Dando una vuelta [Claudia-Jen]

Un pequeño y dulce cuerpo se movía entre los árboles del bosque cercano. Sus movimientos eran delicados, propios de una niña de su época, Claudia caminaba con calma, observando lo que había a su alrededor, teniendo en su pálido rostro una cálida sonrisa. Su vestido (seg.56) de color azul era manipulado por la niña inmortal con gran destreza para no llegar a atorarse entre las ramas.

Salió del bosque, llegando a una carretera un tanto desolada, tan solo una persona había allí.
-Hola-correspondió el saludo con gracia y ternura, después de todo, Claudia, a pesar de llevar mas de un siglo entre los vivos, conservaba su aspecto original. Comenzó a juguetear con uno de los mechones de su cabello, aquellos risos dorados que enmarcaban su angelical rostro.

Hacia algunos años que había adquirido la protección requerida para no ser dañada por el sol, la primera vez que su pequeño cuerpo fue tocado por el sol, prefirió no volver a salir de día, tarde, esperaba solo al anochecer, donde, una pequeña niña como ella era mas llamativa, pues ver a un infante de noche, solo, era objeto de curiosidad, lo que le dejaba muy fácil conseguir su alimento.

Cuando aquella mujer se acercó, Claudia sonrió con cierta malicia en un inicio pero eso se tornó en una dulzura natural, propia de una niña de sus aparentes 11 años. Ladeó ligeramente la cabeza al escuchar la pregunta que la mujer le planteaba. "Una vampiresa..que lastima.."pensó claudia, decepcionada de no haberse encontrado con una dulce y deliciosa humana a la cual beberle toda la sangre.
-Si. Y tu?-preguntó sin dejar de sonreír ni un instante, se llevó el dedo indice a su boca, mordiéndose la punta del dedo con suavidad, sin llegar si quiera a dejarse una sola marca de sus dientes, cambiando su mirada a una que reflejaba inocencia, la cual seguramente para esas alturas ya había perdido. De haber sido la mujer que se le acerco, una humana, habría Claudia usado sus encantos naturales para inspirar total ternura ante los ojos ajenos, que la llevasen con ellos y al final hacer lo que hacía una y otra vez, hipnotizar a las personas para hacerles creer que debían cuidar de ella como si de una hija se tratase y cuando se aburría simplemente decapitaba a esos humanos e iba en busca de algo nuevo, pero la mujer había tenido suerte al ser una no muerta...o quizá no, puesto que la pequeña niña de rizos dorados no tenía buena relación con otros vampiros.

Claudia analizó la situación de inmediato, de ser la otra una humana ya le habría hincado el diente, pero siendo vampiresa...las cosas eran distintas. Pensó en que podía llegar a jugar con ella, pero no de la forma normal que Claudia lo hacia, pues para ella jugar con otros era aprovecharse de ellos.
Frunció el ceño y desvaneció su dulce sonrisa tornándola a una un tanto perversa cuando escucho las ultimas palabras de la mujer.
-Alguien como yo?. Espero no te refieras a que soy pequeña porque si es así...-silenció por un momento para después, en un susurro, retomar su frase. -te mato..-concluyó, volviendo a mostrar una sonrisa, como si aquellas palabras hubiesen sido completamente inocentes.
-Solo paseo y busco algún deliciosos postre..-añadió respondiendo a la pregunta que se le había formulado. -creo que tu hacías algo como eso..no?-cuestionó casi segura, pues aquella vampiresa tenía impregnado el aroma a sangre animal, algo muy bajo a consideración de la niña de dorados rizos, quien jamas había tomado ni una sola gota de sangre animal, siempre siendo su dieta estrictamente humana.

-Yo no he dicho nada malo...solo te he dicho que no me gusta que me digan pequeña, así nos evitamos problemas-comentó con calma, manteniendo una dulce e inocente sonrisa en su pálido rostro, gracias a su alimentación era mas fuerte que muchos vampiros, ademas de que había adquirido conocimiento en múltiples disciplinas de combate, inclusive en armamento, era capaz de hacer mucho mas de lo que cualquiera se podría imaginar.
Negó con la cabeza.
-no gracias, prefiero que este caliente..-respondió con calma, Claudia jamas había bebido sangre animal y tampoco sangre de una bolsa, siempre era sangre fresca. -Yo prefiero jugar un poco con mi comida...creo que no tengo modales en eso-añadió con una suave risa al recordar como sufrían los humanos, aunque a veces no les hacia sufrir, solo le divertía ver como caían tan fácil ante una niña como ella.

Al oír eso de parte de la otra vampiresa, Claudia mostró una dulce sonrisa, como si nada hubiese pasado y es que para alguien como ella, fingir o mentir era de lo mas sencillo que podía haber, ademas de divertido. Mostrarse así le daba mil y un ventajas, puesto que si llegaba alguien advirtiendo de como ella era, nadie le creería, o cuando mucho unos cuantos. A Claudia le encantaba ver la desesperación en los rostros de sus victimas.

Frunció el ceño. -eso es asqueroso..-murmuró, con total desagrado, lo que era beber sangre de una bolsa o de animales, lo encontraba totalmente desagradable e inclusive humillante, siendo vampiros por naturaleza depredadores, cazadores, no se iba a estar alimentando de bolsas. -pero claro, por eso cuando estoy con alguien siempre comparto mi comida-acotó con una risueña sonrisa, era demasiado obvio que a la vampiresa aquello le molestaba, quizá por eso Claudia continuaba revelando un poco de sus costumbres.