Libertad, dulce libertad [Evan]

El dia anterior, por la noche, Evan se habia dedicado a reconocer el lugar, el pretexto perfecto que le dio a su padre para que lo dejara salir por la noche, en su caminata por las calles habia visto unos volantes y posters de que habria algo en unos dias en un lugar llamado Mystic Grill, el nombre le habia parecido chistoso, lo habia visto en todas las ciudades y pueblos que habia estado desde que tenia memoria. Al dia siguiente se propuso ir, dandole el pretexto a su padre de que iria por la comida a un lugar que vio, aun que se tardara mucho, esperaba que su padre no se diera cuenta y no fuera por el, seria ya de por si ridiculo que un adolescente sea checado por su padre.

Al llegar al establecimiento, Evan se dedico a ver las caras de las personas, una de sus tantas ventajas como cazador, todo quedaba grabado en su mente, no solo de vista, tambien de oido, tacto y de olfato. El lugar se veia muy bien, varios chicos y chicas estaban ahi, supuso que algunos de ahi serian sus compañeros de clase mañana en el colegio. Se acerco lentamente a la barra algo distraido, sentandose en uno de los extremos. Evan no era de los que bebia alcohol, jamas lo habia hecho pero vio la oportunidad, aun que no tenia la edad, esperaba que no le pidieran una ID, asi que engroso su voz - Me das una cerza porfavor? - e pidio al barman pero este se burlo y le dio un vaso soda de manzana, fruncio el ceño - Mierda - musito para que nadie lo escuchara.

Un par de golpes a las bolas y varios sorbos de Baileys fueron suficientes para que se detuviera por un pequeño instante y observara una cara entre los presentes, en la barra. Estaba seguro de no haber visto antes al chico y pensó, como solo pueden pensar los que han vivido en un pueblo demasiado pequeño por mucho tiempo, que era nuevo en el lugar y que por lo tanto era merecedor de una bienvenida al estilo Cromwell. James no pudo evitar recordar sus primeros momentos en Mystic Falls, cuando se sentía tan solo y absolutamente nadie le prestaba atención. No le gustaba para nada esa sensación y estaba seguro de que el joven tampoco lo estaría disfrutando mucho. Llamó a uno de los camareros, le dio un billete de diez dolares y le pidió que le avisara al joven de la barra que James lo necesitaba. Muy seguramente le parecería extraño que un desconocido necesitara a un recién llegado, pero la nueva faceta de James le impedía ser egoísta y huraño. Esos días habían quedado atrás gracias a Alek.

Un golpe más a las bolas y un sorbo de su vaso y se dedicó a mirar al joven que recibía las instrucciones del camarero. El chico plantó entonces su mirada en la de James, mientras este le devolvía una sonrisa y le hacía un gesto levantando el vaso de Baileys. Había captado el mensaje y no demoraría en acercarse. Mientras tanto, James había preparado otro taco para un nuevo jugador.

- Se nota a leguas que eres nuevo por aquí, o por lo menos para mi que no te he visto nunca. No me molestaría un compañero de juego y alguien con quien poder charlar, si no os molesta, claro. - Dio un nuevo golpe a las bolas consiguiendo que las tres impactaran y levantó la botella para ofrecerle al joven. - ¿Gustas?

Evan dio un largo suspiro en señal de que se resignaba a seguir teniendo 17 años y seguir sin ser una dulto aun que muchas de las veces lo era. Se puso con una cara desanimada sobre la barra tomando con la lengua la pajilla de la bebida y bebiendo mientras veia el menu de la comida del Grill, los precios le parecian justos, pero que tan buena era la comida ahi? se preguntaba. De pronto de la nada un camarero se acerco a el diciendole que un tal James lo necesitaba, le dijo su hubicacion, miro a donde estaba, las mesas de billar, le parecio extraño pero el ya iba preparado en cualquier caso, en esos momentos donde entraba en panico en su mente deseaba que a su padre se le ocurriera ver el reloj y fuera en su auxilio.

Dio un suspiro mas, con algo de temor - Gracias - le dijo al camarero mientras dejaba su bebida en la barra, como no fue lo que pidio, le importo poco. Se acerco finalmente con el chico, que aun que Evan estaba espectate a algo, no pudo evitar verlo y sentir el agrado a la vista, pero era algo que no se queria permitir, jamas lo hizo, y con eso de que ahora viviria establemente en un lugar no queria comenzar. El chico parecia bastante amable, aun que con la vida que Evan llevaba no se fiaba de nadie, pero responderia de la misma manera - Pues, si soy nuevo, y gracias.... encantado jugeo y charlo contigo.... - se incline esperando escuchar su nombre, mire enseguida como tan habilmente metia las bolas en donde debian ir - Soy Evan, por cierto - le acerque la mano para ser mas educado.

James estrechó la mano del joven, sin saber que se encontraría con algo tan extraño como lo que iba a sentir en ese instante. La esencia del joven, que James podía captar perfectamente gracias a sus habilidades sobrenaturales, se le antojaba parecida a la de Aleksand antes de que Artemis tomara posesión de su cuerpo, y eso era algo que solo podía indicar la procedencia cazadora del joven. Por otro lado bien podría estar equivocado, considerando que sus poderes no estaban del todo reestablecidos y algunos de los hechizos más simples le habían fallado. No obstante, intentó no preocuparse por eso.

Tomó uno de los vasos vacíos le había acercado a petición propia y lo llenó con el baileys que tenía en la botella mientras se lo acercó al joven. Un camarero se le acercó, y sabía a la perfección lo que quería decir, por lo que lo detuvo con una mano mientras le dedicaba una mirada desdeñosa. - Cuanto tiempo llevo viviendo en este pueblo y viniendo a este bar. El joven va por cuenta mía, no tendrán de qué preocuparse. - Y con eso despachó al camarero mientras se ocupaba de las bolas de billar. - Mi nombre es James. Un Placer.

Se preparó para un golpe a las bolas de billar, aquel que le daría inicio al juego. James no estaba concentrado en el billar, no obstante, pues sentía una intensa curiosidad por saber más acerca del joven, en especial por el hecho de ser nuevo en Mystic Falls y aquel extraño halo sobrenatural que lo rodeaba y que cualquier servidor de la naturaleza tenía la habilidad de ver. Finalmente se alejó de la mesa y dejó el espacio libre para que Evan pudiera dar su golpe.

- No te había visto antes por aquí. ¿Eres nuevo?