{#}Reunión familiar;{Rebekah}

Esaba en un cuerpo que no era el mío, por lo que quería trazar un plan junto a mi hermana, para conseguir que la bruja Bennett que quedaba, convirtiera las cenizas de mi cuerpo de nuevo en lo que antes era, eso es lo que yo quería, pues como ya dije, yo jamás desaparecería, y ahora, solo quedábamos tres originales, los tres que juramos estar juntos para siempre. Elijah había salido a un viaje, mientras Rebekah seguía en nuestra casa.

Escapándome de clase, fui a mi casa a reunirme con mi hermana, estaba encantado de tenerla a mi lado, siempre sería así, siempre y por siempre. La puerta estaba abierta, por lo que entré y fui al salón. Sabía que mi hermana estaba ahí, pero me serví una copa de vino antes de decirle nada.

-Rebekah... me alegra que volvamos a estar como antes, estoy en este cuerpo tan débil, pero solo es temporal... Solo tenemos que coger a Bonnie Bennett y traerla aquí para que haga el hechizo, ahora te contaré mis planes...-dije con una sonrisa divertida.

Tenía esta cita con mis hermanos, pero como siempre, me venían avisar poco antes de que se llevara a cabo, no estaba de ánimos de seguir sus discursos de Klaus, aunque lo adoro, a veces me dan ganas de darle una patada en el trasero. Siempre habían planes y me molestaba el hecho de no verle la cara, esa rostro de humano le desfavorecía. Llegué, sonaron mis zapatillas sobre la duela de madera, mi cabello caía sobre mis hombros y lo observe un momento mientras hablaba. ¿Qué podía decirle? El siempre tenía planes... era de suponerse que los calzones del Tyler no le gustaran, definitivamente mi hermano era más guapo que ese licántropo. Y como siempre, los planes me incluían a mí y seguramente tenía que hacer algo para complacerlo...
-¿Cuál es el plan?-caminé un poco volviendo a sonar mis zapatillas, traía puesto un destino negro que me ceñía el cuerpo, mi favorito, hacía un contraste perfecto con mi piel. Mis ojos se posaron en Elijah que entró a la sala, con el siempre todo era misterio. Pero debía reconocer que tenía buen gusto con sus trajes. Bla bla, esa bruja solo nos causa problemas.
-¿Y cuál es el plan? –volví a decir, pues ellos siempre sacaban sus tonterías a colación, que haremos, secuestrar a esa bruja con una bolsa en la cabeza?... y después qué?... la dejaremos libre para que baile en el bosque como si nada? Deberíamos tenerla en el sótano, como si fuese una maquina de café, siempre es útil. Miré a Klaus con cara de humano y me dio un retorcijón en el vientre. A ver si así se le quitaba un poco lo arrogante, sueños, no lo creo. –Puedo vigilar a la bruja en la escuela... pero me gustaría saber qué tienen en mente ustedes dos... para poder traerla aquí de alguna manera y que haga el hechizo.

Me acerqué a mi hermana y posé una mano sobre su hombro. Daba las gracias a ambos por permanecer a mi lado siempre como hicios tras ese juramento hacía tanto tiempo ya. -Mi querida Rebekah, he cambiado un poco mi opinión, lo primero que había pensado era coger a Bonnie, pero eso es lo que se esperan quienes saben de mí, que vaya a por Bonnie Bennett, y eso es lo que no voy a hacer, tengo pensado ir al acecho de uno de esos tres brujos, Reichen, Aleksand o James.-dije mientras me sentaba en el sillón del salón.

Cogí tres copas y las llené de sangre y tendí dos a mis hermanos. Los miré a los ojos mientras seguía pensando en el plan. -Lo más fácil es que secuestremos al más débil, de esa parte te encargas tú Elijah, tú tendrás que traerme a Reichen al bosque, mientras tú Rebekah solo tienes que estar distrayendo a nuestros enemigos.-dije con una sonrisa de lad0, una sonrisa malévola.