia el ascensor que estaba abierto, y entré, mi suerte era buena, que suerte la mía, podría estar fisgoneando por los archivos que allí guardaban en el sótano, ahora solo esperaba a que las puertas del ascensor se cerrasen con una sonrisa traviesa dibujada en mis labios.

Gnusmer se puso las gafas de sol de nuevo. Estaba cansado y quería irse a cualquier sitio, donde haya oscuridad y chicas. Pero, demonios, no podía. Estaba cumpliendo con su deber, aunque sea sólo un 20% del día, en hacer sus tareas responsables. Quería que se le notara irritado, para que el empleado se diera prisa. Aunque, mirándolo bien, no era el tipo listo, parecía el típico trabajador aburrido con su monótona vida que sólo buscaba la cháchara de las cotillas. Tras las lentes oscuras puso los ojos en blanco.

-Es alemán, ¿qué hace en Mystic Falls?

-No necesito razones cuando vienes con un permiso de trabajo -sonreí de lado, hastiado.

-¿Sí? En qué trabaja, si se puede saber.

Gnusmer miró al techo y colocó las palmas de la mano sobre la mesa, sopesando las consecuencias de imaginarse que le golpeaba con un derechazo. Lástima, no estaba en su naturaleza hacer realidad sus impulsos nerviosos. Se quitó las gafas de sol y le miró fijamente, con un rostro duro y serio.

-He venido a cazar a Drácula -dijo abriendo los ojos. Pasaron unos segundos antes de que estallara a carcajadas -. Es una broma, trabajo como diseñador de páginas web comerciales -le dio una pequeña bofetada amistosa.

Gnusmer le miró unos intantes. El empleado contestó con una risita nerviosa, como si quisiera ocultar algo. Esa reacción sólo sirvió para confirmar lo que ya sabía. En Mystic Falls acampaban los vampiros como Pedro por su casa. Gnusmer recibió el documento oficial de su registro y se marchó. Se acercó al ascensor y presionó el botón, varias veces. El estúpido trasto tardaba demasiado a su gusto aunque hacía juego con el personal, un trasto lento para la gente lenta.

Estaba tarareando una canción cuando el ascensor paró en la planta deseada, iba a abrir la puerta para salir cuando se volvió a poner en marcha subiendo hacia arriba, maldije por quien demonios tendría tanta prisa. El ascensor paró en la planta baja y las puertas se abrieron nuevamente. Puse los ojos en blanco al ver que era el tipo que estaba en el mostrador.

Por las pintas que traía... bueno no sé qué demonios venía a hacer en el ayuntamiento con esa resaca que parecía llevar, pues olía a alcohol, y aunque llevase gafas, la piel era blanca pálida. -Haber si aprendes a esperar, no me has dejado salir del ascensor, eres un novato aquí, toma las cosas con más calma, y escuché que vienes a cazar a Drácula, ¿eh?-pregunté con ironía en mi voz.

Me topé con una rubia, muy borde, hice la vista gorda pero no pude evitar reírme. Ella quería a un tipo malo, eso tendría.

-Mira, rubita, no me toques las narices. Si a mi me tienen que enseñar paciencia deberías cuidar tus dotes de cotilla -sonreí pícaro mientras le daba un repaso visual de arriba a abajo. Debo reconocer que se salía del cuadro pero no tenía cuerpo para juergas matutinas.

Reí ante su estúpida respuesta, era tal tipo que solo podía reírme de él, pero tenía acento alemán, lo que me recordó a Alek, en fin, tendríamos que aguantar a este tipo en el pueblo, veamos cuanto aguanta en él. Entró en el ascensor, y yo solo por el afán de fastidiar y llegar a mi destino, apreté antes que él el botón del ascensor para que bajase al sótano.

Sonreí de lado.- Claro cejitas... eres tú que gritas demasiado, pobre Tommy... no le faltarán disgustos contigo. Si vienes a cazar a Drácula, ten cuidado de no equivocarte y cazar a Edward Cullen.-dije en tono de burla pero al mismo tiempo real, pues no había un solo vampiro, sino muchos, pero el verdadero matiz del comentario, solo lo entendía yo, por lo que me hizo reír todavía más.

Llegué a mi planta y bajé de el ascensor. Pero me quedé mirando a ese tipo. -Aquí hay buena información de Drácula, los Cullen y hasta de Harry Potter.-dije riendo mientras me adentraba hacia la habitación de los archivos.

Pero será zorra egoísta. La muy caprichosa presionó el botón antes que yo. Tenía el ceño tan fruncido que me podían llamar uniceja. No quise dejar las cosas así. A esta la seguía aunque me muriera de la resaca. Salí del ascensor detrás de ella, aún pensando en algo ingenioso y jocoso para espetarle.

-¿Por qué no te vas a cazas a Justin Biever? Creo que está dentro de sus posibilidades reales.

Reí, me pareció gracioso. Y una mierda. Estaba cansado, irritado y era malo para reaccionar en este estado. Cogí el primer libro que vi de una estantería y empecé a hojear sin buscar nada en particular.

No pude evitar mirar con un gran deje de odio a ese tipo tan cejudo, parecía el hombre de cromañón. -¿Tú qué sabrás de mis posibilidades de caza eslabón perdido?-dije con un claro deje de burla en mi voz. Le quité el libro de las manos.Este tipo se creía que podía curiosear así a sus anchas... de eso nada.

-Oye cejitas, si no tienes un permiso e identificación.-le enseñé la mía, obviamente falsa pero no se notaba- no puedes ni si quiera pisar este lugar, así que si lo que quieres es empadronarte en tu hogar, piso tres.-dije indicando que se largase.

Realmente este tío era un pesado, ya esperaba que se largase, no quería llegar a usar la fuerza y sacarlo a patadas, algo que realmente estaba deseando hacer, él no sabía nada de mí, por lo que mejor que estuviera calladito.

No pude evitar sonreír. Se me escapó una exclamación de sorpresa y toda la resaca desapareció. Aquella mujer estaba resultando divertida para su gusto y no paraba de picarse por un comentario estúpido. Si es que las jóvenes aún no saben controlarse.

-Wow, rubita, no quería herir tus sentimientos. No sabía que eras de las que se picaban pronto. Tranquila -saqué mi cartera del bolsillo interior de mi camisa y de su interior extraje un carné auténtico firmado por la alcaldesa-, tengo el permiso de mami importante. Una mujer muy necesitada de contacto, como tú. A estas edades las hormonas se revolucionan...

Sonreí pícaro, estaba siendo muy interesante todo esto. Le quité el libro de las manos y volví a ojearlo, sin parar de mirarla desafiante.

Uy ese tío acababa de pasarse y no iba a salirse de rositas, en mí floreció el sentimiento de la furia. -Verás imbécil, yo no soy para nada necesitada, no debo explicarte el por qué claro está.-dije sonriente mientras daba unos pasos adelante.

Saqué un libro del estante, bastante grueso y viejo y muy polvoriento. Lo alcé y le pegué con él a ese ingrato.-Bueno este libro quizá te interese amigo, bienvenido a Mystic Falls.-dije mientras me dirigía a la salida.
Off_: sorry no ando muy bien de roleadora me falta inspi.