[!] Trama: Una caridad desastrosa

La noche anterior se podía escuchar al joven discutir fuertemente consigo mismo. Esa era la única posibilidad siendo que nunca nadie entraba a su habitación más que James o Reichen y ambos ya se habían retirado a sus debidos aposentos. ¿Por qué debía de encargarse de aquello? Había sido el cazador y no el guardián quien había llegado con la idea de recaudar fondos para beneficencia. Era Aleksand quien había tratado con la población de Mystic Falls, era su personalidad mortal quien se había ganado el aprecio de humanos y vampiros por igual ¿Sería capaz de aparentar ser él y engañar de alguna manera a todos quienes había conocido? Las únicas excepciones eran los hechiceros, ambos estaban muy al tanto de quien habitaba el cuerpo del rubio ahora. El color de ojos no constituía un problema, un hechizo bastaba para volverlos del tono del cielo terrestre. Obviamente no pegó el ojo en toda la noche aunque eso no constituía un problema para el guardián de plata.

En la mañana se cambió a unas vestimentas más adecuadas para la ocasión, los textiles debían de ofrecer cierta resistencia al agua, cercarse con rapidez y no arruinarse con el elemento. A efectos prácticos llevaba un traje de baño y una camiseta blanca ya con su tiempo de uso. Dejó escapar un suspiro mientras se miraba al espejo. No era una buena idea,no lo era ni por asomo. Lo primero que hizo fue intentar sonreír y mantener el gesto un par de minutos. Se veía muy forzada y falsa. Era la peor idea del milenio. Inspiro profundo dejando atrás su habitación y luego la mansión. No sentía ni el ánimo para subirse al dragón de plata, quizás una caminata hasta el colegio le sentaría mejor ¿Que hacía en ese lugar? Un guardián nace prácticamente con todos los conocimientos de una vida mortal, su presencia allí estaba sobrada. En cuanto puso pie en el estacionamiento de la institución académica las personas comenzaron a rodearlo con cientos de preguntas. Por un instante su semblante cambió rotundamente, si en algo era bueno era en dar ordenes. Las respuestas e instrucciones para los preparativos se dictaban a diestra y siniestra con un tono de voz que no dejaba lugar a dudas a las personas a su cargo. Dos personas debían de encargarse de las entradas, un equipo de reponer cualquier elemento que faltase a los equipos de lavado y uno más que se ocupara de vigilar las conexiones de agua - Si todo eso está entendido...Serán dos equipos los que se encarguen de lavar cualquier vehículo mo..-Estaba por decir "mortal" pero tuvo que morderse la lengua y pensar rápidamente algo con que sustituir la palabra- motocicleta o patineta si es necesario. ¡Los niños necesitan de nuestra ayuda!- Aquella exclamación sonaba más a un grito moralizador de guerra que a un pedido normal. Estaba siguiendo al pie de la letra lo planeado por Aleksand en el pasado mas cuantos de sus conocidos serían engañados por su actuación- Yo lideraré un equipo y el otro... - hizo un ademan con la mano para que la señorita que se había ofrecido para el puesto se ubicase junto a él. Nadie, ni el mismo guardian, sospechaba que se trataba de la mismísima Bulleta. Artemis la examinó un poco con la mirada pues pocos recuerdos tenía de haber visto a aquella chica en el instituto- Cada uno deberá elegir un bando pero el número de personas en cada uno deberán estar equilibrados. ¡Quien lave la mayor cantidad de automóviles puede elegir un castigo para el equipo contrario! ¡A moverse!- El rubio alzó su mano en el aire y sonrió como pudo, era hora de trabajar.

La multitud reunida se dispersó enseguida, las ordenes no faltaban y las manos se ponían a trabajar de inmediato. Estaba seguro que James y Reichen irían a su encuentro ¿Estaría Elena entre los suyos? Podía darse el caso, pero la vampiresa realmente no tendría idea de quién tenía al frente.

El sol hacía un rato que ya había salido sobre el cielo de Mystic Falls, hoy si no me equivocaba, se iba a llevar a cabo una obra benéfica para los niños del orfanato, me acerqué a mirar el calendario y tenía el día señalado, sí ese día era hoy. La mansión Salvatore estaba vacía por completo, no tenía ni idea de dónde estarían ni Stefan ni Damon la verdad, había estado algo esquiva respecto a ellos, por la difícil situación que estábamos viviendo, no podía creer que estuviera ligada a Damon por ser su sangre la que me convirtió en vampiro. Tenía tantas cosas en la cabeza que sin lugar a dudas, hoy quería vivir un día de lo más normal y poder ayudar a los que más lo necesitaban. Me dirigí a mi armario, pensando que nos íbamos a mojar y a poner perdidos al lavar los coches y demás, decidí ponerme unos viejos pantalones cortos y una camiseta negra de tirantes. Me fui al espejo y me peiné haciéndome una larga coleta, me encantaba mi pelo tan largo y sedoso la verdad, lo cuidaba mucho.

Bajé las escaleras saltando los escalones de dos en dos, la mansión estaba completamente vacía, ninguno de los dos Salvatore hablaba conmigo a penas, y creo que lo que menos querían en realidad era estar conmigo en una misma habitación. Si era así ¿por qué demonios me habían aceptado a vivir en su casa? Estaba muy preocupada por todo, pero sobretodo por Jeremy, ahora se estaba volviendo en una especie de super cazador y había estado a punto de matarme lo cual se me hacía una muy mala idea la verdad, en fin... Fui a la nevera especial de los Salvatore, y cogí una bolsa de sangre, como Damon me había pedido que probara a beber en bolsa de sangre y había logrado beber, ahora ya no iba a atacar a ningún inocente la verdad, para mí eso era un gran alivio. Me bebí la bolsa de sangre y fui a cepillarme los dientes. Cuando hube terminado, salí a la calle y monté en mi coche, iba a ir en dirección al instituto, me preguntaba si ya habría gente.

Fui por la misma carretera que siempre tomaba para ir al instituto, fui directamente al aparcamiento para los estudiantes, dejé allí mi coche y fui a donde se iba a estar montando las cosas. Por ahora solo vi de lejos a Alek, miré alrededor y fui caminando a medio escondidas hasta llegar hasta él y le tapé los ojos con mis manos. -Yo espero ir en tu equipo Alek, seguro que ganamos.-dije dejándole ya ver y colocándome en su frente con una amplia sonrisa dibujada en mis labios.